El país “deja de generar 1,500 millones de dólares, debido a los costos evitables del embarazo adolescente y la maternidad temprana”
Redacción LWS con información del Minsa | informe UNFPA
“Cada adolescente que abandona la escuela por un embarazo no planificado es una líder empresarial, una ingeniera, una innovadora que no llega a desarrollarse» Edith Castillo Núñez, representante de UNFPA Panamá
Son números que hablan de historias humanas. De vidas perdidas, de sueños rotos y dificultades en el hogar: En 2022, Panamá registró 42 muertes maternas en adolescentes por cada 100,000 nacidos vivos.
En el ámbito económico, el promedio de ingreso anual de una madre adolescente, es de $3,432, mientras que el de las madres entre los 20- 29 años es de $7,960, una brecha salarial que impide a la adolescente el desarrollo pleno y está asociado a menos años de estudios y, por tanto, a trabajos con menos calificación profesional y expectativa salarial.
De acuerdo con datos de World Population Prospects 2022, la tasa de fecundidad adolescente en Panamá ha mostrado una tendencia descendente situándose en 2022 en 68.5 nacimientos por cada 1000 mujeres adolescentes. “Sin embargo, su nivel sigue siendo superior al promedio regional que es de alrededor 52.1 nacimientos y a nivel mundial de 41.8 nacimientos por cada 1000 mujeres entre 15-19 años”.
Estas cifras deben llamar a la acción y es el objetivo de la actualización del estudio Impacto Socio-Económico del Embarazo en la Adolescencia en Panamá, realizado con la metodología MILENA, herramienta investigativa desarrollada por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA).
Esta metodología “analiza el efecto del embarazo adolescente (EA) y la maternidad temprana (MT) en el curso de vida de las mujeres” y su principal hipótesis “es que el embarazo adolescente y la maternidad temprana (MT) influyen en la acumulación de años de escolaridad y en la inserción en el mercado de trabajo remunerado, entre otras variables socio-económicas relevantes”.
En el caso de Panamá, el país “deja de generar 1,500 millones de dólares, debido a los costos evitables del embarazo adolescente y la maternidad temprana”. Es decir, “el país limita su desarrollo en un 2% de su Producto Interno Bruto (PIB) anual”.
El informe explica esta cifra de manera ilustrativa: “Estos $1,500 millones representan el total de ingresos generados por el paso de buques Neopanamax por el Canal de Panamá, en 2024, según el Instituto Nacional de Estadística y Censo”, es decir, los ingresos por peaje de un aproximado de 7 000 a 9 000 buques que transitan por esta ruta del comercio mundial”. Este recurso equivale “al 50% de los ingresos que este activo logístico aporta al Tesoro Nacional”.
La cifra estimada también representa el costo inicial de la Línea 1 del Metro de Panamá.
El viceministro de Salud, Manuel Zambrano Chang, quien participó en la presentación del estudio de UNFPA, destacó que son evitables los costos del embarazo adolescente y la maternidad temprana (15 a 19 años).
Resaltó que desde el Ministerio de Salud se trabaja en programas preventivos, ya que se trata de un problema muy complejo: el Estado, la empresa privada y fundaciones no pueden resolver, y atender, de forma individual.
Sostuvo que la única forma de hacer un cambio sobre esta realidad es trabajar en conjunto y hacerla visible.
Edith Castillo Núñez, representante de UNFPA Panamá, alentó al Estado a priorizar este tema en su agenda pública e hizo un llamado al sector empresarial.
“Cada adolescente que abandona la escuela por un embarazo no planificado es una líder empresarial, una ingeniera, una innovadora que no llega a desarrollarse. Es una baja silenciosa en la fuerza laboral del presente. Las adolescentes necesitan que el sector empresarial incorpore esta causa en sus estrategias de sostenibilidad”, señaló.
“Cada dólar que se invierte en prevenir el embarazo adolescente se multiplica varias veces en rendimientos para las mujeres, para sus hijos y el Estado. Si conseguimos reducir la tasa específica de embarazo adolescente, que para 2022 registró 68.5 por cada mil nacimientos, liberaremos inmensos recursos para el desarrollo del país, expresó.
Durante la presentación, se llevó a cabo el panel “Capital Humano y economía: El desafío del embarazo adolescente y su huella en la productividad y el desarrollo”, conformado por Kristelle Getzler, secretaria de Asuntos Económicos y Competitividad de la Presidencia de la República de Panamá; Felipe Rodríguez, empresario y presidente de Centro de Competitividad de la Región Occidental de Panamá; Raquel Robleda, directora de Merco Panamá y presidenta de la Fundación Intervención Social Transformadora y Orit Btesh, empresaria y presidenta de la Cámara Panameña del Libro.
Las cifras del embarazo adolescente en Panamá
Impacto Socio-Económico del Embarazo en la Adolescencia en Panamá, realizado con la metodología MILENA, herramienta investigativa desarrollada por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), arroja importantes conclusiones.
La iniciación sexual ocurre alrededor de los 16 años, “seguido de la entrada a la unión a los 18 años y el primer nacimiento a los 19 años. El intervalo de 1.2 años entre la unión y el nacimiento denotan que los embarazos suelen ocurrir en Panamá en el marco de una unión”.
“Entre las trayectorias con maternidad adolescente con o sin unión se observan los calendarios más tempranos de iniciación sexual con 15.7 y 15.5 años, respectivamente. Respecto al primer nacimiento, se obtiene que las mujeres que fueron madres adolescentes sin una unión transitan de forma más temprana a la maternidad con una edad promedio de ocurrencia del primer nacimiento a los 17.3 años en comparación a los 18.7 años de aquellas con maternidad adolescente en unión. Estos resultados sugieren que al menos la mitad de las mujeres con una trayectoria con maternidad adolescente sin unión experimentaron su primer nacimiento antes de los 18 años, lo cual denota la ocurrencia de maternidad infantil”.
Al analizar la diferencia de edad, para el periodo 2018-2022, “se puede concluir que 9 de cada 10 madres adolescentes tienen su hijo/a con una pareja mayor a ella, en su gran mayoría con una diferencia de edad de más de 5 años (73%)”.

