Panamá y Venezuela presentan una cobertura vacunal contra fiebre amarilla inferior al 80%. A la fecha, el suministro de vacunas disponible es limitado e insuficiente para cubrir la demanda rutinaria de la región
Con información de la OPS
“La enfermedad ha causado numerosas epidemias con altas tasas de mortalidad a lo largo de la historia. Los casos pueden ser difíciles de distinguir de otras fiebres hemorrágicas virales como el arenavirus, el hantavirus o el dengue”
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) advirtió que el riesgo de brotes de fiebre amarilla, y de su impacto en la salud pública, en la Región de las Américas es alto. La mayoría de los casos notificados durante 2024 no tenían antecedentes de vacunación y a la fecha, el acceso a las vacunas es limitado por fluctuaciones en el suministro.
Aunque los niveles regionales de cobertura de vacunación contra la fiebre amarilla no eran óptimos antes de la pandemia de COVID-19, la cobertura de vacunación disminuyó significativamente entre 2020 y 2023, aumentando el número de poblaciones susceptibles en todos los países endémicos, advierte la organización.
En 2023, Panamá y Venezuela figuran entre los seis países con una cobertura de vacunación contra la fiebre amarilla inferior al 80%, junto con Argentina, Bolivia, Brasil y Perú.
Ecuador y Guyana alcanzaron coberturas de vacunación contra la fiebre amarilla superiores o iguales al 95%, y solo dos países, Surinam y Trinidad y Tobago, tuvieron coberturas entre el 90% y el 94%, señala la OPS.

En la “Evaluación de Riesgos para la Salud Pública relacionados con la Fiebre Amarilla: implicaciones para la Región de las Américas”, con fecha 14 de febrero de 2025, la OPS contextualiza que “la fiebre amarilla es una enfermedad hemorrágica aguda endémica en doce países y un territorio de Sudamérica: Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana Francesa, Guyana, Panamá, Paraguay, Perú, Surinam, Trinidad y Tobago y Venezuela”.
“La enfermedad ha causado numerosas epidemias con altas tasas de mortalidad a lo largo de la historia. Los casos pueden ser difíciles de distinguir de otras fiebres hemorrágicas virales como el arenavirus, el hantavirus o el dengue”.
Síntomas: suelen aparecer de 3 a 6 días después de la picadura de un mosquito infectado. En la fase inicial, incluyen fiebre, dolor muscular, dolor de cabeza, escalofríos, pérdida de apetito y náuseas o vómitos. En la mayoría de los pacientes, estos síntomas desaparecen después de 3 a 4 días (fase de remisión). Sin embargo, el 15% de los pacientes entran en una tercera fase, más tóxica, dentro de las 24 horas posteriores a la remisión inicial. Regresa la fiebre alta y varios sistemas del cuerpo se ven afectados, incluidos los riñones. La mitad de los pacientes que entran en esta fase tóxica mueren en un plazo de 10 a 14 días, mientras que el resto se recupera sin daños orgánicos significativos
Casos de fiebre amarilla en 2025
En 2025, entre la SE 1 y la SE 4, se notificaron 16 casos humanos confirmados de fiebre amarilla en la Región de las Américas, incluidos siete casos mortales.
Estos casos se notificaron en tres países de la Región: Brasil, con siete casos, incluidos cuatro mortales; Colombia, con ocho casos, incluidos dos mortales; y Perú, con un caso mortal. En 2024, se notificaron casos humanos principalmente en toda la región amazónica de Bolivia, Brasil, Colombia, Guyana y Perú.
En 2025, los casos se han registrado principalmente en el estado de São Paulo en Brasil y en el departamento del Tolima en Colombia, ambas regiones por fuera de la región amazónica de los respectivos países
Tratamiento: es sintomático, dirigido a reducir los síntomas para la comodidad del paciente. Un tratamiento de soporte adecuado y precoz en los servicios de salud mejora las tasas de supervivencia. Actualmente no existe un fármaco antiviral específico para la fiebre amarilla, pero los cuidados específicos para tratar la deshidratación, la insuficiencia hepática y renal, y la fiebre mejoran los resultados.
Vacunas insuficientes para cubrir demanda

La OPS señala que aun cuando la Región de las Américas ha fortalecido las capacidades de vigilancia, diagnóstico y vacunación de los países endémicos, “el suministro mundial de vacunas contra la fiebre amarilla ha mostrado fluctuaciones en los últimos años, lo que puede reducir el acceso de las personas susceptibles a vacunarse y conducir a una falta de respuesta a los brotes de fiebre amarilla”.
A principios de 2025, indica la OPS, el suministro de vacunas contra la fiebre amarilla disponible para la región también es muy limitado y no es suficiente para cubrir la demanda regional rutinaria del año.
La OPS informa que hay retrasos en la disponibilidad de suministros para su Fondo Rotatorio regional (FR), un mecanismo regional único de adquisición mancomunada que funciona desde 1979 en la región para ayudar a los Estados Miembros a acceder oportunamente a vacunas de calidad garantizada.
El suministro mundial de vacunas contra la fiebre amarilla ha mostrado fluctuaciones considerables durante los últimos 10 años, con algunos años de suministro suficiente y otros años con una disponibilidad limitada.
Cabe señalar que varios Estados Miembros de la OPS en América Latina y el Caribe no llevaron a cabo las campañas preventivas de recuperación durante los años en que la oferta no estuvo limitada. La reciente pandemia de COVID-19 y la continua sobrecarga operativa y financiera de los programas nacionales de inmunización podrían ser uno de los principales factores.
“La vacunación es la medida preventiva más importante contra la fiebre amarilla. La vacuna es segura, asequible y altamente efectiva, proporcionando inmunidad efectiva dentro de los 30 días al 99% de los vacunados. Una sola dosis es suficiente para conferir inmunidad sostenida y protección de por vida, sin necesidad de una dosis de refuerzo”.
Reforzar la prevención
“El aumento de los casos confirmados de fiebre amarilla en la Región de las Américas ha puesto de relieve la necesidad de reforzar la vigilancia, la vacunación de las poblaciones en riesgo y las estrategias de comunicación de riesgos para los viajeros que van a zonas donde se recomienda la vacunación”, subraya la OPS.
“Deben difundirse entre los trabajadores de salud en las áreas endémicas las mejores prácticas de manejo clínico, haciendo énfasis en la detección y tratamiento oportuno de los casos graves. Además, los países deben disponer de reservas de vacunas, en función de la disponibilidad de las mismas, para garantizar una respuesta rápida ante posibles brotes”.
Para prevenir epidemias de fiebre amarilla en zonas de alto riesgo con baja cobertura de vacunación, la OPS recomienda que los brotes se identifiquen y controlen rápidamente mediante la vacunación. Entre otra acciones:
1) vacunación sistemática para niños de al menos 1 año de edad a nivel nacional
2) campañas de vacunación masiva para aumentar la cobertura en personas de hasta 59 años de zonas de riesgo
3) campañas de vacunación en respuesta a brotes y epizootias
4) vacunación de viajeros a zonas enzoóticas (zonas de alto riesgo)
La OPS anuncia que “la evaluación rápida del riesgo (que ahora es alto) se revisará en caso de que se disponga de más información epidemiológica, clínica o virológica”.
Compartimos el enlace al documento original de la alerta con la información ampliada
Con información de la OPS