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VVL | con información del estudio Patrones dietéticos, determinantes sociales y emociones durante el confinamiento por COVID-19 en Panamá: Una encuesta en línea

La investigación, a cargo de científicos y científicas adscritos al Instituto de Investigaciones Científicas y Servicios de Alta Tecnología de Panamá (Indicasat-AIP), a la Caja de Seguro Social (CSS), Ministerio de Salud (Minsa), Centro Internacional de Estudios Sociales-CIEPS-AIP, Universidad Americana y Centro de Investigación Médica Pacífica Salud, fue apoyada por la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt)  y el Sistema Nacional de Investigación (SNI) de la Senacyt.

Las medidas de restricción de movilidad impuestas durante la pandemia de COVID-19 podrían haber afectado los patrones dietéticos al exacerbar las desigualdades existentes, concluye el estudio Patrones dietéticos, determinantes sociales y emociones durante el confinamiento por COVID-19 en Panamá: Una encuesta en línea.

De hecho, el estudio evidencia que el conjunto de variables que determina la situación social de los individuos, como el deficiente acceso al nivel de ingresos, al empleo y al nivel educativo, tiene un efecto crítico sobre la nutrición.

De igual modo, los autores comparten diferentes estrategias, orientadas a proteger, apoyar y mantener patrones de alimentación más saludables.

La investigación, a cargo de científicos y científicas adscritos al Instituto de Investigaciones Científicas y Servicios de Alta Tecnología de Panamá (Indicasat-AIP), a la Caja de Seguro Social (CSS), Ministerio de Salud (Minsa), Centro Internacional de Estudios Sociales-CIEPS-AIP, Universidad Americana y Centro de Investigación Médica Pacífica Salud, fue apoyada por la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt)  y el Sistema Nacional de Investigación (SNI) de la Senacyt.

La publicación se encuentra en el sitio de ciencia abierta Wiley Online Library:

https://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1002/hsr2.1168

Son los autores principales Amador Goodridge, por el  Centro de Biología Celular y Molecular de las Enfermedades, del Indicasat-AIP y el Centro de Investigación Médica Pacífica Salud e Idalina Cubilla-Batista, del Hospital Rafael Estévez, de la Caja de Seguro Social (ciudad de Aguadulce, Coclé, Panamá) y de Pacífica Salud. Maritza Ríos y Jon Subinas contribuyen igualmente a este estudio como co-primeros autores. Ríos por el Centro de Educación Nutricional de niño y el adulto, Pacífica Salud y Centro de Investigación Médica Pacífica Salud, Panamá y Subinas por el Centro Internacional de Estudios Sociales-CIEPS-AIP, Panamá.

En calidad de coautores:

Celestina Delgado: Departamento Nacional de Salud Nutricional, Ministerio de Salud, Panamá

Eliécer Torres: Escuela de Nutrición, Universidad Americana, Panamá

Objetivo: Estudiar salud y nutrición en cuarentena

Los autores describen que fue su objetivo  “evaluar los comportamientos de salud y nutrición de la población panameña durante el período de confinamiento correspondiente a la primera ola de la pandemia de COVID-19”.

La investigación ofrece “una descripción general de la salud, la ingesta de alimentos y los cambios de comportamiento durante el bloqueo de COVID-19 en Panamá, así como las características sociales y económicas asociadas con cada patrón identificado”.

El método empleado consistió en una encuesta en línea, con un total de 2,475 participantes mayores de 18 años así como 64 entrevistas cara a cara.

“Después de la validación de los datos, se incluyeron 1,561 encuestas en el estudio. La mayoría de los encuestados eran mujeres (74,2%) entre 18 y 49 años. Entre los encuestados, el 83,3% tenía un nivel de educación universitaria, y el 49,9% reportó un ingreso familiar mensual de menos de $1,000. Además, más del 50% se auto-reportó con sobrepeso u obesidad”.

Con respecto a las infecciones por COVID-19, 69 (4,4 %) encuestados informaron haber dado positivo por infección por SARS-CoV-2 en el momento de la encuesta. 

