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Lewis A. Miller ha sido fundador y cofundador de cuatro editoriales médicas, dos firmas de consultoría y organizaciones sin fines de lucro

Por: Violeta Villar Liste

Conversar con Lew Miller es recorrer la historia personal de un periodista por vocación, de un empresario con visión social, de un apasionado de la educación médica continua por el bien del paciente y de un admirador del poder de las acciones para transformar destinos

A Lewis A. Miller  lo llaman con cariño Lew.  Nació en Brooklyn (distrito de la ciudad de Nueva York) y es reconocido en Estados Unidos y en el exterior por su impulso pionero a la educación médica continua y su afán de celebrar la vida ayudando a otros.

Próximo a cumplir sus 95 años, está convencido que lo más importante es hacer un impacto en la existencia de las personas.

Casi un siglo de vivir con propósito lo consigue ahora al frente de una fundación que inició un programa piloto con familias emigrantes sin papeles («los más difíciles de ayudar», observa) de Venezuela y Colombia, a quienes aspira a entregar herramientas para su inserción exitosa en la sociedad.

Helping Immigrants Thrive, Inc (Himt), es parte de la visión filantrópica con la cual Lew Miller ha celebrado la vida de otros. En este caso emigrantes y, en otras épocas de su pasado, ayudando a conseguir viviendas a familias de bajos recursos.

Conversar con Lew Miller es recorrer la historia personal de un periodista por vocación, de un empresario con visión social, de un apasionado de la educación médica continua por el bien del paciente y de un admirador del poder de las acciones para transformar destinos.

Ha sido fundador y cofundador de cuatro editoriales médicas, dos firmas de consultoría y organizaciones sin fines de lucro.

Celebrar la vida como misión se convirtió en su propio slogan luego de compartir ideas con un religioso. Y, por cierto, en algún momento pensó en servir desde la Iglesia hasta que la pregunta en alta voz: “¿Estás seguro?” se le devolvió en dudas y entonces prefirió optar por otros caminos.

La sociedad estadounidense lo ha premiado. Sin embargo, más que hablar de medallas y trofeos, prefiere que sus palabras, y filosofía, quede como testimonio a las generaciones que vendrán con el derecho y el deber de celebrar la vida: porque solo así el mundo será un lugar mejor.

El periodismo en su vida

-Parte de este celebrar la vida ha sido su incursión temprana en el periodismo. ¿Qué nos puede decir de esta etapa?

-Cuando estudiaba en la Escuela de Asuntos Públicos e Internacionales de la Universidad de Princeton (Nueva Jersey, EE.UU.), quería entrar en el servicio exterior para ir a África o cualquier otra región del tercer mundo a servir.

Campus de la Universidad de Princeton

Ocurre que en esta época conoce a Robert Oppenheimer (1904-1967), quien fue el director del Instituto de Estudios Avanzados de Princeton desde el año 1947 a 1966 y designado para dirigir el Proyecto Manhattan, la corporación científico-militar que crearía la bomba atómica.

J. Robert Oppenheimer sentado en el escritorio.  (Alan Richards, fotógrafo; Shelby White y Leon Levy Archives Center, Institute for Advanced Study, Princeton, NJ, EE. UU., sin fecha) Tomado de https://www.princetonmagazine.com/robert-oppenheimer/

Miller logra entrevistar a Oppenheimer para la revista de la universidad.

“Fue un profesor muy gentil y respondió mis preguntas. Con esta entrevista me di cuenta que el periodismo me permitiría conocer a personas como él”.

Logró revivir el Daily Princetonian  (Ver: https://www.dailyprincetonian.com/), el periódico universitario de Princeton y culmina su carrera de Asuntos Públicos e Internacionales en 1949 porque en ese momento no había grado de Periodismo.

También fue presidente de la Clase de 1949 en Princeton en dos oportunidades y dirigió el programa de Estudios de Antiguos Alumnos en la institución durante cinco años.

Miller siempre tuvo un particular interés por América Latina: estudió español en el pregrado; tenía amigos latinoamericanos y un profesor que era embajador de Costa Rica en Estados Unidos lo animó a especializarse en estudios de la región.

Una beca de $500 le permite hacer cursos de estudios latinoamericanos. Produce una tesis de grado sobre la influencia de la prensa mexicana en el curso de las elecciones, desde el tiempo de Porfirio Díaz (1876) hasta el presidente José Victoriano Huerta (1913).

Todavía le piden copias de esta tesis que a su juicio concluye que la prensa “podía hacer mucho ruido, pero tenía poca influencia”, en particular “porque había un solo partido y así la prensa atacara al presidente no podía hacer nada”.

