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Imagen | cortesía OPS

Reportaje OPS Panamá

Los colcoms no sólo facilitan la ampliación de la vigilancia de la malaria en Ngäbe-Buglé buscando proactivamente a quienes presentan síntomas y realizando pruebas rápidas, sino que también garantizan que los casos se traten rápidamente


Río Cañas es una de las muchas aldeas remotas de Ngäbe-Buglé, comarca indígena de Panamá que se despliega desde el mar Caribe en el norte hasta las provincias de Chiriquí y Veraguas al sur.

Esta zona se caracteriza por tener una población 97,9% indígena y 2,1% afrodescendiente.

House

Para llegar a la aldea de Emelida, la cual no cuenta con conexión a red eléctrica ni telefónica, los trabajadores de la salud deben recorrer carreteras montañosas de difícil acceso durante cinco horas en coche desde su base en San Félix, seguido de dos horas en barco. El centro de salud más cercano está a 40 minutos en lancha rápida.

Walk towards the house

Por eso los colaboradores comunitarios, o colcoms como se les conoce localmente, son una parte tan crucial de la estrategia de eliminación de la malaria en Panamá.

En los dos últimos años, el país se ha visto inmerso en una epidemia de malaria, observándose un incremento del 65% en los casos, pasando de 4,181 en 2021 a 7,083 en 2022. Hasta octubre de 2023, se habían notificado 8,301 casos, de los cuales más del 90% ocurrieron en comunidades indígenas de difícil acceso.

Final stretch by boat

En febrero de 2023, frente al brote de esta enfermedad, el Ministerio de Salud publicó una alerta sanitaria y emitió una resolución para intensificar la respuesta a la malaria en las cuatro zonas del país con mayor número de casos, incluida Ngäbe-Buglé. Estas medidas permitieron a los sistemas de salud locales fortalecer sus redes comunitarias a fin de diagnosticar y tratar la malaria con más profesionales de laboratorio y técnicos en control de vectores, así como proporcionar suministros adicionales de diagnóstico y tratamiento. Los 43 colcoms son una parte vital de esta red.

Los colcom son personas contratadas en las propias comunidades indígenas. El Ministerio de Salud, en colaboración con la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Iniciativa Regional para la Eliminación de la Malaria (RMEI), les brinda capacitación para diagnosticar y tratar la malaria. Esta formación también cuenta con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo y Clinton Health Access Initiative.

«Los técnicos de control de vectores visitan la zona durante 20 días, seguidos de diez días de descanso. Durante esos diez días, somos nosotros los que nos encargamos de la respuesta a la malaria en la comunidad», explica Tania Palacio Valdés, colaboradora comunitaria de Río Cañas.

Cuando descubrimos que alguien en el pueblo tiene síntomas de malaria, visitamos su casa, realizamos pruebas y proporcionamos tratamiento, no sólo a los casos positivos sino a todos los que viven en la casa», añadió.

Los colcoms no sólo facilitan la ampliación de la vigilancia de la malaria en Ngäbe-Buglé buscando proactivamente a quienes presentan síntomas y realizando pruebas rápidas, sino que también garantizan que los casos se traten rápidamente antes de que puedan propagarse. A cambio de estos servicios, reciben un estipendio mensual de 100 dólares por parte del Ministerio de Salud de Panamá.

Colcom Community collaborators

«Los colaboradores comunitarios son una parte fundamental de la estrategia de eliminación de la malaria en Panamá ya que están inmersos en la comunidad, hablan el idioma, son de confianza y pueden empatizar con la población local», dijo Gloria Henao, consultora internacional sobre Malaria de la OPS.

«La OPS apoya la capacitación de estos trabajadores y les proporciona las herramientas necesarias para realizar pruebas de diagnóstico y registrar los casos de manera oportuna», agregó Henao. La Organización también facilitó la donación de medicamentos antipalúdicos y pruebas de diagnóstico rápido durante un periodo de desabastecimiento de estos insumos en el año 2022.

«Gracias a sus habilidades y liderazgo, los colcom pueden proporcionar diagnóstico y tratamiento a su comunidad en lugares donde carecemos de un centro de salud físico», dijo la doctora Carmen Pérez, jefa del Departamento de Vectores del Ministerio de Salud de Panamá.  «Pero es vital que mantengamos esta iniciativa más allá del actual brote de malaria».

Hacia la eliminación de la malaria en Panamá

La malaria es una enfermedad causada por parásitos del género Plasmodium, que se transmiten al ser humano a través de la picadura de mosquitos Anopheles infectados. La enfermedad es prevalente en regiones tropicales, y los síntomas pueden ser desde leves, como fiebre y dolor de cabeza, hasta formas graves con riesgo de muerte.

La Iniciativa de Eliminación de la OPS, enfocada en erradicar más de 30 enfermedades transmisibles, entre ellas la malaria, pide a los países que refuercen la vigilancia y apliquen soluciones innovadoras para controlar y prevenir brotes, incluyendo el uso de pruebas rápidas en las comunidades.

«Uno de los retos a los que nos enfrentamos cuando trabajamos hacia la eliminación de la malaria es abordar a las comunidades de una manera más orgánica, trabajando con ellas y convirtiéndolas en parte integral del diagnóstico y la respuesta. En Panamá, los colcom son una parte clave de este proceso», dijo la doctora Ana Riviere-Cinnamond, representante de la OPS/OMS en Panamá.

En la región de las Américas, Argentina, Belice, El Salvador y Paraguay han logrado eliminar la transmisión autóctona de la malaria en sus territorios, gracias a intervenciones basadas en evidencia científica.

«Si seguimos avanzando como los países que han eliminado la malaria, no sólo será una victoria para Panamá, sino para toda la región», añadió la doctora Ivette Berrio, viceministra de Salud de Panamá.

«Involucrar a las propias comunidades es una parte crucial de esto», remarcó.

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