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Por: Dra. Karen Courville, FACP

La Dra. Karen Courville es egresada de la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá.
Realizó estudios en Medicina Interna y Nefrología en el Complejo Hospitalario Dr. Arnulfo A. Madrid.  Tiene un Fellow en Investigación Renal del Instituto Mario Negri en Bérgamo, Italia.  Investigadora del Instituto de Ciencias Médicas de Las Tablas, es presidenta de la Sociedad Panameña de Nefrología e Hipertensión

Los riñones están ubicados en el área lumbar, justo por debajo de las últimas costillas, a ambos lados de la columna, cerca de la mitad de la espalda.

Un dolor en esa área no siempre significa que haya problemas en los riñones, ya que es un lugar con muchos músculos, huesos y otros órganos.

Los riñones se encuentran localizados a nivel de la última vértebra torácica y hasta la tercera vértebra lumbar, en el área retroperitoneal.  El riñón izquierdo se encuentra más arriba que el derecho, debido a que el estómago y el hígado desplazan el riñón derecho un poco más hacia abajo. Tienen varios músculos rodeándolos (cuadrado lumbar, psoas mayor y transverso del abdomen), el diafragma y, además, están en contacto con el intestino delgado y el intestino grueso.

¿Qué puede producir dolor en el área lumbar?

El dolor de espalda en el área lumbar es una consulta frecuente a todos los médicos, incluyendo los nefrólogos.

El dolor puede producirse súbitamente y de manera progresiva hasta convertirse en incapacitante.

Puede mantenerse en la misma ubicación o irradiarse a alguna región, como la parte posterior del glúteo o la pierna y sus características pueden ser punzante, quemante o como un hormigueo.

El dolor puede estar relacionado a alguna actividad física (deportiva, de trabajo) o a un accidente; y puede empeorarse si hay problemas de obesidad o alguna condición predisponente, como enfermedades crónicas articulares.

Algunas patologías que producen dolor en el área lumbar son:

  • Distensión de músculo o ligamento: puede ser súbito y condicionado a alguna actividad, como levantar objetos pesados, movimientos bruscos, accidente, o ejercicio físico no supervisado, como levantamiento de pesas. El dolor puede mantenerse en el lugar o irradiarse.
  • Ruptura de disco o hernia discal: puede producirse por trauma repetitivo a la columna, como levantar peso de manera inadecuada y frecuente, o por un trauma a nivel de la columna, producto de una caída, accidente de carro, entre otros. Cuando el disco protruye o se rompe, se hernia y hace presión sobre un nervio, lo que produciría un dolor en el área del disco, con irradiación sobre el trayecto del nervio.
  • Artritis y osteoporosis: en estas patologías hay afectación de hueso o de las articulaciones.  En la artritis se pueden afectar los espacios en la columna vertebral en el área lumbar, y/o la vértebra se puede fracturar, debido a la fragilidad del hueso. El dolor puede ser localizado al sitio de la afección.

¿Qué puede producir un dolor en el riñón?

Las causas de dolor en el o los riñones pueden ser varias:

  • Litiasis o cálculos renales: dentro del riñón, algunos desechos se pueden sedimentar o depositar y se acumulan, formando litiasis, cálculos o “piedras”. Si son muy pequeñas pueden ubicarse en los polos, en donde pueden pasar asintomáticas, producir alguna molestia de tipo cólico o la presencia glóbulos rojos en la orina. Si son grandes, al recorrer las vías urinarias, producen dolor intenso, que desaparece al ser expulsadas.  En algunas ocasiones son muy grandes y para extraerlas se necesita realizar alguna maniobra, como colocación de un catéter o una micropulverización.
  • Infecciones complicadas de las vías urinarias o pielonefritis: se debe a la presencia de bacterias en la orina, muchas veces debido a bacterias del tracto gastrointestinal. Estas  contaminan la vía urinaria iniciando en la vejiga y van ascendiendo por los uréteres hasta los riñones.  La proliferación de las bacterias produce fiebre, y la distensión de la cápsula renal produce dolor, náuseas y vómito.
  • Trauma o lesión renal: las caídas, accidentes, o golpes en deportes de contacto (futbol americano, fútbol, boxeo).  El riñón puede sangrar y el hematoma distiende la cápsula, lo que produce dolor.
  • Tumores o cáncer de riñón: la mayoría son asintomáticos al inicio.  A medida que crece el paciente puede presentar sangre en la orina o si el tumor distiende la cápsula renal, se produce dolor en el área donde se localiza.
  • La enfermedad renal poliquística: los quistes crecen mucho y si se ponen en contacto con algún otro órgano o estructura, como la cápsula renal, pueden producir dolor.

¿Cómo se diferencia un dolor lumbar de un dolor renal?

El dolor lumbar puede estar asociado a una actividad física o tener el antecedente de un trauma o episodio o accidente reciente. Empeora al realizar algunas actividades, puede aliviarse al cambiar de postura o descansando y puede irradiarse a una pierna o mantenerse en la parte baja de la espalda.  El dolor renal no está asociado a alguna actividad, puede ser de tipo cólico en marea ascendente, como las litiasis, no cede con cambios de postura o reposos. 

¿Cómo se identifica y se trata?

Una buena historia clínica nos puede orientar a encontrar la causa del dolor.  El antecedente de la actividad reciente, presencia de fiebre y los antecedentes del paciente ayudarán a evaluar la condición actual. Si el dolor es muscular, se podrán utilizar relajantes musculares y se podrá indicar fisioterapia.  Si hay alguna causa ósea, en las radiografías se podrán observar las primeras impresiones para decidir si es requerido que el paciente sea evaluado por un especialista en huesos y/o columna. 

Si el dolor es renal, lo primero será evaluar la función del riñón, un examen de orina, y luego realizar un ultrasonido, el cual nos orientará con el tamaño del riñón, si se observan litiasis o si hay alguna otra alteración en la forma. 

Las pielonefritis reciben antibióticos y medicamentos para el control de fiebre o antipiréticos.

Algunas recomendaciones para prevenir el dolor lumbar: hacer ejercicios de fortalecimiento y de estiramiento de los músculos, pararse y sentarse con la espalda recta, evitar levantar objetos pesadas y si se debe hacer, la mejor postura es doblando las rodillas y manteniendo la espalda recta.  El control de peso nos ayuda a no tener una sobrecarga a las articulaciones, huesos y columna.  

Algunas recomendaciones para mantener riñones sanos: evita las bebidas carbonatadas, alcohol, el exceso de carnes de res y enlatados, así disminuirá tu riesgo de formación de litiasis renal. 

Mantener una buena hidratación permite que la orina se forme y salga con más frecuencia, lo que produce un lavado constante en las vías urinarias, ayudando a la disminución en la presencia de bacterias.  Realiza tus exámenes de rutina, que incluyan un análisis de orina una vez al año.

Por: Dra. Karen Courville, FACP