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Dr. Henry Collet

Si revisamos la historia, observamos que la primera vacuna se le debe a Edward Jenner en el año 1796.

Fue contra la viruela y este descubrimiento hizo posible erradicar esta enfermedad mortal del mundo.

Las vacunas contra la poliomielitis y el sarampión también se cuentan entre los grandes logros del mundo científico, al ayudar a salvar la humanidad.

Su distribución masiva ha permitido disminuir la morbimortalidad.

En 1960, la poliomielitis todavía era una pesadilla y había temor en la población.

En la actualidad, en Afganistán y Pakistán la polio es un virus endémico porque los radicales islámicos prohíben la vacunación.

Dicen que las vacunas tienen partículas de cerdo pero esto no es cierto:  Desaparecen en el proceso de elaboración.

Un millón y medio de niños muere cada año, de acuerdo con cifras del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), por la resistencia a vacunarlos.

Hay que explicar sus ventajas y beneficios y, en ardua y meritoria labor, Unicef y Médicos sin Fronteras son pioneros en estas campañas acertadas.

Enfermedades como el sarampión, que se puede combatir con la vacuna, se propaga por el aire y se confunde con la gripe, a causa de la fiebre, pérdida de peso, erupciones con manchas rojas y conjuntivitis.

También su complicación puede derivar en neumonía y encefalitis.

La vacuna contra el VPH ya tiene 13 años y permite reducir la incidencia del cáncer de cuello uterino.

Debería administrarse antes del contacto sexual, entre los 9 y 18 años.

Las vacunas son fundamentales para proteger a la población infantil y se deben repetir de acuerdo con los esquemas sanitarios para generar suficientes anticuerpos.

De igual modo, las vacunas protegen a la población adulta.

¿Vacunarse es seguro?

Las complicaciones asociadas a la reacción que puede producir una vacuna son de una en un millón y es falso que las sales de aluminio o el mercurio como componentes puedan producir autismo.

De hecho, su riesgo ha sido desmentido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Unicef y el artículo del activista antivacuna Andrew Jeremy Wakefield, fue retirado por carecer de soporte científico y demostrable de la vinculación entre autismo y la aplicación de la triple.

Hay movimientos antivacunas en todo el mundo por razones religiosas, filosóficas o políticas, pero la razón fundamental es la ignorancia.

También se ha desmentido la relación entre la vacuna de la Hepatitis B y la aparición de enfermedades neurológicas y la esclerosis múltiple.

Es importante recalcar que no se ha desarrollado la vacuna del SARS-CoV-2, del Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV) y el dengue por diferentes razones.

El Mers fue reportado en el 2012 y ha cambiado de reservorio de los camellos a los humanos en Corea del Sur y Arabia Saudita.

La vacuna del ébola se aprobó recientemente y tardó 16 años en recibir autorización.

En el caso del sida, que es un virus cambiante, nunca se va a desarrollar una vacuna ya que el VIH ataca al sistema del huésped, haciendo difícil el diseño de una vacuna efectiva. Muta muy rápidamente diversificándose en la persona en el curso de la infección.

Esta diversidad viral se ha hecho comparable a la de la influenza alrededor del mundo.

El covid-19 muta más lentamente que la influenza, con lo cual resulta más estable para las vacunas.

Para este virus que ha generado una pandemia de dimensiones históricas, se debe seguir la etapa del laboratorio, prueba con animales, y si se demuestra que es segura y genera respuesta inmune, comenzarían los ensayos de la vacuna en humanos.

En la actualidad, hay seis compañías que desarrollan la vacuna, entre Estados Unidos, Reino Unido y China.

Cada año la vacunación permite salvar a dos millones y medio de niños menores de 5 años.

Además, disminuye el número de casos por cáncer de cuello uterino, anal y de hígado.

La vacuna de la influenza reduce la mortalidad cardiovascular.

Si se suspendieran o disminuyeran los programas de inmunización retornaría el sarampión, la parotiditis, la rubeola, el tétanos, la hepatitis B y polio…Es inobjetable que las vacunas disminuyen la mortalidad.

Dr. Henry Collet

El doctor Henry Francisco Collet Camarillo es egresado de la Escuela de Medicina José María Vargas de la Universidad Central de Venezuela, con posgrado de Cardiología en el San Lucas Episcopal Hospital,  Houston Medical Center, en Houston Texas (Estados Unidos), con posgrado de Hemodinamia en Cardiología, de la Escuela de Medicina José María Vargas (UCV). Es director del Laboratorio de Cateterismo e Intervencionismo de la Fundación Collet de la Clínica El Ávila, Caracas, Venezuela, así como cardiólogo intervencionista en la Clínica El Ávila y el Hospital de Clínicas Caracas.