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Lic. Javier Cano Molina

Los primeros auxilios son ese conjunto de actuaciones y medidas básicas que aplicamos con carácter de urgencia (inmediatamente) en diversas situaciones que se nos pueden presentar a lo largo de nuestra vida: accidentes, lesionados, quemaduras, hemorragias, en personas enfermas….

Estas actuaciones las aplicamos en el lugar del acontecimiento para ganar tiempo, procurando que esa lesión no empeore, no vaya a más.

Y si bien actuamos con los elementos que tengamos a mano, lo hacemos ganando un tiempo muy importante hasta lograr acudir a un centro especializado o a la espera de los servicios de emergencias.

El principal objetivo de los primeros auxilios es conservar la vida, evitar que las lesiones sean más graves, alivio del dolor, ayudar a la recuperación del accidentado. y asegurar el traslado a un centro sanitario cercano.

Las hemorragias son situaciones frecuentes que requieren actuación rápida de primeros auxilios.

Pueden ir desde un simple sangrado por la nariz, un corte en un brazo de cierta importancia que afecte a alguna arteria, hasta una hemorragia interna… situaciones que pueden ocasionar un shock hipovolémico-hemorrágico, con desenlace fatal.

El propósito de este artículo es exponer los distintos tipos de hemorragias, conocerlas y proponer las distintas formas de actuar para poder realizar (llegado el caso) unos primeros auxilios de calidad y así poder decir:

Nosotros podemos salvar vidas”

¿Qué es una hemorragia?

Una hemorragia es la salida de sangre fuera de los vasos sanguíneos. También la podemos definir como la salida masiva de sangre de los vasos sanguíneos, por la rotura de los mismos.

La rotura de un vaso sanguíneo puede ser debida a causas mecánicas (heridas, desgarros, cortes…) o bien hemorragias patológicas sin trauma aparente alguno.

No todas las hemorragias son iguales y por tanto la forma de actuación en cada una de ellas es también distinta.

Una hemorragia es tanto más grave, cuanta más cantidad de sangre sale y con mayor rapidez.

Si hay pérdida de más de un litro de sangre en una persona adulta o más de medio litro en un niño, puede considerarse una hemorragia grave y puede dar lugar a un shock hipovolémico y si no se corrige empeorará a una parada cardiorrespiratoria provocando la muerte (si no se actúa a tiempo y correctamente)

Los signos y síntomas del shock son:

  1. Alteración de la consciencia: mareo, confusión.
  2. Estado ansioso o nervioso.
  3. Pulso rápido y débil.
  4. Respiración rápida y superficial.
  5. Palidez de mucosas.
  6. Sudoración fría y pegajosa, generalmente en manos, pies, cara y pecho.

Las pérdidas de sangre que tienen lugar en un corto periodo son más peligrosas que las que se producen en un tiempo mayor.

Para controlar las hemorragias se produce la unión de plaquetas alrededor del vaso sangrante para formar un coágulo que impida que siga saliendo sangre fuera del mismo.

Por todo ello una atención urgente de la hemorragia puede resultar muy efectiva para evitar consecuencias más graves.

Las hemorragias se pueden clasificar de la siguiente manera:

En función del origen:

  • Arterial: pérdida de sangre de una arteria. Color rojo intenso y de salida discontinua o pulsátil.
  • Venosa: debidas a la lesión de una vena. Color rojo oscuro y de salida continua.
  • Capilar: motivadas por la salida de sangre de los capilares. Sale de forma continua, afectando a toda la superficie de la herida (en sábana)

En función de su presentación:

  • Externas: salida de sangre al exterior del cuerpo a través de una herida visible.
  • Internas: la pérdida de sangre se produce hacia el interior de una cavidad corporal (abdomen, tórax…), no siendo visible desde el exterior.
  • Exteriorizadas: La sangre viene del interior del organismo, pero se exterioriza a través de orificios naturales (boca, oídos, naríz, meato urinario, vagina y recto).

¿Qué hacer ante una hemorragia?

El procedimiento a seguir para cortar una hemorragia dependerá del tipo: interna, externa, arterial, venosa…

A. Hemorragia exterior: aquí cabe distinguir aún si se trata de una hemorragia externa o exteriorizada.

a.Hemorragia externa: Nos encontramos ante una hemorragia externa cuando la salida de la sangre se produce por el lugar en el que se ha producido la herida.Se diferencia, a su vez, entre arterial y venosa.

Arterial: Las arterias son los vasos que salen del corazón hacia el resto del organismo, aportando a este sangre rica en oxígeno.

En las hemorragias externas arteriales ha de presionarse directamente sobre la herida con las manos (utilizando guantes) para cohibir la hemorragia.

Si se dispone de gasas o apósitos limpios, deberán colocarse sobre la herida y continuar comprimiendo. En caso de que se empapen de sangre no deben retirarse sino colocar otros encima.

Si la hemorragia se localiza en la cabeza o en una extremidad hay que elevar éstas por encima del nivel del corazón.

En caso de que no descienda la hemorragia se efectuará la compresión sobre la arteria principal del miembro afectado, para disminuir el flujo de sangre por ella.

