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Imaginemos a una persona de 70 años, quien acude a vacunarse contra la covid-19 y el médico le pregunta si es alérgico.

La edad va en contra de la memoria y la persona no lo recuerda.

Sin embargo, el médico invita a la calma: En su pasaporte médico digital puede determinar si la persona es alérgica.

Alberto Sasso Varela, consultor en proyectos blockchain y de Ciberseguridad para el Departamento de Defensa de Estados Unidos y socio de la firma panameña Industrias DAO, al describir este ejemplo hipotético, pero no imposible, agrega que el uso de esta tecnología puede permitir asignar una numeración única a la persona.

“Esta información queda grabada en el blockchain de la red de vacunas del país, así como se grabaría, a perpetuidad, parte del historial en el pasaporte médico digital del paciente”.

El blockchain es una tecnología prometedora en la industria médica, y si bien no tiene todas las respuestas, ayuda a construir eficiencia y seguridad en la relación médico-paciente.

Pero, ¿qué es esta cadena de bloques, popular en el mundo de las monedas digitales?

Sasso Varela explica que la manera más sencilla de describir «blockchain» o la “cadena de bloques» es entenderlo como un sistema que permite grabar información difícil, por no decir imposible, de modificar.

Recuerda que no es una tecnología nueva. “Nació hace tres décadas”, incluso antes de la aparición de monedas digitales como Bitcoin.

“Esta tecnología fue creada por el físico Scott Stornetta y su colega criptógrafo Stuart Haber en Morristown, Nueva Jersey, Estados Unidos”. 

Tomó muchos años, detalla, antes de lograr que la tecnología madurara y se usara en casos como la creación de criptomonedas, lo cual le dio popularidad y uso como una forma de registro contable  en la transferencia de valor en esta nueva forma de divisa digital.

En el caso de Panamá, el experto recuerda que “es un país de paso naval y por ello existe gran cantidad de empresas navieras y puertos en operación. 

Lo que muchos quizás no saben es que parte de estas empresas navieras y puertos, ya han comenzado a incorporar sistemas de cadenas de bloques en su día a día para hacer más eficiente el manejo de operaciones logísticas”.

Un ejemplo emblemático es la asociación Maersk/IBM, que permitió generar una plataforma eficiente en el negocio marítimo, empleando tecnología blockchain.

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en su estudio, Blockchain, cómo desarrollar confianza en entornos complejos para generar valor de impacto social, autoría de Marcos Allende López, destaca que desde 2008 se comenzó a usar tecnología blockchain como una herramienta con múltiples aplicaciones. 

Algunos de los usos más atractivos, describe el estudio, son el registro de documentos de forma descentralizada, historiales médicos, registro de propiedad, control de aduanas, sistemas de votación o identidad digital.

En el estudio se hace referencia a los llamados “contratos inteligentes”, fundamentales en esta tecnología en tanto establecen quién y cómo puede ejecutar cuáles transacciones. Ofrecen seguridad y procesamiento automático.

En Costa Rica, el laboratorio de innovación del Grupo BID, también probó un uso innovador de esta tecnología con varios aliados, con el objetivo de asegurar que los jóvenes, mediante la creación de una “identidad económica”, puedan encontrar un trabajo según sus capacidades y experiencias.

Privacidad y seguridad del paciente

Sasso Varela aclara que el blockchain no va a solucionar todos los problemas tecnológicos o cibernéticos, pero “en medicina, y en el tema específico de la privacidad del paciente, brinda una gran ventaja en el ámbito de la seguridad y la eficiencia”. 

El ejemplo inicial de este texto ilustra cómo un expediente digital, blindado con tecnología de bloques, puede ayudar a un equipo médico a tomar la decisión de vacunar a una persona y en general darle trazabilidad a un paciente.

El experto señala que en países como Estados Unidos “hay empresas de salud con pilotos de blockchain para algunos de sus sistemas de pacientes, utilizando cadenas de bloques privadas como una forma de facilitar y estandarizar la información entre compañías de seguros médicos, farmacias, doctores y hospitales”.

También, afirma, la Operación Warp-Speed (asociación público-privada para impulsar el desarrollo, fabricación y distribución de vacunas en Estados Unidos), emplea blockchain para mantener un registro de todas las vacunas  recibidas por el Gobierno.

Novedades

Con respecto a las novedades con respecto a blockchain, Sasso Varela, hace referencia a la tecnología de Zero-Knowledge Proofs, la cual “permite verificar ciertos datos de una persona/paciente sin tener que divulgar exactamente los detalles de esa información”. 

Por ejemplo, detalla, usando esa tecnología pudiera consultar en un pasaporte digital médico si un paciente ha tenido una enfermedad crónica.

El sistema tendría la capacidad de responder un Sí o un No, pero sin detalles específicos, manteniendo la privacidad, de ser necesario.

Como parte de un equipo de expertos panameños, señala que les interesaría aportar, tanto al sector oficial como privado, soluciones eficientes en la trazabilidad de la administración de la vacuna, desde la llegada de las dosis hasta el proceso de vacunación, además de ayudar a fortalecer la confianza en el proceso.

Cabe señalar que la Autoridad Nacional para la Innovación Gubernamental (AIG), en su Agenda digital 2020, definida en un escenario sin pandemia, razonaba que el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) requiere de recursos tecnológicos emergentes para impulsar este mandato.

La AIG, que ya ha expresado su interés en incorporar esta tecnología para la trazabilidad de la vacuna, estableció como metas en la Agenda formar especialistas en tecnologías emergentes y disruptivas.

De igual modo, crear un laboratorio para implementación de Tecnologías de Registro Distribuido o DLT´s (Distributed Ledger Technologies) por sus siglas en inglés, y blockchain, en la visión de acelerar el ecosistema digital y dar respuestas desde la tecnología a procesos y trámites, una necesidad que el virus demostró es ya impostergable en todas las industrias, incluida la médica.