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Por: Dra. Karen Courville, FACP, SNI

La Dra. Karen Courville es egresada de la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá. Realizó estudios en Medicina Interna y Nefrología en el Complejo Hospitalario Dr. Arnulfo A. Madrid.  Tiene un Fellow en Investigación Renal del Instituto Mario Negri en Bérgamo, Italia.  Investigadora del Instituto de Ciencias Médicas de Las Tablas. Miembro del Sistema Nacional de Investigación (SNI)

Los riñones son órganos complejos e increíbles que realizan muchas tareas esenciales para mantenernos sanos. Entre el 8 y el 10 % de la población adulta presenta algún tipo de daño renal, lo que representa unos 850 millones de personas que viven con enfermedad renal.

Los principales factores de riesgo de enfermedad renal son la diabetes y la hipertensión. Además, existen la obesidad, enfermedades hereditarias y otros factores como la lesión renal aguda, la enfermedad renal relacionada con el embarazo, las enfermedades autoinmunes, el bajo peso al nacer; la obstrucciones en las vías urinarias, los cálculos renales obstructivos; defectos congénitos que afectan los riñones o las vías urinarias.

Además, dependiendo del país, hay causas más propias de cada región, como la enfermedad renal relacionada con el estrés térmico en los trabajadores en Centroamérica en la costa del Pacífico (incluyendo Panamá), mordeduras de serpientes, toxinas ambientales, medicinas tradicionales, infecciones como la hepatitis B o C, el VIH y parásitos, entre otras muchas.

Este 13 de marzo, Día Mundial del Riñón, es una fecha que nos recuerda la importancia de mantener la salud renal.

¿Qué pruebas se pueden realizar para detectar enfermedad renal?

Existen algunas pruebas sencillas, no invasivas y de costo accesible. Se debe tomar la presión arterial para detectar hipertensión; en la consulta externa se pesan y tallan a los pacientes para calcular el Índice de Masa Corporal (IMC), que es una estimación de la grasa corporal basada en la altura y el peso y nos indica el grado de obesidad.

El análisis de orina se utiliza para evaluar la presencia o ausencia de proteínas, glucosa, células, cristales y bacterias; y mediante el cálculo de un cociente albúmina-creatinina urinaria (uACR) se cuantifica la cantidad de proteínas en orina.

Mediante análisis de sangre como la hemoglobina glicosilada o glucosa en ayunas se puede detectar diabetes tipo 2; y la creatinina sérica, que se utiliza para estimar la tasa de filtración glomerular (TFGe) que evalúa la función renal.

¡Las 8 reglas de oro de la salud renal!

Están son las recomendaciones básicas que se utilizan a nivel mundial con todos los pacientes para cuidar los riñones:

1. Mantenerse en forma y activo

La actividad física no solo cuida de tus riñones, sino de todo tu cuerpo. Con actividad física le ayudas a tu cuerpo a mantener un peso saludable y mejoras la capacidad física, fortaleciendo las defensas, lo que mejora la resistencia ante enfermedades. Es recomendable hacer al menos 100 minutos a la semana de ejercicio, lo que es menos de 20 minutos diarios.

2. Evaluar regularmente los niveles de glucosa en sangre

La diabetes es la principal causa de falla renal y diálisis en el mundo. Si eres diabético, debes hacer la dieta de manera estricta, seguir los niveles de glucosa en sangre para corregir las dosis de tus medicamentos de forma adecuada. Si no eres diabético, es importante hacer un examen anual de glicemia para ver si inicia a elevarse y así poder iniciar manejo temprano.

3. Controle y revise su presión arterial

La hipertensión arterial no da síntomas inicialmente, por lo que puede estar elevada por un tiempo sin que la persona lo conozca. La única forma de saber si eres hipertenso es midiendo la presión arterial. Es importante realizar la medición por lo menos 1 vez al año, sobre todo luego de los 40 años de edad. La presión normal debe ser menor a 140/80.
En las personas con hipertensión ya diagnosticada, es importante evaluar los valores de manera más frecuente, para saber si el tratamiento está siendo adecuado o si hay que ajustar dosis. Los tratamientos para la hipertensión arterial, se deben tomar a la misma hora todos los días, para que la presión se mantenga normal y evitar que dañe a órganos importantes.

4. Mantenga una dieta saludable 

Se deben preferir las frutas y vegetales frescos, los granos y los cereales. Comer moderadamente carnes, pescados, leguminosas, huevos y lácteos. Y comer bajo en sal, bajo en grasas, bajo en azúcares, y bajo en aceites.

5. Mantener una ingesta de líquidos saludables

Un adulto en promedio debe tomar 3 litros de líquidos al día si es masculino y 2 litros al día si es femenino para mantenerse en buen estado de hidratación, y esa cantidad se debe aumentar en casos de deshidratación como en casos de diarrea, vómito, fiebre o en casos de sudoración excesiva como, deportes y períodos muy largos bajo el sol.

6. No fumar

El cigarrillo y el tabaco están asociados al cáncer de vejiga y riñón, aceleran el envejecimiento de los órganos y las arterias y producen enfermedades pulmonares. Como los riñones están hechos de miles de arterias, el cigarrillo los afecta volviéndolos duros y rígidos lo que hace que la presión arterial aumente progresivamente dañando la función renal.  El vapeo también es dañino, ya que el aerosol de los cigarrillos electrónicos contiene sustancias tóxicas que pueden dañar los pulmones y otros órganos. 

7. No automedicarse

 Los riñones son los filtros del cuerpo que hacen la eliminación de los desechos, por ellos pasa toda la sangre, y medicamentos que tomamos para ser filtrados de las toxinas. Hay algunos medicamentos y sustancias que dañan los riñones, sobre todo cuando son tomados sin control, por tiempo prolongado o en dosis altas. Algunas personas tienen enfermedades renales sin saberlo y el tomar sustancias tóxicas puede empeorar el daño renal.  Antes de ingerir algún medicamento, consulte a su médico.

8. Revise su función renal

Si tiene algún factor de «alto riesgo», como diabetes, hipertensión u obesidad, debe evaluar la función renal cada año. Si no tiene factor de riesgo, debe evaluarse luego de los 40 años de manera anual.

Se deben implementar políticas de detección temprana para personas en riesgo a nivel mundial para reducir los costos de atención médica asociados con la insuficiencia renal y mejorar la calidad de vida. Los médicos de atención primaria y los profesionales de la salud de primera línea deben recibir capacitación para integrar las pruebas de ERC en la atención rutinaria para las poblaciones de alto riesgo, incluso cuando el tiempo y los recursos son limitados.

Las pruebas para detección de ERC deberían integrarse en las intervenciones comunitarias existentes (por ejemplo, al igual que se realizan las campañas de salud materna, el VIH, la tuberculosis y otras enfermedades no transmisibles) para reducir los costos y mejorar la eficiencia, teniendo disponibilidad de estas pruebas en los centros de atención de primer nivel, para mejorar la detección temprana.

Al igual que se debe entrenar mejor a los equipos de salud, los esfuerzos también deben centrarse en la concienciación de la población general, la promoción de la salud y la implementación de programas educativos que empoderen a los pacientes, que los ayuden a entender la importancia de la práctica de buenos hábitos saludables.

Por: Dra. Karen Courville, FACP, SIN