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VVL con base en la ponencia Evolución de las pandemias: pasado, presente y futuro del Dr. Eduardo Ortega Barría

El Dr. Eduardo Ortega Barría, durante el Congreso de Historia de la Medicina en la UP, señaló que vacunas, terapias y diagnósticos ayudarán a enfrentar la próxima pandemia. Hay que estar preparados con la ciencia y no olvidar las lecciones de la historia

Invertir en mejores vacunas, terapias y diagnósticos es el primer paso en cualquier plan de prevención de pandemias.

¿Cuándo será lo siguiente? No lo sabemos. Se estima que podría ocurrir en una década, pero lo cierto es que la historia es poderosa, y oportuna, en mostrar lecciones que por mala memoria, o descuido, los pueblos olvidan.

El Dr. Eduardo Ortega Barría, secretario nacional de la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt), con la paciencia del buen maestro, se encargó de recordar cómo la historia de las pandemias trae lecciones aprendidas que ayudan a definir estrategias que pasan por la ciencia y la investigación.

Su exposición se desarrolló en el contexto del  VII Congreso Panamericano de Historia de la Medicina y I Congreso Panameño de Historia de la Medicina “Dr. Sebastián López Ruiz”, el cual se celebró entre el Paraninfo de la Universidad de Panamá (UP) y la Facultad de Medicina de la UP.

Comenzando del final al principio de su disertación, titulada, Evolución de las pandemias: pasado, presente y futuro, recordar que el Dr. Ortega Barría alertó que una pandemia podría ocurrir en cualquier parte del mundo “donde los animales y los humanos estén lo suficientemente cerca”, ya que su mayor probabilidad de ocurrir es “cuando un patógeno se transfiere de un animal a un ser humano que nunca antes había sido infectado con ese patógeno”. COVID-19 es el ejemplo por todos conocidos.

Cuando esta transferencia de patógeno al ser humano ocurre, hay tres posibilidades descritas por quien también es médico e investigador, con estudios de Medicina, especialización en Pediatría, enfermedades infecciosas y en Parasitología:

  1. El patógeno afecta a una sola persona como ocurre con la rabia.
  2. Provoca un brote más amplio como el virus del Ébola en República Democrática del Congo en 2018 y 2020.
  3. Provoca una epidemia/pandemia como el VIH en 1981 o la de COVID-19 en 2020, cuyos efectos todavía se reflejan en la salud de la población. “No hay emergencia pero el virus sigue circulando”, subrayó.

Esta enfermedad previamente desconocida, con potencial epidémico o pandémico, de ocurrencia súbita, causante de la pandemia que habrá de venir, se le conoce como enfermedad X.

Una X que trae todas las incertidumbres y también las certezas gracias a lo que se aprendió y no se debe olvidar.

“Se puede hipotetizar que la aparición de un brote catastrófico que involucre a la enfermedad X sea el resultado de la transmisión zoonótica de un virus de ARN altamente virulento, desde un área donde la convergencia de factores de riesgo y la dinámica de la población dará como resultado una transmisión sostenida persona a persona”.

Hay un dato de mucho interés: “De los 400 eventos de enfermedades infecciosas emergentes registrados desde 1940, las bacterias representan el 54%, los patógenos virales o priones 25%, los protozoos 11%, los hongos 6% y los helmintos 3%”.

Y si bien las bacterias lideran en porcentaje, los virus han “liderado” las emergencias recientes y devastadoras para la salud pública: VIH, influenza, SARS-CoV-1, virus Lassa, virus del Ébola y MERS” y, por supuesto, SARS-CoV-2 (COVID-19).

De hecho, el 94% de los virus zoonóticos que afectan a los humanos son virus de ARN, describe.

Ante este panorama incierto, mejorar capacidades y, además de tener mejores vacunas, terapias y diagnósticos”, el especialista considera que “crear el equipo de movilización y respuesta ante epidemias mundiales es uno de los pasos más importantes para detener la próxima pandemia”.

Esto incluye fortalecer los sistemas de monitoreo de la enfermedad y disponer de los datos en tiempo real.

