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El proyecto «Diálogos Intergeneracionales de Científicas Sociales Panameñas»  celebra el legado de las pioneras en antropología, arqueología, sociología, geografía, educación, historia y urbanismo de Panamá.

Esta iniciativa, a su vez, forma parte del proyecto Pioneras de la Ciencia en Panamá, coordinado por la Dra. Eugenia Rodríguez Blanco, investigadora del Centro Internacional de Estudios Políticos y Sociales (CIEPS).

Como parte del esfuerzo por dar a conocer los resultados de esta investigación que se publicará en un libro, se desarrolló el seminario «Diálogos Intergeneracionales de Científicas Sociales Panameñas»,  entre el CIEPS y el Museo del Canal, con el apoyo de la Secretaría Nacional de Ciencia y Tecnología (Senacyt):Pioneras de la ciencia en Panamá: una historia que continúa (I)

Hoy presentamos parte del legado de Clara González en Ciencias Jurídicas, ponencia de la historiadora Yolanda Marco.

Clara González, el origen del derecho de los menores

Yolanda Marco es historiadora, especializada en historia de las mujeres, historia social e historia contemporánea, catedrática de la Universidad de Panamá e investigadora del proyecto Pioneras de la ciencia en Panamá. Es también miembro del Sistema Nacional de Investigación (SIN).

Fue el título de su ponencia, Clara González, el origen del derecho de los menores.

Resumen:

Yolanda Marco ha conocido y escrito de Clara González, la primera abogada panameña, de manera distinta.

Clara González de Behringer La protectora de la niñez, es el capítulo de su autoría, en la primera edición de Pioneras de la ciencia panameña.

Esta historia contada la acercó a esta mujer valiente, quien de niña sufre abuso sexual. Esta realidad de sus cortos siete años genera en la adulta una sensibilidad especial y propósito de luchar por las causas de los menores.

Sus padres denunciaron el crimen, pero la justicia no actuó. Clara, sin ser muy consciente de lo ocurrido, se sentía marcada, señalada una y otra vez, y objeto de comentarios. Su vida, tal como ella escribió, se convirtió en una “incesante tortura”, asediada por las preguntas de sus condiscípulas, menospreciada o convertida en objeto de lástima. Tenía miedo de ser vista como una persona mancillada y “sucia” por lo que ella denominaría a ese episodio de su vida: “el archivo secreto” “, describe Marco en el libro de Pioneras.

La confianza en su inteligencia, explica Marco, y el apoyo familiar, en especial de su padre, “posiblemente compensaba de alguna manera sus miedos e inseguridades”.

“Su infancia transcurrió por Remedios, Tolé, Natá y otros “villorrios anémicos”, como ella los describió. De allí, otras vivencias quedaron impresas en su memoria: el maltrato y la explotación de los peones de las fincas, de los indígenas y especialmente de las mujeres indígenas. Estas injusticias y ofensas Clara las sentía como propias y fueron el origen de su rebeldía y conciencia social”. (Clara González de Behringer, La protectora de la niñez, por Yolanda Marco, en el libro de Pioneras de la ciencia).

Estos dos escenarios de su vida, relatados en el libro de Pioneras, y expuestos durante el conversatorio en el Museo del Canal, permiten a Marco hacer comprensible la preocupación social de la pionera y su lucha por los derechos civiles, en particular de mujeres, niños y niñas.

“Siempre pensé, desde la primera vez que me enfrenté a su trabajo y al personaje, que ella requería de un estudio hecho por juristas, por gente del Derecho, porque había aspectos que se debían desentrañar, que su aporte debía de ser mucho más importante de lo que yo era capaz de ver”, explica la historiadora.

Esta nueva visión desde los logros jurídicos de la pionera, es el elemento novedoso de la nueva entrega de Pioneras en el caso de Clara González, cuyo testimonio de vida y hacer profesional, convierten su vida en un libro de capítulos sucesivos.

“Cuando empecé a releer con más profundidad, y con mirada distinta lo que Clara hizo como abogada, y la versión desde la perspectiva feminista, su figura se me agrandó; me ha impresionado mucho  y me emociona recordarlo porque les digo que fue una mujer enorme: mucho más de lo que yo conocía”.

¡Y bien que la conocía!

En Pioneras recuerda que Clara González estudia Derecho porque sentía que era una carrera con un fin social, “para alcanzar el ideal de justicia ambicionado por ‘los desposeídos, los débiles, los abandonados, los eternamente tristes’, por su gente, en otras palabras”.

Se forma en la Escuela de Derecho en el Instituto Nacional y es en junio de 1919 cuando sustentó su tesis de graduación, La mujer ante el derecho panameño, con lo cual “se convirtió en la primera abogada de Panamá y pronto en adalid del feminismo y de la justicia social”.

De hecho, fue cofundadora del Grupo Feminista Renovación y del Partido Nacional Feminista (PNF) y ya desde el PNF establece temas jurídicos asociados a los derechos de los menores.

Marco considera que estos nuevos aportes sobre la Clara González jurista deben motivar a otros investigadores y abogados a promover su legado.

Como historiadora e investigadora, este trabajo lo ha hecho con la lectura y reelectura de sus obras, además de abrir los ojos a posiciones teóricas que vienen de juristas feministas, “volviendo los ojos hacia la epistemología feminista pero especializada de mujeres juristas”.

Conversó con expertas como las abogadas y reconocidas juristas panameñas Alma Montenegro de Fletcher y Esmeralda Arosemena de Troitiño y con la trabajadora social  Olga Herrera, entre otras personalidades que le permitieron generar un diálogo intergeneracional para escuchar de otro modo la voz de Clara González, quien logra impulsar la creación del Tribunal Tutelar de Menores y el 2 de mayo de 1951 fue elegida por la Corte Suprema de Justicia como su primera juez.

Marco reflexiona que Clara González es ya muy conocida, por fortuna, después de varias décadas, en particular porque fue la lideresa del movimiento feminista en Panamá y por su papel como promotora de los derechos de los menores.

Reitera que su pensamiento y obra deben entenderse en este contexto de su vida en contacto con las desigualdades sociales y su propia situación personal que la marcaron de manera profunda.

Cuenta la historiadora, que hacia los años 70, Clara González inicia la escritura de una autobiografía que nunca terminó, pero en estas líneas que dejó escritas recordaba la violación que sufrió a sus siete años y cómo lo vivió como niña. También alcanzó a describir la situación de las mujeres indígenas humilladas en las relaciones patronales.

Esta motivación de estudiar Derecho para cambiar la sociedad es una línea de pensamiento fundamental, en particular desde una perspectiva feminista que la lleva a analizar, entre otros aspectos, la situación jurídica de las mujeres y de los niños dentro de la familia, y la situación de subordinación que existía en relación al padre.

Reivindicará la igualdad de derechos de las mujeres en el matrimonio, en la herencia y en la custodia y exigirá que los menores sean sujetos de derecho.

Esta reforma de las relaciones de familia son parte de los logros de Clara González, quien también se acercó a la materia penal desde la perspectiva social: ver quién es el sujeto y las razones de sus actitudes.

Estos derechos civiles, que hoy parecen ganados por la fuerza natural de la historia, en realidad han sido posible por visionarios y visionarias como Clara González, un legado que se hace visible gracias al esfuerzo de científicas sociales que serán las pioneras del mañana.

Leer más:

https://cieps.org.pa/wp-content/uploads/2022/10/Pioneras-de-la-Ciencia-en-Panama%CC%81.pdf

Para ver y escuchar: