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Por: Dra. Alejandra Márquez

La autora es es médico y especialista en gerencia de instituciones de salud. Es subgerente de Redes y Convenios de Pan-American Life Insurance de Panamá (PALIG Panamá)

América Latina tiene la prevalencia más alta de enfermedades crónicas no transmisibles en comparación con otras regiones del mundo, según cifras de la Asociación Latinoamericana de Autocuidado Responsable (ILAR).

Sin embargo, esta realidad puede cambiar con un buen programa de medicina preventiva, medidas de autocuidado de la salud y la implementación de estilos de vida saludables.

De acuerdo con un estudio de 2018 sobre obesidad en nuestra región, alrededor del 57% de la población adulta (302 millones de habitantes) tiene sobrepeso y el 19% (100.8 millones de personas) padece obesidad. Estas condiciones favorecen el desarrollo de enfermedades crónicas que representan inversiones millonarias de los sistemas de salud para su tratamiento.

Además, causan el 30% de mortalidad en la región por enfermedad cardiovascular, diabetes, hipertensión y enfermedad renal crónica.

La experiencia demuestra que cuando el empresariado se compromete con la prestación de servicios de prevención de salud, la identificación de pacientes con enfermedades crónicas se vuelve más eficiente, se logra el seguimiento activo y por ende, el control de este tipo de enfermedades.

Las enfermedades crónicas pueden desarrollar, en el mediano y largo plazo, problemas cardiacos, como infartos, problemas de la circulación e insuficiencia renal. Este tipo de padecimientos se convierten en factores que elevan la siniestralidad y por ende también los costos de la salud tanto para las personas, como las empresas y el Estado.

Un adecuado programa de prevención se puede comportar como una herramienta para la disminución de las condiciones catastróficas y una forma de reducir los gastos por temas de salud.

Cuando un paciente crónico empieza a tener un buen control preventivo y gestiona su autocuidado puede mejorar su calidad de vida y a la vez alcanzar un importante nivel de ahorro en  medicamentos, laboratorios y consultas. Según cifras que se manejan en el sector, un paciente con enfermades crónicas controladas puede gastar en salud entre  20% o 25% menos que un paciente no controlado.

El autocuidado pasa por la responsabilidad personal y el apoyo médico adecuado y ha logrado ahorrar 7.2 mil millones de dólares a los sistemas de salud en América Latina y potenciar el bienestar general de la población en la región, trayendo consigo beneficios económicos y sociales para las personas, empresas, comunidades y sistemas de salud.

Se puede afirmar que la salud preventiva influye positivamente en las empresas por diversas razones. En primer lugar, las complicaciones propias de las enfermedades crónicas se reducen notablemente y por ende también el gasto en salud para los pacientes, sus familias y empleadores. En segundo lugar, el tema del ausentismo laboral disminuye y en tercer lugar, se puede alcanzar una estabilidad de las pólizas de salud.

Por: Dra. Alejandra Márquez