Y, por supuesto, aprender de la historia como fue el inicio de la ponencia, que se resume a continuación:

Las tendencias que no se equivocaron

En diciembre de 2012, el Consejo Nacional de Inteligencia de Estados Unidos hizo público un informe llamado Tendencias globales 2030: mundos alternativos, que trataba de anticipar los cambios globales que probablemente ocurrirán durante las próximas dos décadas.

Esto incluía, en su lista de 8 eventos, una pandemia severa:

“Nadie puede predecir qué patógeno será el próximo en comenzar a propagarse a los humanos o cuándo o dónde ocurrirá tal desarrollo”, dice el informe. “Tal brote podría provocar que millones de personas sufran y mueran en todos los rincones del mundo en menos de seis meses y persistirá durante aproximadamente dos años”.

Esto ocurrió ocho años antes que la actual pandemia nos impactara.

La evaluación anual de amenazas mundiales de la Oficina del Director Nacional de Inteligencia de los Estados Unidos, dado a conocer el año 2014, estableció que las amenazas a la seguridad sanitaria surgen de manera impredecible de al menos 5 fuentes:


1. La aparición y propagación de microorganismos nuevos o reemergentes;
2. la globalización de los viajes y el suministro de alimentos;
3, el aumento de patógenos resistentes a los medicamentos;
4. la aceleración de capacidades científicas y el riesgo de que estas puedan causar la liberación accidental o intencional de patógenos; y adquisición, desarrollo y uso de agentes microbianos como armas.

En el año 2022, el mismo grupo, ya en medio de la pandemia, consideraba que las amenazas están asociadas a que los países de todo el mundo siguen siendo vulnerables a la aparición de un nuevo patógeno que podría causar una epidemia devastadora.

Las causas de la aparición de enfermedades persistentes van en aumento, asociadas a la deforestación y otras invasiones humanas en tierras no colonizadas, la recolección y comercio de vida silvestre, la producción ganadera y el cambio climático.

Estos se ven agravados por factores que facilitan la propagación global como los viajes y el comercio internacionales, la vigilancia y control global inadecuados de enfermedades, la desconfianza en las autoridades de salud pública, la desinformación sanitaria y la tensión en el sistema de salud provocada por la pandemia de COVID-19.

Algo de historia sobre las pandemias

Tres conceptos antes de avanzar:

  • Las enfermedades endémicas son aquellas que están establecidas y circulan regularmente en las poblaciones, es el caso de malaria en África.
  • Una epidemia es un brote inusual, inesperado de una enfermedad en un lugar determinado.
  • Una pandemia es un brote de una enfermedad que se propaga y ocurre en muchas áreas geográficas diferentes al mismo tiempo.

El paso de sociedades cazadoras recolectoras a sociedades agrarias y pastoriles favoreció la propagación de enfermedades infecciosas en la población humana.

Luego, el comercio ampliado entre comunidades aumentó las interacciones entre humanos y facilitó la transmisión de patógenos zoonóticos.

La expansión de las ciudades y el comercio, el aumento de viajes y efectos en ecosistemas debido al aumento de la población, provocaron la aparición y propagación de enfermedades infecciosas que condujeron a un mayor riesgo de epidemias y pandemias.

La densidad de población, su movilidad e inmunidad son los tres factores que definen el riesgo epidémico y, en última instancia, la amenaza del riesgo pandémico.

El riesgo depende de la vulnerabilidad (susceptibilidad del hospedero), la posibilidad de encuentro entre el hospedero y el agente patógeno y sus características (virulencia)

El origen de las principales enfermedades infecciosas humanas también va en coherencia con la evolución del hombre: el cazador-recolector nómada albergaba una fauna de parásitos parecida a la de los simios superiores.

Luego la revolución agrícola fue un punto de inflexión porque el desarrollo de la agricultura trajo asentamientos y la formación de pueblos y luego de ciudadanos.

Muchos de los primeros patógenos que infectaron a los humanos, evolucionaron a partir de enfermedades de animales domésticos.

La aparición y propagación de enfermedades infecciosas con potencial pandémico no son fenómenos nuevos: han desafiado la existencia humana de forma regular a lo largo de la historia.