Como parte de su formación, también estudió su maestría en la Escuela de Negocios de la Universidad de Columbia

Trabajó para el  Schenectady Union-Star hasta que funda junto a su esposa Jean (quien falleció en 2015), un periódico semanal,  The Glastonbury (CT) Citizen, en una zona rural ubicada en el condado de Hartford (estado de Connecticut). La publicación todavía se mantiene con carácter semanal.

“Era un empresario innovador con ganas de hacer negocios y aprendí que para hacer cosas nuevas necesitas dinero”.

Con su experiencia periodística decide emplearse y se integra al New York World-Telegram & Sun, diario en el cual escala hasta convertirse en subdirector de redacción.

De Medical Economics  a Patient Care

“Aprendí del negocio y decido pasar del periodismo convencional al periodismo médico” como  editor ejecutivo de Medical Economics (ME), una revista de tipo financiero dirigida a médicos. 

Con Medical Economics (ME)  comenzó a visitar el país. Conoció y entrevistó médicos y se percató que necesitaban información práctica y educación médica porque la mayoría de las revistas médicas de la época eran más académicas.

Con Gus Fink, quien era director de investigación de ME, crea Patient Care (Atención al paciente). En la presentación de la trayectoria de Miller en la publicación digital del Salón de la Fama de la Publicidad Médica (MAHF por sus siglas en inglés), se relata este momento inédito:

Patient Care era una revista médica verdaderamente innovadora. Su premisa editorial se basaba en la experiencia de Fink en la investigación de lectores de revistas médicas y la formación periodística de Miller y fue escrito para médicos de atención primaria”.

Miller, en el perfil de MAHF

Carroll Dowden, quien trabajó con Miller durante muchos años, describe la revista como “la primera publicación producida por editores legos que toman material de los médicos y lo hacen claro, comprensible y procesable para médicos de cabecera, internistas… en contraste con las publicaciones científicas de la época… pero trayendo [la información científica] a las necesidades diarias del médico en ejercicio”.

“El enfoque de Patient Care se ha descrito como el primer cambio en la publicación de revistas médicas de contenido clínico subjetivo a una visión objetiva del tratamiento basada en múltiples fuentes informadas.

El contenido editorial de la revista  se basó en hechos, fue sensible a la audiencia, empleó un estilo «fácil de leer» y se basó en informar sobre el pensamiento de los líderes de opinión, elementos que reflejaban claramente la formación periodística de Miller”, documenta MAHF.

¿Cómo lo lograban? Miller cuenta que hacían mesas redondas con un médico general como coordinador, especialistas y los periodistas.

El médico general preguntaba, por ejemplo, qué debía hacer para ofrecer atención integral a un paciente cuando el tiempo era limitado y los especialistas ofrecían las claves, diálogo que luego se convertía en un artículo y se difundía.

En dos años se convirtió en la revista más leída entre los médicos generales de Estados Unidos, con un promedio de 100,000 profesionales alcanzados.

Con Pedro Vera en México logra dar el salto de la publicación hacia América Latina que luego se leía en Argentina y otros países de la región, además de España, Inglaterra, Belgica, Escandinavia, Italia, Suiza, Alemania y Australia. Se transformó en una publicación global.

La edición internacional presentaba el caso por parte de los médicos de EE.UU. y la sección con la interpretación local, así se podían comparar las dos experiencias.

Lograr que el médico hiciera un buen trabajo con sus pacientes

-¿Qué hacía la diferencia entre lo que se aprendía con la revista y la formación universitaria?

-Dependía de dónde se había formado el médico. Si había trabajado en emergencias, era más fácil acceder al conocimiento práctico. En el caso de los médicos en los hospitales universitarios, tenían una formación de alto nivel, pero sin correlación con la práctica.

La formación en América Latina se basa en muchos aspectos de atención primaria. Ocurre que cuanto más sofisticada es la universidad, los médicos estudian el caso difícil y especializado y no el común por el cual acude la mayoría de los pacientes.

Con su visión de celebrar la vida, era su idea con las publicaciones ayudar a los médicos a hacer un buen trabajo con sus pacientes.

Con el tiempo, Patient Care (ahora una publicación en línea), es comprada por Medical Economics Company.

“Mi perspectiva sobre él sería la de un innovador y un ciudadano público. Hay muchas personas que comienzan cosas comerciales con el único objetivo de ganar dinero. Lew siempre tuvo no solo un alto estándar ético de hacer lo correcto, sino que también se preguntó cuál era la mejor forma de hacerlo para servir a la salud pública”.

Warren Ross, líder del sector de la medicina académica

Otra etapa en su misión de ofrecer educación continua a los médicos, fue la organización de eventos de capacitación, de la mano con universidades, Escuelas de Medicina y asociaciones científicas.

