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Juan A. Cardona Conte

El pasado 30 de octubre el doctor Alfredo Hidrovo partió de esta vida terrenal, pero dejó un legado, una historia que vale la pena resaltar.

El Dr. Hidrovo, egresado de la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá en los años 50, docente universitario, con especialización en Medicina Interna y Oncología, fue un médico excepcional.

 Poseía lo que se conoce como “ojo clínico”.

Tenía una gran minuciosidad para examinar a sus pacientes y sobre todo era sabio en los diagnósticos y la manera de curar las enfermedades.

Nuestra historia con el Dr. Hidrovo se inicia en los años 70 cuando el consultorio del doctor estaba ubicado en la Clínica Panamá de la urbanización Obarrio.

El Dr. Hidrovo se ganó la confianza, la admiración y el cariño de todos en mi familia. Recuerdo que mi hermana adoraba a “su doctor Hidrovo” y decía que se le parecía al actor Al Pacino por la abundante cabellera negra engominada que lucía entonces y por su personalidad pausada y controlada.

Con el pasar de los años, el doctor Hidrovo se convirtió, para nosotros en la familia, en el doctor capaz de resolverlo todo. Sus consejos, su sola presencia representaban una gran tranquilidad y esperanza. Nunca dudó en atendernos cuando le pedimos su ayuda, incluso cuando se trataba de casos que no correspondían a su especialidad…y siempre resolvió.

Así era de valioso el Dr. Hidrovo.

El compromiso del Dr. Hidrovo con sus pacientes no tenía hora ni día. En innumerables ocasiones, el Dr. Hidrovo atendió a mis padres a domicilio.

Sabíamos el esfuerzo que hacían el doctor y su esposa, la señora Pachita, quien lo recogía al salir de su consulta en la Clínica San Fernando y le manejaba a casa de los pacientes. Sus visitas eran como una bendición.

Su larga carrera como médico por más de 50 años, nos hacía sentir que el Dr. Hidrovo iba estar siempre ahí para atendernos, pero el tiempo es inexorable y nos lo quitó, dejándonos un vacío muy difícil de llenar.

Hoy nos queda el recuerdo de la personalidad firme y noble del Dr. Hidrovo, de su imagen impecable, caminando con su maletín médico y su suave hablar.

Su vida es un testimonio de trabajo, dedicación y servicio al prójimo.

Su recuerdo perdurará en el corazón de todos los que tuvimos el honor de conocer a este gran médico y ser humano.

Juan A. Cardona Conte

El autor de este texto es ingeniero, egresado con honores de la Universidad Tecnológica de Panamá (UTP), con estudios de Derecho y apasionado de la historia. Es el autor de Voces de la historia, texto que refleja los discursos inaugurales de los presidentes de Panamá de 1903 al 2019