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“Si bien es cierto que los primeros informes no evidenciaban mayores complicaciones en las gestantes con la COVID-19, estudios recientes reportan que la enfermedad en estas personas está asociada a un mayor ingreso a las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), necesidad de ventilación mecánica, como también una mayor tasa de partos prematuros y muerte materna, concluye la Academia Nacional de Medicina (ANM) de Venezuela, que al respecto solicita incluir a las embarazadas en los grupos prioritarios de vacunación.

En comunicado suscrito por el Dr. Enrique López-Loyo, presidente de la ANM y el Dr. Huníades Urbina-Medina, secretario académico de la ANM, se explica que “las embarazadas constituyen un grupo vulnerable a las enfermedades infecciosas en general. En la actual pandemia por la COVID-19 el impacto de la enfermedad sobre las gestantes no parece ser diferente al observado en pandemias anteriores por otros agentes infecciosos”.

Reiteran, ante la necesidad de evitar que la enfermedad evolucione en este grupo de la población, que “las embarazadas deberían estar incluidas en los grupos prioritarios en la prevención mediante la vacunación”.

“La indicación de una nueva vacuna en las embarazadas genera consideraciones éticas en cuanto a la seguridad en la gestante y el feto, específicamente porque no fueron incluidas en los ensayos clínicos de las vacunas.

Las vacunas generadas con nuevas plataformas tecnológicas de ARNm, vectores virales no replicantes y virus enteros inactivados no son de virus “vivos”, y por tanto no tendrían contraindicaciones formales para ser usadas en las embarazadas”, señala el comunicado.

Es reconfortante mencionar, destaca la ANM, que más de 20.000 embarazadas en los Estados Unidos han recibido la vacuna sin complicaciones aparentes.

Diversas organizaciones en los Estados Unidos, como el CDC, el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos y la Sociedad de Medicina Materno-Fetal, se han pronunciado en favor de que las vacunas contra la COVID-19 deben ser ofrecidas a las embarazadas.

La OMS señala, recuerda la Academia, que deben ser consideradas, especialmente en las embarazadas pertenecientes a grupos de alto riesgo tales como trabajadoras de salud o con presencia de comorbilidades.

“La recomendación de las vacunas contra la COVID-19 en las embarazadas, implica hacer un balance entre el riesgo-beneficio de la mujer embarazada frente a la enfermedad o la aplicación de la vacuna, siempre bajo el consentimiento informado de la gestante para su aplicación”.

La ANM reitera su ofrecimiento de “brindar asesoría médica especializada ante estas indicaciones con dilemas éticos de importancia en la protección de la población del binomio madre-hijo”.