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La XIV Conferencia Médica Internacional en memoria del Dr. Alan Gabster que se celebra en el Hospital Dr. Luis “Chicho” Fábrega de Santiago de Veraguas, permitió conocer el impacto de la pandemia en la salud mental, en el duelo y síntomas neuropsiquiátricos en pacientes hospitalizados

Por: Violeta Villar Liste

Una de las principales estrategias que se promovieron durante las intervenciones, es garantizar el mayor acompañamiento social de las personas en situaciones de conflicto y de duelo, estrategia fundamental para reducer el riesgo de enfermedad mental.

La pandemia a causa de COVID-19 dejó muerte y enfermedad física y también enfermedad mental cuyas consecuencias todavía persisten.

De manera positiva, los estudios de la ciencia panameña han generado resultados que pueden acompañar las políticas de salud mental del país e incluso estrategias de alcance regional.

Parte de estas investigaciones se conocieron durante la XIV Conferencia Médica Internacional en memoria del Dr. Alan Gabster que se celebra en el Hospital Dr. Luis “Chicho” Fábrega de Santiago de Veraguas,  con el respaldo del Instituto Conmemorativo Gorgas de Estudios de la Salud (ICGES) y de la Red de Desarrollo Comunitario de las Américas (CDNA por sus siglas en inglés).

El ciclo de conferencias inició este lunes 15 de mayo y, en el caso específico de salud mental y COVID-19, expusieron la Dra. Diana Oviedo con el Impacto de la pandemia en la salud mental de las personas adultas en Panamá; la Dra. Elisa Bósquez con duelo y COVID-19 y la Dra. Laura Cerrud con Síntomas neuropsiquiátricos en pacientes hospitalizados con COVID 19 entre 2020 y 2022.

Una de las principales estrategias que se promovieron durante las intervenciones, es  garantizar el mayor acompañamiento social de las personas en situaciones de conflicto y de duelo, estrategia fundamental para reducer el riesgo de enfermedad mental.

Veraguas, epicentro de la medicina y la ciencia: La Conferencia Médica Internacional en memoria del Dr. Alan Gabster tiene como objetivo “convocar a profesionales de la salud, investigadores nacionales e internacionales para intercambiar experiencias e ideas para así mejorar e incrementar la investigación, el acceso y servicios médicos y la salud pública en general”. Es su filosofía ayudar a cerrar la brecha entre la investigación, el cuidado clínico y el bienestar del paciente y las personas en Panamá y Latinoamérica”. Fue su fundador el Dr Alan Gabster, cardiólogo estadounidense, de visión y vocación altruista, quien dejó legado en Panamá. Muere en 2010, a los seis meses de iniciar su proyecto, y será su hija, la Dra. Amanda Gabster, científica del Instituto Conmemorativo Gorgas de Estudios de la Salud (ICGES), quien continúe el proyecto de la Conferencia Médica Internacional. Cada año se realiza en el Hospital Dr. Luis “Chicho” Fábrega, en Santiago de Veraguas, por su estratégica y céntrica posición, que facilita la asistencia del profesional de la salud.

Ser resilientes con apoyo social

La Dra. Diana Oviedo (USMA, Indicasat AIP y SNI de Senacyt) compartió los resultados más relevantes del estudio, La resiliencia media el efecto de la pandemia de COVID-19 en la salud mental en una muestra de adultos en Panamá, publicado en la revista Frontiers.

El estudio fue un esfuerzo colaborativo de Investigadores del Centro de Neurociencias y Unidad de Investigación Clínica del Instituto de Investigaciones Científicas y Servicios de Alta Tecnología (INDICASAT-AIP), de la Universidad Santa María la Antigua (USMA) y de la Universidad Estatal de Florida con sede en Panamá

El estudio inició en el año 2021 con el objetivo de estudiar el impacto de la pandemia en la salud mental de la población.

Panamá fue uno de los países con las restricciones más severas y extensas de la región y, de manera general, cierres y cuarentenas se asociaron a problemas de salud mental.

Las personas reportaron ansiedad, sueño, soledad, aislamiento y, a su vez, esto generaba dificultades cognitivas y de concentración.

Dra. Diana Carolina Oviedo Céspedes: Licenciatura en Psicología de la USMA, 2009. Maestría en Neuropsicología Cognitiva, 2011 y Doctorado en Neurociencias, 2017 en la Universidad Complutense de Madrid. Es Investigadora en el Centro de Neurociencias de INDICASAT-AIP.
También es Investigadora asociada y coordinadora de investigación para Psicología de la Universidad Santa María La Antigua

El objetivo de la investigación se orientó “a explorar la respuesta psicosocial a la pandemia de una muestra de adultos residentes en Panamá” y determinar cuáles factores explican las variaciones de comportamiento.

