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Es muy común como madre o padre dudar de cuándo dejar a nuestros hijos e hijas en casa, en vez de mandarlos a la escuela

Por: Dra. Ana Gabriela Lucas

La autora es médico pediatra. Miembro de la Sociedad Latinoamericana de Infectología Pediátrica (socio adherente), de la Academia Americana de Pediatria (delegado Internacional) y de la Sociedad Panameña de Pediatría En Facebook: Dra Ana G. Lucas en Instagram: @dranalucas.pediatra

En general, ante la época de retorno escolar, es común para las madres y los padres observar en sus hijos e hijas una reaparición de los mocos, la tos, la fiebre, la diarrea, entre otros síntomas usuales de enfermedades infeccionas comunes en la infancia.

Es muy común como madre o padre dudar de cuándo dejar a nuestros hijos e hijas en casa, en vez de mandarlos a la escuela. El dilema que compartimos es no querer que pierdan clases, pero a la vez no queremos poner en riesgo de contagios a sus docentes, compañeros y compañeras.

Dado que a veces puede ser difícil determinar cuáles son los síntomas que ameritan que nuestros pequeños y pequeñas se queden en casa, comparto a continuación mis recomendaciones de cómo actuar ante los síntomas más frecuentes para ayudarles a tomar las mejores decisiones.

La fiebre es uno de los síntomas que más preocupa a los papás y mamás. La fiebre se define como la temperatura corporal mayor a 38 grados Celsius. A diferencia de lo que la mayoría de las personas creen, la fiebre no es la enfermedad en sí misma, sino un mecanismo fisiológico que tiene efectos beneficiosos en la lucha contra infecciones virales o bacterianas.

No hay evidencia de que la fiebre en sí misma empeore el curso de una enfermedad o que cause complicaciones neurológicas a largo plazo.

Por lo tanto, el objetivo principal del tratamiento de una niña o niño con fiebre debe ser ayudarle a sentirse mejor en lugar de centrarse en la normalización de la temperatura corporal.

En estos casos, además de darle medicinas para que se sienta mejor, recomiendo no mandarle al colegio ni a sus actividades extracurriculares, al menos hasta 24 horas después del último registro febril, para evitar contagiar a sus compañeras y compañeros de clase y que él o ella posiblemente empeore.

Los mocos y la tos también son muy frecuentes en los niños y niñas, sobre todo en la temporada lluviosa. Estos pueden ser síntomas de un cuadro infeccioso o de un proceso alérgico.

En líneas generales, cuando se trata de un proceso alérgico, los mocos son transparentes, escasos en cantidad y algunas veces se acompañan de estornudos y/o una tos seca esporádica o que predomina en determinado momento del día (por ejemplo, en las mañanas apenas se levanta o justo después de acostarse).

Es importante consultar con él o la pediatra para confirmar el diagnóstico y que el niño o niña reciba un tratamiento adecuado. Si los mocos son abundantes, verdes o multicolores, espesos y se acompañan de tos con flema, decaimiento, fiebre, agitación y pocas o nada de ganas de comer, es importante que la niña o niño visite a su pediatra de cabecera para descartar una infección. En este último caso no es recomendable que asista al colegio hasta que el cuadro se resuelva.

La mayoría de los cuadros que cursan con vómitos, diarrea y dolor abdominal son de origen viral y suelen ser muy contagiosos.

Si el pequeño o pequeña tiene alguno de estos síntomas, considero que no es una buena idea enviarle al colegio, puesto que puede contagiar a sus compañeros o compañeras.

Dolor abdominal

Otra queja frecuente entre las niñas y niños es el dolor abdominal, que puede tener muchas causas desde estreñimiento hasta infecciones virales, bacterianas o por parásitos. Si nuestros hijos o hijas se quejan de dolor abdominal fuerte, es mejor observarlos en casa para ver si comienzan con algún síntoma adicional, como diarrea o vómitos. Si el dolor abdominal es frecuente y recurrente, es recomendable consultar con él o la pediatra para encontrar la causa y poder proporcionar un tratamiento adecuado.

Por último, las lesiones en la piel también son muy frecuentes, y estas pueden deberse a cuadros de alergia o infecciones virales o bacterianas. Es importante consultar con él o la pediatra de cabecera sobre la etiología de las lesiones antes de enviar a las niñas y niños al colegio, para evitar contagiar a más niños y niñas.

En resumen, para evitar la diseminación de enfermedades frecuentes en la niñez, recomiendo no enviar a tu hijo o hija al colegio hasta que sea evaluado por su pediatra de cabecera en los siguientes casos:

  • Fiebre
  • Mocos que duran más de 5 días
  • Tos seca que dura más de 7 días
  • Mocos verdes, multicolores, abundantes y espesos
  • Tos con flema persistente
  • Agitación o dificultad para respirar
  • Malestar general e inapetencia
  • Diarrea
  • Vómitos
  • Dolor abdominal fuerte o frecuente
  • Lesiones en piel (diferentes a picaduras de insectos)

Es muy importante saber qué hacer cuando nuestros hijos e hijas presentan síntomas de enfermedades o infecciones, pero lo más importante siempre debe ser lo siguiente: cuidarles cuando están sanos. Esto conlleva cumplir con sus controles periódicos de salud y ponerles todas las vacunas según las recomendaciones de su pediatra.

Así que la próxima vez que tu pequeña o pequeño tenga fiebre o un par de moquitos en la nariz, no te preocupes si pierde alguna clase, mejor pídele las notas a la mamá de algún compañero o compañera de clase y deja que descanse para que se sienta mejor y evitar que otros niños y niñas se contagien. También puedes acudir a tu pediatra de cabecera para determinar la causa de los síntomas y así encaminar a tu pequeño o pequeña a su pronta recuperación.

Por: Dra. Ana Gabriela Lucas