Un total de 1,211 (77,9%) reportaron vivir en Ciudad de Panamá y Panamá Oeste, mientras que 350 (22,1%) participantes vivían en otras provincias y comarcas indígenas. 

Hallazgos

El estudio Patrones dietéticos, determinantes sociales y emociones durante el confinamiento por COVID-19 en Panamá: Una encuesta en línea, aporta los siguientes hallazgos:

-Encuestados del patrón 1 (no saludable): Presentaron comportamientos de salud y nutrición que identificaron como un patrón dietético no saludable, “caracterizado por un alto consumo de alimentos de alto índice glucémico, alimentos altamente procesados ​​y menos frutas y verduras. 

Alimentos consumidos: mayor ingesta de alimentos de alto índice glucémico como pan blanco, tortillas/empanadas fritas, arroz blanco y alimentos menos saludables como carne procesada, té o café con azúcar, comida rápida, bebidas azucaradas, en caja. Cereales, bollería, artículos de confitería (dulces y postres), incluidos helados, y alcohol durante el período de estudio. Este mismo grupo reportó una ingesta reducida de frutas y verduras. 

El porcentaje más alto de participantes que eligieron sus alimentos en función de sus emociones y los beneficios para la salud de los alimentos y si los alimentos no eran perecederos fue del grupo del patrón 1.

-Encuestados del patrón 2 (saludables): “Demostraron comportamientos promotores de la salud, entre ellos un alto consumo de alimentos con alto contenido de micronutrientes y fibra, como frutas, verduras y legumbres, y una notable disminución en el consumo de carbohidratos procesados ​​(harina blanca y azúcar refinada).

Alimentos consumidos: mayor ingesta de frutas y verduras, mariscos, legumbres, verduras con almidón y grasas de aceite de oliva y aguacate. Ingesta reducida de pan, arroz, tortillas/empanadas, carne procesada, bebidas azucaradas, comida rápida y confitería/pasteles. 

El 88% de los encuestados del patrón 2 eligieron sus alimentos en función del hecho de que eran saludables y naturales.

-Encuestados del patrón 3 (mixto):  “Mostraron conductas positivas y negativas. Estos encuestados generalmente exhibieron una disminución constante en el consumo de alimentos considerados promotores de la salud. Sin embargo, al mismo tiempo, reportan una disminución en el consumo de alimentos menos saludables. También informaron menos hábitos protectores de la salud como sueño adecuado”. El número de comidas consumidas por día disminuyó durante el confinamiento En el estudio los identifican como patrón dietético mixto. 

Alimentos consumidos: disminución en la ingesta de pan, verduras, carne, cerdo, tortilla/empanada, todo tipo de cereales, legumbres, grasas de frutas y animales y carne ultraprocesada. Curiosamente, el grupo del patrón 3 informó una ingesta constante de arroz, verduras con almidón, legumbres, frutas, aves, huevos, comida rápida, pasteles y productos de confitería desde antes de la pandemia hasta durante la pandemia.

Alrededor del 70 % de los encuestados del grupo del patrón 3 informaron gastar 300 o menos por mes en las necesidades alimentarias de su familia.

Este grupo sufre de más vulnerabilidades sociales, con participantes condicionados por hechos que determinan la posición social de los individuos, como ingresos, nivel educativo y empleo.

Otros hallazgos:

-Más del 45 % de los encuestados de los patrones 1 y 3 seleccionaron el tipo de alimento que comprarían en función del precio.

-La mayoría de los participantes en los tres patrones (70 %) informó que comía de 3 a 4 veces al día antes de la pandemia. Para el período pandémico, el 52% de las personas no informaron cambios en la cantidad de horas de comida. 

-Los resultados demostraron que el porcentaje de individuos que aumentaron el número de comidas consumidas diariamente fue tres veces mayor entre los individuos del grupo del patrón 1 en comparación con los patrones 2 y 3.

-La encuesta incluyó una autoevaluación de la calidad de la ingesta de alimentos durante la pandemia; mientras que el 43 % de todos los encuestados no percibió cambios en la calidad, el 57 % de los encuestados del grupo del patrón 2 informaron una mejora en la calidad de su ingesta de alimentos durante la pandemia.