De igual modo, estudiar el papel de la resiliencia en los procesos de respuesta emocionales a la pandemia, diferencias según género y mayor o menor apoyo social.

La resiliencia la definieron en el estudio como “la capacidad de adaptarse a la adversidad y recuperarse de experiencias difíciles ( Southwick et al., 2014 )”. 

Partieron de la  “Teoría de la Resiliencia ( Greene et al., 2004 ), que propone que diferentes factores psicosociales promotores, como el apoyo social, pueden mitigar el malestar psicológico asociado con las experiencias traumáticas y es un componente esencial de la resiliencia”.

La investigación, aprobada por el Comité Nacional de Bioética de la Investigación (CNBI) de Panamá, abarcó 480 adultos residentes en Panamá (388 mujeres, 92 hombres), de 18 años o más, con una campaña en redes sociales durante la cual se difundió un folleto explicativo.

Por edades un resultado les sorprendió: los menores de 30 años presentaban más depresión ansiedad y estrés, menores niveles de resiliencia y capacidad de adaptarse, en comparación con el adulto mayor.

Las mujeres con más síntomas de estrés, depresión y ansiedad que los hombres.

Al evaluar factores que se asociaban con peor salud mental, observaron que el ingreso económico o la situación laboral no era un factor determinante.

Nivel de salud y enfermedad crónica eran predictores de enfermedad mental pero no tan fuertes.

La mayor convivencia familiar sí era un factor fuerte. En general, sentir apoyo social es un factor protector de enfermedad mental.

El estudio muestra que a mayor resiliencia y apoyo social, menor nivel de ansiedad y depresión. Es decir, las relaciones interpersonales de apoyo pueden ayudar a las personas a mantener el bienestar y enfrentar los desafíos.

“Si eres más resiliente mejor te va y depende de recibir apoyo social”, enfatizó la investigadora.

En general, el estudio concluye que más de la mitad de los participantes reportó ser afectado por la pandemia; los factores personales y psicológicos fueron los predictores más fuertes para explicar los síntomas de salud mental y mujeres y personas con menos apoyo, resultaron más afectados.

Lección para incluir en una política de salud mental: los sistemas de apoyo social pueden ayudar a mejorar la resiliencia, reduciendo el riesgo de desarrollar condiciones de salud mental.

La Dra. Oviedo, durante el periodo de preguntas y respuestas, recordó que la Ley de Salud Mental se acaba de aprobar así que  ahora se trata de abrir más espacios públicos y privados para la atención en salud mental.

Reflexionó que lo ocurrido en pandemia recuerda que las actividades recreativas o hacer deporte no son un lujo: son salud. De igual modo, salir en grupo y sentirse acompañado es una necesidad social.

Duelo y COVID-19

La Dra. Elisa Yariela Bósquez  expuso los aspectos centrales de su tesis doctoral,  Implicaciones psicológicas en la elaboración del duelo en personas que perdieron a sus seres queridos por COVID-19 entre marzo de 2020 y marzo de 2022,  del  Doctorado en Psicología Clínica de la Universidad Santa María La Antigua (USMA).

La investigación tuvo como propósito describir las manifestaciones emergentes en el proceso de duelo de quienes perdieron a sus seres queridos por COVID-19. 

Recordó que el duelo normal no es una enfermedad: es una pérdida no solo a causa de una muerte. También porque la persona no cumplió un sueño o una meta. Por una ruptura emocional.

Dra. Elisa Bósquez: Licenciatura en Psicología de la Universidad de Panama, Maestría en Psicología Clínica – Universidad de Panamá y Doctorado en Psicología Clínica  de la USMA. Trabaja en el Departamento de Protección y Seguridad de las Naciones Unidas (UNDSS) en la sección de manejo de estrés por incidentes críticos (CISMS) como Psicóloga Clínica.

La  mayoría no necesita ir a un profesional para tratar este tipo de duelo. El duelo complicado, por el contrario, se extiende en el tiempo y en lugar de disminuir la sensación, aumenta: se hace crónica y desborda a la persona. Un duelo complicado puede originar un trastorno paranoide.

En el caso de COVID-19 la muerte se convirtió en duelo traumático por lo repentino e inesperado.

