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Ramón Piñango es sociólogo de la UCAB (1965). Hizo una maestría en Sociología de la Educación (Universidad de Chicago, 1967) y un doctorado en Educación (Universidad de Harvard, 1981). Además de su múltiple trayectoria académica, presidió el IESA entre 1993 y 2001, institución que le reconoció como profesor emérito.

Por: Nelson Rivera, director del Papel Literario del diario El Nacional

Amigos lectores:

I.

A comienzos de noviembre (2023) le escribí a Gustavo Roosen, presidente ejecutivo del Instituto Superior de Estudios de Administración -IESA-, fundamental centro universitario que el próximo año cumplirá 60 años, para pedirle apoyo y armar un dossier en homenaje a Ramón Piñango, Profesor Emérito de ese centro de educación superior, que este año cumple 45 años como docente.

II.

De Piñango cabe decir: un ave exótica. Sociólogo de formación, dotado de un mirada analítica sobre el devenir de la nación venezolana, es un estudioso de la Educación, un docente estimulante y admirado, miembro de la Academia de Ciencias Económicas, lector que bracea en las aguas de la literatura, hombre interesado en las empresas, la gerencia y el buen hacer de las organizaciones. No un especialista en uno o dos campos, sino un caballero que se mueve a sus anchas en la esfera pública, que no se ha separado nunca de la pregunta por el destino de Venezuela, como bien saben los lectores de la revista Debates IESA, bajo su dirección. Quiero recordar aquí que Piñango, junto a Moisés Naím, fue a comienzos de los años ochenta (¡cuánto ha cambiado todo desde entonces!) editor del volumen, cada vez más significativo, El caso Venezuela. Una ilusión de armonía (1985), que reunió 22 capítulos y una introducción, en el que ya estaban dibujados buena parte de los estratégicos desafíos, evidentes o incubados, que resultarían definitorios en los años que vendrían.

II.

El dossier que se ofrece es mérito del IESA, producto de las disciplinadas diligencias de la gerente de Comunicaciones Corporativas, Rocío Martínez, mi interlocutora durante el proceso. Vienen artículos de mediana o mayor extensión: de Gustavo RoosenJosé MalavéRosamelia GonzálezOlga Bravo LunaRoberto VeigaVirgilio Armas y José Balza, aproximaciones a las distintas facetas del hacer de Piñango. El homenaje incluye un texto de Naím&Piñango, recapitulación de El caso Venezuela, más la republicación de la entrevista que le hice en julio de 2019, como parte de la serie La Venezuela que viene. A esto se suman breves memoriosas salutaciones de Frank Briceño FortiqueMercedes Briceño PulidoTahiana Adrián ColmenaresSusana ChuJosé Rafael BriceñoYurik LeónCarlos López Víctor Carrillo.

IV.

Quiero añadir que el material de José Balza, dedicado a Suma del pensar venezolano -Balza y Piñango fueron parte del equipo de editores-, me ha hecho recordar al Asdrúbal Baptista editor. Me basta decir aquí que a él debemos la inspiración y el impulso de los tres volúmenes de Venezuela Siglo XX. Visiones y testimonios y de los tres del ya mencionado Suma del pensar venezolano, dos de los proyectos editoriales más ambiciosos y mejor logrados de las últimas décadas venezolanas, materializados gracias a la contribución de Fundación Empresas Polar.

V.

En las páginas 9 y 10 viene Mayo 68, la rebelión de los ‘bobós’, ensayo acompañado de varias imágenes que ofrecen un contexto visual, de Edgar Cherubini Lecuna: “Para tratar de comprender los sucesos de mayo de 1968 en Francia, habría que repasar brevemente la historia de una sociedad surgida del siglo de las luces y de la revolución de 1789, que descabezó el absolutismo dando inicio a un régimen basado en el principio de la soberanía popular, germen de la democracia moderna, pero que durante los siglos XVIII y XIX basculó entre la revolución y el terror, la guillotina y la venganza social, el imperio napoleónico y la monarquía constitucional, para finalmente lograr la democracia republicana. Marchas y contramarchas donde lo único que prevaleció, desde que Francia entrara en la fase de industrialización, fue una burguesía rica y culta que se convirtió en la fuerza política dominante del país”.

VI.

Cierro con un párrafo copiado del ensayo que Asdrúbal Baptista dedicó a Suma del pensar venezolano. En él da forma a los propósitos de la publicación: “Entender dichas reflexiones, pensar y discutir sobre ellas, es entonces la vía franca para contemplar el país desde la más amplia perspectiva disponible. Por su intermedio, y quizás sólo por él, será posible ver con claridad las corrientes que atraviesan la nación en todas las direcciones, y que hoy la mueven o la frenan. Se hace necesario acometer la tarea de revivir el pensamiento en Venezuela, y muy especialmente el pensamiento sobre Venezuela. Esto es así no sólo por la significación intelectual de la tarea, que es grande y que sirve por sí sola de plena justificación, sino por lo que es más imperativo: la urgencia que impone el futuro, la urgencia de la acción, que a menos de que tenga eficaces guías puede errar el blanco y perderse en el vacío”.

VII.

Es todo amigos lectores.

Nelson Rivera