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Dr. Julio Acosta


En las personas que comienzan su vida adulta es común tener un mayor o menor temor al infarto. Esa percepción aumenta cuando aparece la enorme responsabilidad de cuidar y sostener a una familia que inicia con amor y la inseguridad de no poder protegerlos por muchos años.

Infarto es el término médico referido a la muerte (necrosis) de un tejido causada por la interrupción total del flujo de sangre a sus células (isquemia), en síntesis, necrosis tisular isquémica que puede ocurrir en el corazón (infarto del miocardio), en el cerebro (infarto cerebral), en el riñón (infarto renal) o en otros tejidos como los pulmones, el mesenterio, la retina o las extremidades.

La interrupción completa del flujo sanguíneo a un tejido es producida por la obstrucción total o severamente crítica de la luz de la(s) arteria(s) que lo irriga.

La obstrucción puede ser anatómica, funcional o mixta.

La pared del vaso sanguíneo arterial consta de tres capas, una externa o adventicia que sirve de envoltorio estructural y nutriente; la capa media muscular constituida por fibras contráctiles que tiene la función de variar el calibre de la luz del vaso mediante la contracción o la relajación de esas fibras musculares, con el fin de ajustarse a la necesidad de aporte energético que cambia de instante a instante; y la capa mas interna, el endotelio, formado por una hilera de células con función sensorial de señales que indican la necesidad energética instantánea del tejido, así como de otras señales importantes como la presencia de sustancias extrañas potencialmente dañinas o de una lesión.

La célula endotelial no solo recoge la señal, sino que a su vez la transforma en señales mensajeras dirigidas a las células del sistema correspondiente, encargado de ejercer la respuesta apropiada a la orden emitida por el endotelio.

Por ejemplo, si la situación solicita el aumento local del flujo sanguíneo en magnitud específica a la necesidad causada, digamos, por un ejercicio muscular, o por la digestión de una comida, o por un cálculo matemático, la célula endotelial percibirá la señal de aumento en el requerimiento tisular mediante mecano-sensores ubicados en su superficie luminal, y sinterizará el mensajero mediador que secretará por vecindad a la fibra muscular vecina para que relaje sus fibras, con lo cual se aumentará el calibre de la luz arterial y producirá el incremento instantáneo del flujo sanguíneo.

Este proceso señal-percepción-mediador-respuesta se efectúa en fracciones de segundos y con igual velocidad se revierte si cesa la necesidad del aumento de flujo.

Para ello usa señales químicas o eléctricas de difusión muy rápida dependientes del tipo de arteria.

Las de calibre mediano, tales como las arterias coronarias que nacen de la aorta, recorren la superficie del corazón y dan ramas penetrantes dentro de la pared muscular; son arterias medianas que conducen el flujo hacia la pared, denominadas arterias de conductancia que producen como mediador al Óxido Nítrico (ON) gas constituido por la molécula mas pequeña del organismo, cuyo tiempo de síntesis y de duración es de fracciones de segundos.

El ON tiene, entre otras, la propiedad de inducir relajación de las fibras musculares lisas que constituyen la capa media en la pared arterial y el consiguiente aumento del calibre de la luz vascular (vasodilatación).

Las arterias de diámetro mediano, de conductancia, con milímetros de diámetro, dan origen a arterias de calibre progresivamente mas pequeño (micras, microvasos) que a su vez originan a los vasos capilares, muy delgados, cuya pared consta solo de la capa de células endoteliales.

En los microvasos la señal es más rápida, es eléctrica y usa solamente la transmisión de electrones a lo largo de la pared; el estímulo producido por aumento de flujo en los mecanosensores endoteliales activa canales iónicos que liberan corrientes eléctricas transmitidas a muy alta velocidad hasta alcanzar al músculo liso cercano para inducir relajación y apertura de la luz vascular; a este complejo sistema se le llama Factor de Relajación Derivado del Endotelio.

Diversas circunstancias patológicas alteran profundamente el delicado mecanismo de la vasomoción. Los mas frecuentes son: Hipertensión arterial, diabetes, el aumento de las grasas dañinas en la sangre, la obesidad, los productos del tabaco, las drogas, el sedentarismo prolongado, sueño inapropiado y alteraciones emocionales severas.

Las consecuencias de la disfunción arterial incluye los síndromes de la cardiopatía isquémica: angina de pecho, infarto del miocardio, arritmias cardíacas, muerte súbita e insuficiencia cardíaca.

La corrección de los factores de riesgo mencionados y la prescripción de fármacos específicos pueden prevenir la incidencia de los síndromes isquémicos cardíacos.

La obstrucción anatómica -no funcional- de las arterias que incluye a la aterosclerosis y a la embolia, será tema de próximo artículo.


Este artículo fue publicado de manera original en mayo 2020. Es un homenaje en el Día del Corazón

Dr. Julio Acosta Martínez

El doctor Julio Acosta Martínez es presidente del Colegio Venezolano de Endotelio y de la Asociación Venezolana de Aterosclerosis. Expresidente de la Sociedad Venezolana de Cardiología y profesor retirado de Cardiología Clínica en la Universidad Central de Venezuela. Médico Cardiólogo de la Policlínica Metropolitana de Caracas.