fbpx
Imagen de Freepik
A veces las emociones, erróneamente llamadas negativas, como la rabia, el miedo o la tristeza, también son fuente de impulso para cambiar cosas

Por: María Mercedes Armas. Psicóloga

La licenciada María Mercedes Armas Barrios es psicóloga. Egresada de la Universidad Central de Venezuela. Es integrante del Observatorio Venezolano de los DDHH de las Mujeres y del Centro de Investigación Social Formación y Estudios de la Mujer.
@psico.mm.armas
[email protected]

«La vida es lo que nos pasa mientras hacemos otros planes».  Allen Saunders

El proyecto de vida es una herramienta que ha demostrado ser muy útil y se ha aplicado en diversos ámbitos, entre ellos, a nivel educativo con niños y adolescentes. Mientras estemos vivos, independientemente de la edad o condición, el diseñar nuestro proyecto de vida nos va a permitir una interesante reflexión con nosotros mismos para avanzar hacia una vida más satisfactoria.

Te invito a seguir los pasos que te iré indicando para que te animes a construir tu propio proyecto de vida si aún no lo has hecho.

Comencemos por definirlo. El proyecto de vida parte de la idea de ¿quién quiero llegar a ser?

Por lo tanto:

  • Implica la escogencia de un camino, de un transitar, de un viaje para llegar a un destino, una meta final.
  • Es importante pensar, planear y decidir, de manera consciente y responsable, cuál es nuestro proyecto de vida  porque, de no hacerlo, podemos dejar las riendas de nuestra vida en otras personas y circunstancias que no nos garantizan ese final satisfactorio que deseamos alcanzar y  disfrutar.
  • El proyecto de vida no se encuentra… se decide.

Esto es de particular importancia debido a que existen roles estereotipados social y culturalmente y, si no decidimos pensar  y trabajar en nuestro proyecto de vida, lo más probable es que terminemos cumpliendo esos roles con las consecuencias que implican. Por ejemplo: las carreras que se piensa que son para hombres o mujeres, o las limitaciones que podemos ponernos por el hecho de tener una edad avanzada.

Hay muchos temas y áreas vitales que necesitamos aclarar y para esto tenemos la definición del proyecto de vida, entre otros:

  • Unirse en pareja.
  • Tener hijos.
  • La autonomía o dependencia económica.
  • Estudiar.
  • Emprender.

Así como el proyecto de vida personal o individual es importante; es muy recomendable que las parejas trabajen de manera consciente en crear su proyecto de vida en pareja.

¿En qué consiste el  proyecto de vida en pareja?

Podemos pensar en una pareja amorosa como un equipo que se une para compartir sus vidas en una relación de amor y compromiso. Consiste en la construcción que ambos hacen acerca de cómo quieren vivir sus vidas juntos, un diseño creado por ambos que les permitirá definir claramente lo que quieren y cómo se proponen alcanzarlo. Construir el  proyecto de vida en pareja requiere de un espacio y tiempo de reflexión y discusión  sobre lo que desean lograr juntos.

  1. Los 4 aspectos del proyecto de vida:

Vamos a comenzar a analizar los 4 aspectos fundamentales del  proyecto de vida: el pensamiento, la planificación, la emoción y la acción con propósito. Cada aspecto involucra una serie de procesos.

  • El pensamiento.

Son todas aquellas ideas que surgen cuando queremos plantearnos el proyecto de vida. En ese proceso del pensamiento a veces surge una “lucha” mental porque comenzamos a censurar o a descartar ideas por considerar que son inviables o no podremos llevarlas adelante.

Un ejercicio bastante productivo es escribir todas las ideas que surjan, sin cuestionarlas, solo dejar fluir libremente nuestros pensamientos en cuanto a lo que deseamos establecer como proyecto de vida. No importa si te parecen absurdas o inalcanzables. Esta tarea te puede llevar varios días y es importante dedicarle tiempo para que las ideas fluyan.

  • La emoción.

La emoción que vinculamos a nuestro proyecto de vida es un componente esencial, es el combustible que nos permite impulsarnos y continuar avanzando. Si el plan que tenemos no  nos “sabe a nada”, nos da igual, no lograremos avanzar. De allí que es tan importante generar nuestras metas partiendo de lo que nos encanta, nos motiva y nos emociona.

A veces las emociones, erróneamente llamadas negativas, como la rabia, el miedo o la tristeza, también son fuente de impulso para cambiar cosas, para lograr metas y para transformar no solo nuestra realidad sino también la de nuestro entorno. Por ejemplo: cuando observamos injusticia, podemos sentir rabia, y esa rabia la podemos transformar al usarla como combustible para un cambio.

Te invito a que revises lo que has escrito hasta ahora como proyecto de vida y chequea cuáles emociones se mueven en ti. Y también puedes, a partir de lo que te motiva, comenzar a generar y a construir tu proyecto de vida.

Cuando estamos desanimados para continuar, sirve volver a conectarnos con esa emoción inicial y revisar por qué decayó. En nuestro proyecto de vida las emociones están presentes de manera continua, son nuestras aliadas y así podemos comenzar a gestionarlas.

En la próxima publicación continuaremos conversando sobre los aspectos fundamentales del proyecto de vida.

Por: María Mercedes Armas. Psicóloga