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En Estados Unidos surgió la clasificación de «animales de apoyo emocional» para aquellos que ofrecen beneficios terapéuticos a sus dueños a través del afecto y el compañerismo

Por: María Mercedes Armas (Psicóloga)

La licenciada María Mercedes Armas Barrios es psicóloga. Egresada de la Universidad Central de Venezuela. Es integrante del Observatorio Venezolano de los DDHH de las Mujeres y del Centro de Investigación Social Formación y Estudios de la Mujer.
@psico.mm.armas
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Las mascotas han formado parte de la vida de las personas desde la antigüedad, sin embargo, desde hace un tiempo se ha ido estudiando y comprendiendo el impacto que aporta su compañía al bienestar emocional.

Debido a esto, diversos especialistas en el área de la salud, han incorporado la presencia de una mascota en intervenciones y tratamientos psicológicos, fisioterapéuticos, de terapia ocupacional o a nivel geriátrico, así como en roles de apoyo a personas con diversas discapacidades o trastornos de salud mental.

En Estados Unidos surgió la clasificación de «animales de apoyo emocional» para aquellos que ofrecen beneficios terapéuticos a sus dueños a través del afecto y el compañerismo que experimentan en su vínculo cotidiano; por lo tanto se les considera necesarios para proteger la salud mental y psicológica de su dueño.

El apoyo emocional de las mascotas se ha ido extendiendo para pacientes que manejan problemas de ansiedad, estrés postraumático, trastorno de pánico o depresión, entre otros.

En el área de salud mental es que se valora su presencia con mayor frecuencia. Como su nombre lo indica, son animales de apoyo o soporte, y su presencia no sustituye la necesidad de una terapia psicológica o cualquier otro tipo de tratamiento necesario.

Entre los beneficios terapéuticos de tener un animal de apoyo emocional destacan:

  • Brindan compañía y ofrecen un elemento de seguridad emocional.
  • El hecho de tener que atenderlos en sus necesidades de alimentación, aseo, diversión y ejercicio, garantiza que la persona tenga que organizarse y estructurar su tiempo para cumplirlas.
  • La necesidad de tener que salir de la casa, caminar e incluso socializar a lo largo del paseo son elementos motivadores y saludables para su dueño.
  • Experimentar emociones positivas como amor incondicional, ternura, alegría y compromiso son muy beneficiosos en el aspecto emocional debido a los vínculos que se establecen con la mascota.
  • Contar apoyo en momentos difíciles o de crisis emocionales.

Los animales de apoyo emocional no necesitan un adiestramiento especial, como es el caso de los perros de servicio, sin embargo se recomienda que tengan algunas características básicas como:

  • Que sea manejable por su dueño,  capaz de comportarse en público o acatar órdenes sencillas.
  • No debe suponer una amenaza o ser peligroso para el resto de personas.

Aunque cualquier animal podría ser considerado como mascota de apoyo, todo depende del vínculo con su dueño.

Entre las más frecuentes están los perros y gatos, aunque también se han incluido otros animales como aves, conejos, hurones, cobayas y algunos reptiles. Para ser considerado oficialmente  como mascota de apoyo o soporte deben tener la certificación emitida por un profesional de la salud mental, psicólogo o psiquiatra, lo cual garantizará que el animal pueda acompañar a su dueño  en los espacios laborales, en viajes en transporte público o en líneas aéreas que permitan este tipo de acompañamiento; basándose en el hecho de la necesidad psicoterapéutica de su dueño y también dependiendo de las leyes y normativas de cada país.

Muy importante a destacar es la reciprocidad en este vínculo de la mascota con su dueño, ya que ellos dependen de los cuidados y protección que reciben, lo cual justamente es lo que genera el maravilloso efecto de mejorar la salud mental y emocional de las personas a su cargo.

Por: María Mercedes Armas (Psicóloga)