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Ilustración: Pedro Crenes

Carnaval en la Central apareció en el año 1984, las fechas bailan, en el álbum Pueblo, ¡ras!, y desde entonces se convirtió en un himno bailable

Pedro Crenes Castro, coordinador del Viernes Cultural: Literatura Panameña [email protected]

Reseña por: Pedro Crenes Castro


Pedro Altamiranda es el autor del mayor y más preciso retrato de la panameñidad, con un amplio aparato crítico asequible para todos los niveles

Carnaval en la Central: una canción retrato

Una forma de lectura social que olvidamos muy rápido es la que se puede hacer desde la música. Y no se trata de un suspiro largo y sostenido «recordando los días de nuestro ayer», como cantaba la argentina Tormenta en los años setenta, sino que las letras actúan como retratos sentimentales de una época fija de la historia de nuestros países. Y así, como muchos cuentos dibujan y encierran aspectos antropológicos de nuestra idiosincrasia, las canciones guardan, además, la emoción colectiva que no retienen bien los cuentos por no contar con una masiva exposición de lo que describen.

En Panamá, pasa con los carnavales. Fue en el año 1986, el año del cometa, cuando a la Junta del Carnaval capitalino se le ocurrió desplazar para siempre el centro de Panamá hacia la Vía España, y de allí hacia las afueras, que terminaron siendo «los centros de la ciudad». Una discusión sabrosa para otro día, pero lo cierto es que, antes de ese célebre año, el Carnaval con mayúscula fue siempre en la Central, y Pedro Altamiranda retrató, en una de sus canciones más importantes, la idiosincrasia de unas fiestas que han jugado un papel incluso político para el país (otra discusión para otro día).

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Carnaval en la Central apareció en el año 1984, las fechas bailan, en el álbum Pueblo, ¡ras!, y desde entonces se convirtió en un himno bailable cuyas imágenes hace falta rescatar para que nadie nos recuerde como no hemos sido nunca. La letra, rotunda, directa y sabrosa, es una suerte de mosaico que debería contar con un buen videoclip y hasta con un libro de microrrelatos o de cuentos basados en cada una de las viñetas o escenas que dibuja, porque todas ellas dan para mucho.

De esas «escenas» de carnaval, quiero rescatar estas tres:

«Vieja guardaa en alcanfor baja vestía de pollera para ver si un tipo en fuego la pone en la gozadera». En esos tiempos sin las tecnologías modernas para el flirteo, nada como buscarse, en el revulú carnavalero («carnavalístico» no existe, ni hace falta) una alternativa a la soledad prolongada, brillantemente descrita con trazo certero: guardaa en alcanfor.

La crítica estaba en la organización de los carnavales, que a pesar del esfuerzo no dejaba de ser una pachanga tumultuosa, así que Pedro escribe esta escena: «Y encuentras turistas gringos con camisas tropicales que preguntan sorprendidos: ¿estos ser los carnavales?». Las cosas han mejorado, pero venimos de aquellos esfuerzos por organizar bien esa fiesta tan deseada, como dice el pregón: al fin llegó lo que tanto yo esperaba, el carnaval…

Llegando al final de la canción, una imagen que alguien quiso hacer pasar como novedosa en nuestra capital, ignorando que ya ocurría, y está escrita en Carnaval en la Central: «cierran los mal huele escoba en carro de luz amarilla, y a la calle espelucaa le van pasando peinilla». Después del desfile, los de aseo iban limpiando la ciudad para el día siguiente. Nada nuevo bajo el sol, todo por mejorar, como no puede ser de otra manera, pero qué bueno que la situación quedara retratada en una canción como esta.

Conviene volver al retrato, escuchando con la mirada cómo fuimos para no olvidar de donde venimos. Pedro Altamiranda es el autor del mayor y más preciso retrato de la panameñidad, con un amplio aparato crítico asequible para todos los niveles. Pero, como él sabía y dijo, no queremos oír lo que no nos gusta, pero está escrito, cantado y todos los años vuelve: el Carnaval, sí, y también la salsa de Pedro, la salsa para pensarnos más allá de la farsa y el jolgorio.


Pedro Crenes Castro, coordinador del Viernes Cultural Literatura Panameña | [email protected]

Pedro Crenes Castro (Panamá, 1972), es escritor. Columnista y colaborador en varios medios panameños y españoles. Ha ganado dos veces el premio Nacional de Literatura Ricardo Miró de Panamá y dicta talleres literarios. Vive en España desde el año 1990.