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El Consorcio de Investigaciones de Vacunas COVID-19 de Panamá gestiona la incorporación del país a los estudios clínicos mundiales de vacunas contra el virus, posición que le permitirá adelantar el acceso a la inmunización en beneficio de la población.

Son varias las fortalezas del país para que su nombre sea considerado:

La calidad de su investigación, la regulación local, su capital humano científico y sus centros de investigación de alto nivel.

La Dra. Digna Wong, coordinadora del Centro de Investigación Clínica y Médica Traslacional del Instituto de Investigaciones Científicas y Servicios de Alta Tecnología (Indicasat-AIP) y el Dr. Xavier Sáez-Llorens, ambos miembros del Consorcio, compartieron los datos más relevantes de este esfuerzo.

Detallaron que en estos momentos no se está trabajando en una vacuna propia, pero sí es el interés de caminar en esa dirección.

La prioridad es “que Panamá participe en estudios clínicos mundiales de vacunas COVID-19, lo que dará beneficios al país. Con nuestra participación en estos ensayos también buscamos poder estar entre los primeros países a los cuales las vacunas estarán llegando una vez las mismas sean licenciadas o aprobadas para su uso”, detallaron.

Julio, fecha histórica

En Panamá “se creó el Consorcio de Investigaciones de Vacunas COVID-19 desde inicios de julio de 2020, con el aval de la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt), para canalizar y priorizar las iniciativas de desarrollo de una vacuna contra COVID-19 en el país”. 

El Consorcio de Investigaciones de Vacunas COVID-19 lo conforma el Centro de investigación Cevaxin y el Instituto de Investigaciones Científicas y Servicios de Alta Tecnología (Indicasat-AIP).

Los doctores Digna Wong y Xavier Sáez-Llorens indicaron que en la actualidad el Consorcio ha hecho contactos para desarrollar dos proyectos de fase 2, “uno de los cuales esperamos poder comenzar a mediados de agosto, y el segundo, en septiembre u octubre, después de que sean evaluados y aprobados por el Comité Nacional de Bioética de la Investigación”.

Una vez que estos proyectos en vacunas den inicio, afirmaron, el Consorcio participará en la captación y evaluación de los participantes, así como en el procesamiento y análisis de las muestras biológicas.

Subrayaron el esfuerzo y la gestión del Consorcio para lograr que Panamá sea parte de los estudios clínicos mundiales de vacunas COVID-19.

“Panamá está siendo considerado gracias a la calidad de investigación que se realiza localmente, a la regulación local, a su capital humano científico y a sus centros de investigación de alto nivel que ponen al país en posición de ser seleccionado para participar de estos estudios”.

¿Cuál será la diferencia entre el trabajo que realizará el Consorcio y las investigaciones que en la actualidad están en marcha para generar la vacuna?

-No se trata de un trabajo diferente, se trata de que Panamá se sume a los esfuerzos mundiales existentes de estudios clínicos de vacunas COVID-19 que ya están en marcha con niveles de avance positivos.

Panamá aspira a participar en los distintos ensayos clínicos que diferentes universidades, fundaciones y empresas farmacéuticas productoras de vacunas, con diferentes tipos de vacuna, están llevando a cabo y así obtener datos en nuestra población que aporten a estas investigaciones información que respalde la eficacia y la seguridad de estas vacunas.

Más que diferencias es un trabajo en conjunto.

¿Cuánto de la experiencia previa de la vacuna COVID-19 puede incorporar el Consorcio?

-Lo que estamos buscando es que Panamá sea parte de las iniciativas globales ya existentes, que han demostrado un avance positivo.

Al participar en los estudios de investigación clínica en vacunas contra el COVID-19 se busca garantizar la seguridad y eficacia de las vacunas en nuestra población. 

También se impacta favorablemente el curso de la pandemia y permite ganar una posición competitiva para lograr vacunar a los grupos de mayor riesgo tan pronto como estén disponibles, entre ellos el personal de salud y de seguridad pública.

¿Cómo se logrará el financiamiento para avanzar de manera sostenida en la investigación?

-Los estudios de investigación clínica en vacunas contra el COVID-19 no representan costo para el país ya que son financiados por las propias casas farmacéuticas y por otras organizaciones.

Los doctores Wong y Sáez-Llorens recordaron que la vacunas en desarrollo, en el ámbito internacional, son diseñadas con una perspectiva global.

“Son ensayos multicéntricos en los cuales se incluyen voluntarios en muchos países”.

Detallan que la participación de Panamá en estudios de investigación de vacunas es clave por varias razones:

  • Necesitamos datos de seguridad e inmunogenicidad de estas vacunas, y en especial en nuestra población, para estar seguros de que su comportamiento es similar a otras partes del mundo.
  • Nos ayuda a conocer estos productos antes de que sean licenciados, sus características y manejo.
  • Si se logra realizar un estudio de dimensiones grandes, estudios fase 3 en los cuales se incluyen miles de personas, se podría impactar el comportamiento de la pandemia en nuestro país; por ejemplo, reducir el número de casos y defunciones.

– ¿La industria farmacéutica local se sumará a la producción de la vacuna o se producirá con otros laboratorios?

-Las vacunas que se utilizarán en los ensayos que el Consorcio desarrollará, son fabricadas en los laboratorios de las mismas casas farmacéuticas.

Una vez el ensayo es aprobado por el Comité de Bioética se inicia un trámite con Dirección Nacional de Farmacia y Drogas del Ministerio de Salud  donde se revisan todos los certificados de la calidad en la manufactura para la introducción de estas vacunas en nuestro país y poder ser usadas en los estudios.

Sin embargo, es importante resaltar que la visión de nuestro país debe ser encaminada a la producción de nuestras propias vacunas en un futuro a mediano plazo.

-¿Habrá un uso comercial o será aplicada de manera gratuita?

-En este momento estamos buscando que Panamá sea parte de estudios clínicos internacionales de vacunas COVID-19.

En el caso de los estudios clínicos los medicamentos o las vacunas no tienen ningún costo para el país ni para los voluntarios que participan.

La OMS posee un mecanismo denominado Covax cuya finalidad es brindar acceso a todos los países del mundo a las vacunas a costos accesibles cuando estas ya dispongan de las aprobaciones regulatorios para su uso.

Los grupos prioritarios a recibir las vacunas son:

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  • Los trabajadores del sistema de salud son el primer grupo, quienes representan el 1% de la población mundial aproximadamente y quienes están en la primera línea de atención en esta pandemia.
  • El segundo grupo son los individuos de más de 65 años, quienes representan el 8% de la población del mundo.
  • El tercer grupo son las personas que viven con algún tipo de enfermedad o comorbilidad. Este grupo representa aproximadamente el 15% de la población mundial.

¿Para cuándo esperan que el estudio clínico esté listo?

-Actualmente se llevan a cabo diversos estudios en el mundo. Es por esto, que en 2020 esperamos participar en estudios con más de una vacuna.

Sin embargo, es importante que sepamos que van a estar aprobadas, pero no licenciadas. Hay una diferencia sutil.

En caso de aprobación, las vacunas podrán ser utilizadas en caso de urgencias.Eso no significa que vamos a tener una licencia para uso universal tradicional, como estamos acostumbrados a hacer en los programas nacionales de vacunación.

Sin embargo, esperamos que con los resultados de las fases subsiguientes (fase 3) a mediados del próximo año se pueda contar con una vacuna licenciada para administrar a la población y, eventualmente, podríamos tener antes una vacuna aprobada para uso en los grupos más vulnerables.

Violeta Villar Liste
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