Este resultado es clave, indican, porque la diferencia de edad entre la pareja se asocia a uniones más inequitativas en términos del poder de decisión y de percepciones y creencias de género para estas adolescentes madres
En 2022 se estima que en Panamá se atendieron 9,531 partos en mujeres adolescentes. La razón de mortalidad materna para este mismo año por el parto y el puerperio en madres adolescentes se estimó en 42 muertes por cada 100,000 nacidos vivos.

Esta cifra equivale a “251 años perdidos a raíz de estos fallecimientos; de esos, se pierden 161 años de vida en el periodo productivo potencial de las madres adolescentes fallecidas, lo que representa una pérdida social para la economía panameña por la mortalidad materna de $906,000”.
Por otra parte, los gastos de la atención en salud contemplan la atención de los más de 9,000 partos en mujeres adolescentes entre 10-19 años ocurridos en 2023 e incluye los cuidados prenatales y durante el parto, las complicaciones obstétricas, las atenciones por otras afecciones de la maternidad e intervenciones por recién nacido.
“Según la prevalencia estimada para cada evento y los costos de atención en las instalaciones públicas de salud, el gasto total de la atención en salud de los embarazos en la adolescencia alcanza los $11.5 millones en el año 2023, que representa una reducción de un poco más de 3 millones respecto a lo estimado en 2019, esta reducción se explica principalmente por la menor cantidad de nacimientos en madres adolescentes registrados en 2019 cuando se registraron un poco más de 12 mil partos”.
El Estado panameño, indica el estudio, ha dejado de percibir en concepto de ingresos fiscales (impuesto al consumo) $79 millones, relacionados al costo socioeconómico total asociado al embarazo adolescente y la maternidad temprana.
En promedio, el ingreso laboral anual de las madres adolescentes es 57% menor que el de las que fueron madres en edad adulta. Esta brecha ocasionó, en 2023, una pérdida estimada en $1,590 millones, proveniente del valor perdido en términos de ingresos relacionados con la ocurrencia del embarazo y la maternidad adolescente.
En general, “las mujeres que son madres desde la adolescencia (MMA) tienen una mayor probabilidad de experimentar una incompatibilidad de roles entre ser estudiantes y ser madres (Pérez-Amador y Giorgulli, 2014)”.
De hecho, el 43% de las mujeres que fueron madres durante la edad adulta alcanzaron el nivel universitario, mientras, apenas el 14% de las mujeres que son madres desde la adolescencia (MMA) alcanzaron dicho nivel.

Esta realidad también se expresa en el mercado laboral: “Las mujeres panameñas entre 20-57 años, alcanzando su máximo en el nivel de educación universitaria con más de $14,138 anuales, seguido del nivel vocacional – no universitario con nivel secundario con un ingreso anual de $6,126 anuales. El nivel educativo primario (hasta 6 años de escolaridad) muestra el menor ingreso anual con apenas $2,741 anuales”.

En conclusión, “el costo de oportunidad educativo vinculado al embarazo adolescente y la maternidad temprana en Panamá demuestra la importancia de abordar la fecundidad adolescente a nivel país con políticas públicas y programas, que permitan una recuperación de estos costos mediante el acceso a educación superior y estrategias de incorporación al mercado laboral para incrementar el nivel de salarios percibidos por estas mujeres”.
Para acceder el informe:
Redacción LWS con información del Minsa | informe UNFPA