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Por Nelson Rivera, director del Papel Literario del diario El Nacional

“Es por esa voluntad inevitable de subyugar a todo precio, por esa negación obtusa de la complejidad del tiempo y de la heterocronía que todo no puede estar nunca dentro de la revolución. La revolución es siempre, por principio y lógica, la madre de todas las intolerancias porque implica la absurda tentativa de imponerle al conjunto del organismo social la ilusión de un solo tiempo”

Luis Pérez-Oramas

Amigos lectores:

I.

“Llama la atención que el concepto de revolución pretenda aún seguir teniendo algún valor de cambio. En el siglo de las fluideces, de los pensamientos líquidos, del antibinarismo radical, de la deconstrucción, en este tiempo nuestro necesitado de reconocer en sus peores heridas y holocaustos la realidad de una situación postdialéctica, la revolución sigue teniendo cabida en el bazar de los discursos cotidianos, en la vulgata de la inteligencia de segunda mano. Pero no: la historia no es ni una mecánica, ni el espacio de la política una geometría euclidiana de proporciones controlables, ni siquiera el resultado de una voluntad señalable, de un voluntarismo. Luego la revolución es o bien una estafa o bien una tiranía, y más frecuentemente ambas. Como las palabras “salvación” o “pecado”, la palabra “revolución” (apenas mejor vestidilla) es la excrecencia nominal de una teología ficticia: aquella que, muerto Dios, lo sustituye por una temporalidad única, dominante y excluyente”. Estas pocas líneas del ensayo de Luis Pérez-Oramas lo proclaman: merece cada minuto que el lector le dedique. Se titula Sobreviviendo a la revolución. Página 1 y parte de la 2.

II.

Año 2003. En unas jornadas que organizó la Fundación Raúl Leoni, Emeterio Gómez leyó Ética y política en Betancourt y Chávez, que reproducimos aquí sin la primera parte -el preámbulo-, sin que la conferencia pierda lo sustantivo de su contenido. Gómez pone foco en el talante visionario de Betancourt: “Romper con la URSS en la década de los 30 era –desde la perspectiva revolucionaria– romper con la gran esperanza y el gran apoyo de los que luchaban contra la opresión, la pobreza, el analfabetismo, el latifundio, el imperialismo, la explotación del hombre por el hombre. Era romper con la Unión Soviética, cuando todavía los crímenes masivos de Stalin y del Partido Comunista Ruso no eran vox populi en Occidente. Cuando la Revolución bolchevique era todavía la gran esperanza –en realidad el gran espejismo– de la casi totalidad de los hombres de pensamiento del orbe. Muchos de los cuales vinieron a romper con la URSS y el comunismo, exactamente 30 años después de Betancourt, en 1968, a raíz de la invasión rusa a Checoslovaquia”. Páginas 2, 3 y 4.

III.

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Julio Borges y Javier Ormazabal Echeverria han publicado La posmodernidad en jaque. Un debate entre C.S. Lewis y Gianni Vattimo (Editorial Libros Libres, España, 2023). Confeccionado milimétricamente, el libro confronta a los dos pensadores, y construye una posible base conceptual desde la que pensar nuestro presente.

IV.

Además de la entrevista a Borges -quien vive exiliado en España- (“La selección de C.S. Lewis y de Gianni Vattimo es muy interesante. En primer lugar, porque sus trayectorias vitales, sus biografías, son contrarias: C.S. Lewis combatió en la Primera Guerra Mundial, fue un pensador ateo y materialista, es decir, que consideraba que solo existe la materia y que no hay nada trascendente o inteligente más allá de la materia pura y dura. De joven estaba influenciado enormemente por Freud. Sin embargo, luego de la guerra culmina sus estudios en Oxford y en sus conversaciones con sus amigos Tolkien (autor de El Señor de los Anillos), Barfield y Williams, logra una transformación hacia Dios primero y luego hacia el cristianismo, convirtiéndose en uno de los apologistas más leídos del siglo XX y del siglo XXI. La trayectoria vital de Gianni Vattimo es la contraria. De ser un activista de la Acción Católica pasa a ser un militante de las juventudes marxistas. Luego desarrolla toda una filosofía llamada el pensamiento débil que busca erosionar y atenuar lo que él llama el pensamiento fuerte, por ejemplo, el cristianismo o el marxismo”), en la página 7 viene el comentario que Wolfgang Gil Lugo escribió sobre La posmodernidad en jaque.

V.

Escribe Gil Lugo: “Hay que tomar en cuenta que este libro de Borges y Ormazábal parte de un audaz supuesto hermenéutico: es posible evaluar a la posmodernidad a partir de un autor que había muerto antes de que surgiera dicho movimiento cultural. Así que es un buen ejercicio de imaginación conceptual. Por otra parte, esta obra es una sólida herramienta pedagógica. Comienza con un glosario que nos define, en forma muy didáctica, los términos filosóficos que se utilizan, tales como “debolismo” (el debilitamiento de la verdad), “deconstrucción”, “esencialismo”, “evento”, “Tao” y muchos más”.

VI.

Con el nombre de El país que se muerde la cola, el experto en economía política, Michael Penfold, publicó en 2023 una recopilación de 50 artículos publicados entre 2015 y 2022. A partir de los sinsabores de la coyuntura, los artículos se proyectan hacia consideraciones conceptuales y formulación de tendencias. Reproducimos aquí “Los desplazados del interior”, en el que Penfold se centra en la absurda inequidad que beneficia a los habitantes de Caracas en detrimento de los restantes de todas las regiones. Página 8.

VII.

Alejandro Martínez Ubieda nos ofrece su lectura de las memorias de Pierre Salinger, quien fue Secretario de Prensa de la Casa Blanca, durante la presidencia de John Kennedy. A With Kennedy es un clásico entre las “memorias políticas” del siglo XX, por las turbulencias documentadas en el libro. “Salinger tuvo contactos con elementos vinculados a la prensa soviética y al Kremlin. Eso le permitió promover algunas ideas francamente innovadoras, con el fin de ampliar la información sobre EEUU en Rusia y viceversa, hasta llegar a la realización de programas con Khruschev Kennedy transmitidos en ambas potencias. Tal cosa nunca se había siquiera imaginado. Ese acercamiento, que tuvo altos y bajos, generó un vínculo entre Salinger y Mikhail Kharlamov, jefe de prensa del Ministerio de Relaciones Exteriores de la Unión Soviética, que condujo a un escenario completamente inesperado: Khruschev comenzó a enviar mensajes a JKF haciéndolos llegar a Salinger vía Kharlamov o Georgi Bolshakov, editor de una revista soviética basado en Washington, y JFK respondía por la misma vía”. Páginas 9 y 10.

VIII.

Van estas páginas con mis buenos deseos para todos.

Por: Nelson Rivera, director del Papel Literario del diario El Nacional

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