Fue en el año 1850 cuando el establecimiento de la teoría de los gérmenes y la identificación de microbios específicos como agentes causantes de enfermedades infecciosas, condujo a grandes progresos, en particular el desarrollo de vacunas y en última instancia, de antimicrobianos.

Las enfermedades se pueden agrupar en “recientemente emergentes”, “reemergentes” y “enfermedades emergentes deliberadas” e incluyen factores genéticos, biológicos y sociales, políticos y económicos (cambio climático, ecosistemas cambiantes, viajes y comercio, guerra y hambruna, entre otros).

Tres pandemias de peste

Una de las enfermedades que ha tenido mayor impacto en la historia de la humanidad es la peste: enfermedad aguda, de rápida evolución y con alta letalidad. Hay registro de tres pandemias de peste:

La peste de Justiniano (541-543) que mató a 100 millones de personas y acentuó  el declive del Imperio Bizantino.

La peste negra (1347-1351): se extendió de Asia oriental hasta Asia central y Europa. Mató a cerca de 200 millones de personas, el 30% de la población europea. Da origen a medidas de salud pública muy importantes, entre otros, el aislamiento, cuarentena y cordón sanitaria.

La tercera plaga (1855-en curso): “Basado en análisis genómico se cree que la peste viajó desde Europa a Asia después de la Peste Negra, se establece en China y da lugar a la tercera pandemia de peste. Se volvió endémica en muchos países.

Cólera

Durante el siglo XIX, el cólera se propagó por el mundo desde la India, como resultado del progreso tecnológico en el transporte, vía ferrocarril y barcos de vapor, favorecida por la aceleración del comercio y migración masiva. Seis pandemias posteriores mataron a millones de personas en todos los continentes.

Vibrio cholerae es un patógeno transmitido por agua contaminada, utilizada para beber o preparar alimentos.

En 1854 John Snow utilizó por primera vez métodos epidemiológicos para rastrear el origen acuático del brote en Londres. Se le considera un motor de reformas sanitarias en el área de abastecimiento central de agua y alcantarillado que se implementaron a partir de la década de 1870 en Europa.

24 países han notificado casos de cólera en 2023: sigue siendo un problema mundial.

La influenza pandémica

La influenza pandémica más importante fue la de 1918, conocida como “la madre de todas las pandemias”.

Fue un virus de influenza aviar. “No  lo conocíamos desde el punto de vista inmunológico. Infectó a un tercio de la población y la tasa de letalidad fue de 2.5% Se calcula que mató entre 50 y 100 millones de personas”.

Todas las pandemias de influenza, desde ese momento, han sido causadas por descendientes del virus de 1918: H1N1 (2009) y los virus H2N2 (1957) y H3N2 (1968).

COVID-19, ¿dónde estamos? Retos actuales

Hemos salido de la emergencia a causa de COVID-19, pero la pandemia continúa y el virus sigue circulando y seguirá circulando.

Sin embargo, hay menos casos. La gran mayoría de las muertes ocurrieron en las olas iniciales, cuando no teníamos vacunas ni inmunidad. Panamá manejó la pandemia de manera adecuada.

Quince millones de muertes, y el costo económico, social y político ha sido inmenso.

La expectativa de vida se afectó: para el año 2020, la expectativa de vida en los hombres se redujo dos años en los Estados Unidos.

Tenemos varios escenarios:

Emergencia de variantes. Se producen muchas mutaciones y nuestro sistema inmune se ve enfrentado a diferentes versiones del virus por eso la razón de actualizar las vacunas y vacunarse de manera anual.

La nueva vacuna ideal debe evitar la infección y la transmisión, ser a prueba de variantes, conservar protección alta y duradera contra variantes y subvariantes de preocupación, mejorar la duración de los anticuerpos neutralizantes protectores más de seis meses y ser accesible y asequible.

El covid prolongado es una realidad: es una enfermedad que causa secuelas multisistémicas, es decir, afecta a todos los órganos. No sabemos cuáles mecanismos lo causan y solo se puede diagnosticar si hay síntomas clínicos.

Para escuchar la ponencia completa y conocer las pandemias que fueron y la enfermedad X que vendrá, pase por el canal de Youtube de la VIEX. El enlace a continuación: