Uno de los hallazgos más consistentes es el incremento en la prevalencia de trastornos de ansiedad y depresión entre los profesionales de la salud, que fue evidenciado durante la pandemia de COVID-19
Por: Dra. Karen Courville, FACP, SIN

La Dra. Karen Courville es egresada de la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá. Realizó estudios en Medicina Interna y Nefrología en el Complejo Hospitalario Dr. Arnulfo A. Madrid. Tiene un Fellow en Investigación Renal del Instituto Mario Negri en Bérgamo, Italia. Investigadora del Instituto de Ciencias Médicas de Las Tablas. Miembro del Sistema Nacional de Investigación (SNI)
La salud mental es nuestro estado de bienestar emocional, psicológico y social, y ese estado complementado, influye en cómo pensamos, sentimos y actuamos. Cuando nuestra salud mental está bien, podemos relacionarnos con los demás, sentirnos conectados con las personas que queremos y construir relaciones saludables. Podemos enfrentar desafíos, resolver problemas, enfrentar el estrés y superar obstáculos con resiliencia. Además, nos permite disfrutar de la vida, sentirnos satisfechos y apreciar las cosas buenas que tenemos.
La salud mental es tan importante como la salud física. Al igual que necesitamos cuidar nuestro cuerpo para prevenir enfermedades, también debemos cuidar nuestra mente para vivir una vida plena y satisfactoria. Este año el lema de la Organización Mundial de la Salud es “Es tiempo de priorizar la salud mental en el lugar de trabajo”.
¿Cómo puede afectar la salud mental a un trabajador?
La salud mental de los empleados tiene un impacto directo y significativo en el ambiente laboral. Cuando un trabajador experimenta un deterioro en su estado de ánimo o enfrenta un problema de salud mental, pueden surgir diversas consecuencias que afectan tanto a la persona como a la organización en su conjunto.
Un trabajador con problemas de salud mental puede tener dificultades para concentrarse, tomar decisiones y completar tareas a tiempo. Esto se traduce en una disminución general de la productividad del equipo. La falta de concentración y la disminución de la capacidad cognitiva pueden llevar a un aumento de errores y descuidos en el trabajo. Los problemas de salud mental pueden provocar un aumento en las ausencias laborales, tanto por enfermedad como por baja médica.
En cuanto a la atención de los clientes o usuarios, un trabajador con bajo estado de ánimo puede mostrar menos empatía y paciencia con los clientes, lo que puede afectar la calidad de la atención, producir dificultades para comunicarse de manera efectiva (que pueden generar malentendidos y conflictos con los clientes) y esto incluso puede llevar a la pérdida de clientes y dañar la reputación de la empresa.
Además, un ambiente laboral negativo puede afectar la moral de los empleados y disminuir la satisfacción laboral; generar costos adicionales para la empresa, como los gastos médicos, la pérdida de productividad y la rotación de personal; y generar tensión y estrés en el resto del equipo, ya que los compañeros pueden sentirse sobrecargados al tener que asumir más responsabilidades.
Salud mental en trabajadores de la salud

Uno de los hallazgos más consistentes es el incremento en la prevalencia de trastornos de ansiedad y depresión entre los profesionales de la salud, que fue evidenciado durante la pandemia de COVID-19. La exposición constante al riesgo de contagio, la sobrecarga laboral y la preocupación por la salud de los pacientes y sus propias familias fueron y han sido factores clave en el desarrollo de estos trastornos.
Los problemas para dormir se han vuelto comunes entre los trabajadores de la salud, el estrés, la preocupación y los cambios en los horarios de trabajo han contribuido a alteraciones en los patrones de sueño. La sobrecarga laboral y la exposición continua a situaciones de alto estrés han llevado a un aumento significativo del agotamiento emocional y el burnout entre los profesionales de la salud.
Diversos factores se han identificado como riesgo en la vulnerabilidad de los trabajadores de la salud para desarrollar problemas de salud mental, como el género (las mujeres han mostrado tasas más altas de trastornos de ansiedad y depresión), la edad (los más jóvenes y los más mayores parecen ser más vulnerables), la especialidad médica (los profesionales que trabajan en áreas de cuidados intensivos o urgencias han reportado mayores niveles de estrés) por la carga de trabajo, horarios extendidos y tipo de patologías que atienden.
¿Cómo identificar un problema en un compañero de trabajo?
A menudo, las personas pueden ocultar sus dificultades y continuar desempeñando sus funciones laborales, aunque estén sufriendo por dentro. Pueden padecer de enfermedades crónicas (como enfermedad cardiovascular, enfermedad renal crónica, cáncer, entre algunas) y la carga de la enfermedad puede ser abrumadora.
Existen algunas señales que pueden indicar un posible problema de salud mental en un compañero de trabajo, como cambios en el comportamiento (aislamiento social y disminución de la interacción con compañeros, aumento o disminución significativa de la comunicación, cambios repentinos en el estado de ánimo (irritabilidad, tristeza excesiva, euforia), dificultad para concentrarse y realizar tareas, aumento de errores o descuidos en el trabajo, cambios en los hábitos de sueño (insomnio, somnolencia excesiva), cambios en los hábitos alimenticios (pérdida o aumento de peso significativo).
Puede haber cambios en el rendimiento laboral como disminución notable en la productividad, ausencias frecuentes o injustificadas, dificultad para cumplir con los plazos y quejas frecuentes de agotamiento o estrés. Muy importante es la expresión verbal: la persona puede hacer comentarios sobre sentirse abrumado, desesperanzado o sin valor, menciones recurrentes de pensamientos suicidas o autolesivos, o dificultad para expresar sus emociones de manera saludable.
¿Qué puedes hacer si sospechas que un compañero tiene un problema de salud mental?

Comprender el impacto de la pandemia en la salud mental de los trabajadores de la salud fue fundamental para realizar programas de intervención específica para ayudar a los profesionales de la salud a afrontar el estrés y mejorar su bienestar emocional, igual que con otros trabajadores.
Es necesario des-estigmatizar los problemas de salud mental y fomentar una cultura de cuidado en los entornos laborales. Los trabajadores de la salud con problemas de salud mental pueden experimentar dificultades para brindar una atención de calidad a sus pacientes y es esencial para garantizar una respuesta efectiva ante futuras crisis sanitarias.
Para abordar a un compañero con sospecha de problema de salud mental, una persona de confianza debe hablarle, en un lugar tranquilo y discreto para tener una conversación sincera. Es importante ser amable y comprensivo, permitiendo que la persona exprese sus sentimientos sin juzgarlo, escuchándolo atentamente. Para esta persona es importante que sienta que no está solo y que tiene apoyo. Luego es importante animar a buscar ayuda profesional, ya seaunaenfermera de salud mental, médico encargado de salud ocupacional, psicólogo, para que pueda ser derivado a la mejor atención, que pudiera ser continuar con psicología, psicología clínica o psiquiatría. Si la situación lo amerita, se debe informar a un superior o al departamento de recursos humanos sobre la preocupación.
Es importante abordar la situación con sensibilidad y respeto. El objetivo debe ser ayudar a un compañero, no juzgarlo. Mientras más nos informemos sobre el tema, más podremos ayudar a nuestros compañeros y lograremos un ambiente de trabajo cordial que favorezca a todos.
Por: Dra. Karen Courville, FACP, SNI | Nefrología