Al recoger testimonios, las personas expresaban su dolor porque sus familiares se marcharon de cada camino al hospital y luego ya no los pudieron despedir.

“La mente no puede asimilar este tipo de situación complicada”, señala la especialista.

Hubo sentimientos de culpa, en particular si el fallecido enfermó por alguien que siente que lo contagió.

Observa que la prevalencia estimada del duelo complicado (DC) antes de la pandemia era de un 10% de todos los casos de duelo. 

Con la pandemia subió a 40% según estudios globales y en Panamá, de acuerdo con esta investigación, se situó en 43.5%, es decir, por encima del promedio.

Más que el sexo o la edad, son otras las razones que predisponen al duelo complicado.

Tener antecedente de trastorno depresivo es el principal factor de riesgo para duelo complicado.

También más niveles de estrés postraumático, síntomas de evitación e hiper excitación, ansiedad, insomnio o depresión severa.

La autora recomienda entre otras estrategias:

  • Facilitar el acceso a los servicios de salud mental
  • Esfuerzos terapéuticos orientados a detectar síntomas de ansiedad e insomnio
  • Como herramienta, elaborar y reflexionar sobre el significado de lo perdido
  • Facilitar la creación de grupos de apoyo

Como parte de una política de salud mental, establecer protocolos para atención grupal en duelo en todos los hospitales regionales, policlínicas y centros de salud, tanto del Ministerio de Salud como de la Caja de Seguro Social.

Hallazgos neuropsiquiátricos en pacientes COVID-19 hospitalizados

La Dra. Laura Cerrud compartió los alcances de una investigación interdisciplinaria, entre la Caja de Seguro Social (CSS), USMA, Indicasat AIP y el Sistema Nacional de Investigación (SNI) de la Senacyt.

El estudio se denomina Hallazgos neuropsiquiátricos en pacientes SARS-Cov2 positivos que ameritaron manejo intrahospitalario en la CSS de Panamá, durante el periodo 2020-2021.

La especialista explica que si bien COVID-19 es una enfermedad pulmonar, trastornos asociados como infección cerebral, problemas vasculares o efectos secundarios de los medicamentos, son causa de manifestaciones neuropsiquiátricas.

En la fase aguda de la COVID-19, el paciente puede presentar alteraciones neurológicas como fatiga, cefaleas o desórdenes neuromusculares o déficit cognitivo.

Dra. Laura Mercedes Cerrud Castillo: Doctora en Medicina, graduada en 2009 de la Universidad de Panamá, Realizó su maestría en Ciencias Clínicas con especialización en Psiquiatría en la UP y la Caja de Seguro Social en 2014. Es médico psiquiatra en el Hospital Dr. Gustavo Nelson Collado en Chitré


El grupo estudió en concreto las condiciones neuropsiquiátricas de los pacientes hospitalizados (no COVID leve): desde la ansiedad, la psicosis y depresión o trastornos del sueño.

Fueron los objetivos del estudio describir estos hallazgos neuropsiquiátricos de los pacientes hospitalizados entre los meses de junio 2020 y junio 2021, en relación con variables como características sociodemográficas, antecedentes médicos y de salud mental, síntomas, determinar apoyo social y estigmas.

Resultados preliminares:

  • Media edad: 50 años
  • Casado
  • Convivía con familia
  • Ingreso de $500 a $1,200

Antecedentes médicos:

Hipertensión (49.8%, diabetes (26%) y obesidad (24.5%)

Antecedentes psiquiátricos:

Predominó el insomnio (2.6%), seguido de la depresión (1.6%) y de la enfermedad cerebrovascular (1.3%)

Al evaluar las condiciones intrahospitalarias:

  • El 20% ingresó en UCI
  • 79.1% recibió oxígeno con cánula

De los síntomas COVID-19, fue la fiebre el indicador de mayor relevancia (73.6%), así como disnea, tos, debilidad y fatiga.

La infección nosocomial fue la complicación intrahospitalaria más común (18.4%)

Las mujeres presentaron mayores síntomas neuropsiquiátricos en comparación con los hombres, así como depresión, ataques de pánico o deseos de muerte.

Fue la población menor de 50 años la que presentó mayores síntomas neuropsiquiátricos.

Los investigadores también adelantan un estudio sobre síntomas de COVID largo en población panameña, como parte de este interés por conocer el impacto de una pandemia cuyos efectos persisten en la población y prueban que prevenir es una tarea impostergable.

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Por: Violeta Villar Liste | [email protected]