Otro logro fue crear una compañía de registros médicos que permitió disminuir la mortalidad materno infantil, gracias al diseño de guías que definían protocolos de atención.

Alianza por la Educación Médica Continua

En el año 1975, un incansable Miller se da cuenta que los esfuerzos en formación médica continua se duplicaban porque cada quien organizaba cursos de formación (universidades, asociaciones científicas…) pero nadie sabía qué estaba haciendo el otro.

Decide organizar una reunión en Nueva York con la presencia de líderes del sector. “No eran charlas y sí mesas redondas para que se supiera qué pensaba el otro”.

La idea gustó. Se reunieron de manera consecutiva por tres años y cuando ya tuvieron 200 miembros, nace la Alianza para la Educación Médica Continua (Alliance for Continuing Medical Education). Ahora la organización tiene casi dos mil miembros. Hay una asociación similar, Global Alliance for Medical Education (GAME) establecida por Miller en el año 1995, con más de 200 miembros.

“La ventaja de esta alianza es que puso a los diferentes grupos a trabajar juntos, crear pautas y sistemas”, explica Miller.

Reconoce que a pesar del camino transitado, todavía la prevención en cuidados primarios no cuenta con soporte financiero suficiente.

“Los médicos necesitan conocimiento práctico y la educación continua debe ser costo efectiva”, razona, en particular porque “la medicina es ahora de precisión y por tanto es más costosa. Los médicos están más orientados a especializarse que a dedicarse a cuidados primarios”,

– ¿Qué lecciones de su libro The Life You Save (La vida que salvas), se mantienen vigentes como parte de un sistema que llegue a tiempo a la salud de las personas?

El libro explica que como paciente tienes el derecho a saber y aprender a preguntar cuando el médico te está hablando. También tienes el derecho a decir que no porque es tu cuerpo y no es el cuerpo del médico. Como paciente se propone el derecho a estar informado. Fue un libro escrito hace 40 años y sus mensajes todavía son válidos.

Para Lew Miller lo más importante en esta etapa que fomentó una mejor relación médico-paciente fue hacer un impacto en la vida de las personas.

Ayudar al otro para celebrar la vida

Dos caminos paralelos que se cruzan en su interés de celebrar la vida de otros, ha sido parte del hacer de Lew Miller.

En Glastonbury (Connecticut) crea una organización para construir un edificio de 10 pisos, destinados a adultos mayores que no podían pagar una vivienda. También, en el pueblo de Darién (Connecticut), vence la resistencia de la autoridad local y logra levantar un edificio con 40 viviendas para mayores.

En el mismo pueblo se dio cuenta que los policías y maestros no tenían dónde vivir porque era costoso y así crea un desarrollo para atender esta necesidad de vivienda.

En Nueva York se establece desde el año 2002 y comienza a conocer de manera cercana la situación de emigrantes y refugiados.

Adopta a un refugiado procedente de Honduras, víctima de una pandilla y cuyo padre había sido asesinado. Llega a NYC buscando a su madre a quien había visto por última vez a los 3 años. La consigue, pero ella fallece a los tres meses, víctima del cáncer. “En 15 años no había ido a un médico por temor a ser deportada; no sabía que en la ciudad se le presta asistencia médica sin costo”.

Otras historias similares las ha conocido Lew Miller, quien, al crear Helping Immigrants Thrive, Inc alienta a otros:

“Recuerde, esta tierra de oportunidades se construyó sobre la espalda, el cerebro y el coraje de los inmigrantes anteriores, incluidos los de sus antepasados”.

Así como hay programas orientados a dar vivienda a niños huérfanos, junto con su equipo espera tejer redes y alianzas para garantizar que los emigrantes aprendan un oficio, puedan conseguir trabajo e integrarse a la sociedad.

Casi un siglo de celebrar la vida: ¿Nos puede dar el secreto y algunos consejos para la juventud que todavía no consigue el propósito de su vida?

Todas las mañanas le doy gracias a Dios y le pregunto: ¿qué quieres que haga hoy? Y es parte de celebrar la vida.
La solución es hacer una diferencia con tu vida para ayudar a otros a tener una vida mejor. “Pude haber aprendido golf o a manejar un velero, pero me interesaba trabajar y hacer cosas”.

Celebra la memoria de quien fue su esposa durante 65 años, Jean.

Agradece la vida de su familia, su hijo Dave, quien es un maestro jubilado de educación especial en Darien High School y su hija Kathy, directora de operaciones de la Organización Regional de Información de Salud del Bronx. Tiene dos nietos y dos bisnietos.

-¿Cómo se define, en una frase?

Soy una persona que celebra la vida ayudando a otros.


Por: Violeta Villar Liste | [email protected]