La compresión se realizará en uno u otro lugar según el área en que se produzca la hemorragia. Así:

  • La compresión se realiza sobre la arteria carótida (situada entre la tráquea y el músculo esternocleidomastoideo del cuello) si hay hemorragia en el área de la cabeza o el cuello.
  • La compresión se efectúa en la arteria subclavia (situada por encima de la clavícula) si hay hemorragia a la altura del hombro.
  • La compresión se efectúa en la arteria axilar (en el hueco axilar) si la hemorragia se localiza en el brazo.
  • La compresión se efectúa en la arteria humeral superior (en la cara interna del tercio medio del brazo) o en la humeral inferior (en la flexura del codo) si la hemorragia está en el antebrazo.
  • La compresión se realiza en la arteria femoral (en el pliegue inguinal), poplítea (en el hueco posterior de la rodilla) o pedia (sobre el empeine) si la hemorragia se produce en la pierna.
  • Venosa: Las venas recogen la sangre de todo el organismo, cargada de CO2, hasta el corazón.

Ante una hemorragia externa venosa hay que realizar también una compresión directa, evitando, en la medida de lo posible, efectuar ésta sobre la lesión, si la hay.

En caso de que no se reduzca a pesar de la compresión habrá que realizar un vendaje compresivo y controlar posteriormente el pulso y la vascularización.

b.Hemorragia exteriorizada: Las hemorragias exteriorizadas son hemorragias internas en las que la sangre brota por orificios naturales como es la nariz, oído, boca…

Se diferencian varios tipos, según el área de salida: epístaxis, hematemesis, hematuria, hemoptisis, metrorragia, otorragia, y rectorragia.

En todas ellas ha de prevenirse el shock hemorrágico cubriendo al paciente y elevando sus piernas, y procurar su traslado urgente vigilando sus constantes vitales.

  • Epistaxis: Si hay una hemorragia nasal hay que efectuar compresión, a no ser que exista trauma frontal.
  • Hematemesis: La hemorragia se manifiesta por vómitos de sangre. Hay que proceder a llevar a la persona a un centro sanitario con rapidez.
  • Hematuria: Se manifiesta por la existencia de sangre en la orina. Su origen puede estar en una patología médica o traumática. Hay que proceder a llevar a la persona a un centro sanitario con rapidez.
  • Hemoptisis: La hemorragia se manifiesta por la existencia de sangre en la tos. Es necesario trasladar a un centro sanitario con urgencia.
  • Metrorragia: La hemorragia se manifiesta por la salida de sangre por la vagina. Es necesario trasladar a un centro sanitario, sobre todo si la mujer está embarazada.
  • Otorragia: La hemorragia del oído puede ser la manifestación de un traumatismo craneal. Es necesario colocar al accidentado en posición lateral de seguridad sobre el oído sangrante, sin taponar, almohadillar la cabeza y trasladar a un centro sanitario con urgencia.
  • Rectorragia: La hemorragia se manifiesta por vía rectal. Es necesario trasladar a un centro sanitario.
  • Melenas: sangre procedente del aparato digestivo que es expulsada con las heces. Generalmente procede del tracto digestivo superior. Son de color negro y olor fétido.
  • Gingivorragia: hemorragia de las encías
  • Vibices: hemorragias pequeñas de la piel que se producen por rotura de diminutos vasos sanguíneos. La sangre queda acumulada debajo de la epidermis y origina imágenes pequeñas en forma de llama.
  • Petequias: hemorragias cutáneas puntiformes, rojizas y múltiples. Se localiza en la dermis.
  • Equimosis: son acumulaciones de sangre de la piel más extensas que las anteriores. También se llaman cardenales.
  • Púrpura: hemorragia de piel y mucosas que no desaparecen con la presión. Es una mácula.
  • Hemotórax: derrame sanguíneo en la cavidad pleural
  • Menorragia: hemorragia de la menstruación
  • Hemartros: derrame de sangre en cavidad articular.

B. Hemorragia interna

Se puede sospechar de su existencia por los siguientes signos físicos:

  • Palidez.
  • Frialdad.
  • Pulso débil.
  • Taquicardia
  • Disminución del nivel de conciencia
  • Sudoración profusa

Las hemorragias internas suelen revestir gravedad, produciéndose con más frecuencia en unos órganos que en otros (en el riñón por ejemplo).

Ha de prevenirse el shock hemorrágico siguiendo los siguientes pasos:

  • Colocar al accidentado en decúbito supino tumbado boca arriba), con la cabeza de lado y los pies elevados.
  • Aflojar las prendas de ropa que pudiesen oprimirle.
  • Cubrir levemente para evitar pérdidas de calor.

De igual modo, trasladar con urgencia a un centro sanitario vigilando sus constantes vitales.

Lic. Javier Cano Molina

Javier Cano Molina. Nacido en Jaén. Lleva más de 25 años como profesional de Enfermería. Ha ejercido como supervisor de hospital durante 20 años en áreas distintas como Medicina Preventiva, Anatomía Patológica, Esterilización y Farmacia Hospitalaria. Doctor en Antropología. Estudió Psicología. Compagina su actividad profesional desde hace 18 años con la divulgación y formación de personal sanitario. Autor del libro: “Guíaburros primeros auxilios: tú puedes salvar vidas” (editorial Editatum) y del libro: “Guíaburros suplementos dietéticos: verdades y mitos” (editorial Editatum) Ha participado como experto en la elaboración de manuales sobre estándares y recomendaciones de calidad del Ministerio de Sanidad. Ha participado como ponente y autor de trabajos en numerosos congresos nacionales e internacionales. Le encanta el estudio sobre antiguas civilizaciones y diversos temas de interés antropológico.