-Los resultados demostraron que alrededor del 40 % de los encuestados que ingirieron alimentos saludables habían comenzado a usar suplementos de vitamina C y D. Un mayor porcentaje de individuos del patrón 2 reportaron consumir Zinc, complejo B, Omega 3, multivitamínicos y probióticos.

-La mitad de los encuestados reportaron un gasto mensual en alimentos igual o menor a $200, lo cual no cubre el costo de la canasta básica de alimentos en Panamá. 

-Alrededor del 60% de los encuestados clasificados como patrones dietéticos 1 y 2 reportaron un ingreso mensual superior a $1000. 

De acuerdo con los resultados, “los encuestados con patrones dietéticos saludables y no saludables informaron mejores condiciones socioeconómicas que los participantes del patrón dietético mixto. Las personas con patrones dietéticos mixtos tenían ingresos más bajos, menos educación y tasas de desempleo más altas”.

Los autores advierten, sin embargo, que “los comportamientos contrastantes encontrados en los patrones 1 y 2 son un claro recordatorio de que tener recursos no siempre se traduce en decisiones positivas con respecto a la ingesta de alimentos o comportamientos de salud. Además, otras variables, como la autopercepción del estado de salud, las redes sociales y las desigualdades sociales y de género, deben ser consideradas al momento de formular políticas de salud pública”.

 
EMOCIONES: Con respecto a las emociones, encontraron que las mujeres experimentaron más emociones negativas, como miedo, preocupación y ansiedad, durante el período de confinamiento.

Actuar para reducir la inequidad

Los investigadores señalan que otros estudios confirman “el impacto de los bajos niveles de ingresos y la inseguridad alimentaria en el comportamiento nutricional de los miembros de la familia.

En el caso de Panamá, reflexionan que si bien “ha experimentado un desarrollo acelerado durante las últimas décadas, aún no ha sido capaz de revertir los altos índices de desigualdad y se mantiene entre los países con la riqueza más desigualmente distribuida en el mundo”, realidad que persistió y se acentuó en pandemia.

“En nuestro estudio se evidencia que el conjunto de variables que determina la situación social de los individuos, como el deficiente acceso al nivel de ingresos, al empleo y al nivel educativo, tiene un efecto crítico sobre la nutrición”.

Propuestas

Los investigadores señalan que los hallazgos del estudio sugieren “la necesidad de un enfoque holístico para equipar a la población con las herramientas y los recursos para tomar decisiones más saludables, incluso en situaciones críticas. La investigación futura debe determinar la mejor intervención para mejorar los patrones de ingesta de alimentos durante una crisis”.

Para mejorar este escenario, recomiendan diferentes estrategias, orientadas a proteger, apoyar y mantener patrones de alimentación más saludables:

  • Educar a los consumidores sobre las desventajas de consumir carbohidratos con almidón, como cereales altamente refinados y abogar por el consumo de carbohidratos con almidón variados, como yuca, plátano, papa, ñame u otoe (verduras) .
  • Alentar a las familias de bajos ingresos a usar los alimentos disponibles localmente y cultivar la tierra local.
  • Orientar a las autoridades locales para que introduzcan buenas prácticas alimentarias en las escuelas locales y otras instituciones públicas, por ejemplo, mejorando las Guías Alimentarias locales basadas en la población y sus patrones dietéticos saludables.

“A su vez, las autoridades deben adoptar iniciativas para mejorar el acceso a los alimentos de la población: desarrollar políticas públicas que faciliten precios asequibles para productos alimenticios esenciales, como verduras, frutas, proteínas y productos lácteos; implementar políticas públicas que fortalezcan el mercado agropecuario, haciendo asequibles los productos a los diferentes perfiles socioeconómicos y generando un comercio local que redunde en un mayor desarrollo del mercado nacional. El gobierno debe fortalecer las instituciones nacionales y las políticas públicas para aumentar la resiliencia económica de Panamá en respuesta a las fluctuaciones en los precios de los productos básicos y la volatilidad en los flujos de capital”.

VVL | con información del estudio Patrones dietéticos, determinantes sociales y emociones durante el confinamiento por COVID-19 en Panamá: Una encuesta en línea