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Por: María Mercedes Armas (Psicóloga)

La licenciada María Mercedes Armas Barrios es psicóloga. Egresada de la Universidad Central de Venezuela. Es integrante del Observatorio Venezolano de los DDHH de las Mujeres y del Centro de Investigación Social Formación y Estudios de la Mujer.
@psico.mm.armas
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El sentido de pertenencia es considerado como una necesidad vital humana debido a su importante papel protector; partiendo del hecho histórico básico de que la cooperación entre los individuos, para afrontar los riesgos y peligros,  fue lo que permitió la conservación de nuestra especie. Por ser seres gregarios, el sentido de pertenencia se forja de manera natural y espontánea entre individuos que comparten espacio e intereses durante el tiempo suficiente, forjando lazos y vínculos profundos.

El sentido de pertenencia es un concepto complejo que involucra varias dimensiones que iremos analizando.

  • Es un sentimiento de identidad que el individuo genera con la comunidad con la que interactúa para alcanzar metas en común.
  • Se experimenta como la sensación de conexión y aceptación al ser parte de un grupo.
  • Implica la identificación subjetiva que experimenta una persona respecto a un grupo, organización o comunidad, en la cual se siente cómodo, aceptado y donde siente que pertenece.

Podemos distinguir varios ámbitos en el desarrollo del sentido de pertenencia:

  • Pertenencia familiar:

Se refiere a la sensación de pertenecer a un núcleo familiar con lazos biológicos y/o afectivos. Este es el primer espacio para conocer y desarrollar el sentido de identidad y pertenencia.

  • Pertenencia social:

Se refiere al ámbito de las amistades, equipos de trabajo o comunidades virtuales y está basado en compartir valores, intereses o metas en común.

  • Pertenencia cultural:

Se relaciona con la identificación con una cultura, grupo étnico o comunidad, basado en aspectos como el idioma, las tradiciones, la religión y los valores.

¿Cómo se desarrolla el sentido de pertenencia?

Es un proceso expansivo que se desarrolla a lo largo de la vida iniciando desde la infancia y dentro de la familia, a partir de los  vínculos fundamentales que se forman con los padres y cuidadores. Estas primeras experiencias  marcarán cómo se desarrollará nuestro sentido de pertenencia en el futuro.

Abraham Maslow plantea,  en su “Teoría de las necesidades humanas”, que  el sentido de pertenencia forma parte de las necesidades afectivas y  se encuentra entre los factores cruciales para la adecuada formación del individuo; en la medida en que se sienta aceptado, aprobado e integrado al núcleo familiar, será más sólida su autoestima. Los niños que se sienten queridos, apoyados y seguros en su familia tienen más probabilidades de desarrollar un sentido de pertenencia saludable.

Es interesante ver que en la categoría de las necesidades de afiliación y afecto, relacionadas con el desarrollo afectivo del individuo, Maslow incluye las necesidades de asociación, participación y aceptación; en la categoría de las necesidades de estima vinculada a los demás, incluye la necesidad de atención, aprecio, reconocimiento, reputación, estatus, dignidad, fama, gloria, e incluso dominio. Todas las anteriores están vinculadas al tema de sentido de pertenencia a un grupo o comunidad.

A partir de la socialización fuera de la familia, generada por el proceso de escolarización, las relaciones con amigos y otros procesos, se van estableciendo conexiones más extensas. Durante la adolescencia, el sentido de pertenencia está relacionado con la identificación con grupos de iguales que comparten intereses similares y aportan al proceso de desarrollo de la identidad y  pertenencia.

En la etapa adulta hay aún mayor amplitud en los vínculos por la participación en diversas comunidades, como grupos sociales, en los cuales privan otros factores como los valores, tradiciones y creencias religiosas o políticas. Las organizaciones y empresas han asumido el fomento del sentimiento de pertenencia como factor importante para impactar el compromiso laboral, el trabajo en equipo, el logro de metas y reconocen  que la satisfacción laboral y el bienestar psicológico de los trabajadores pueden estar vinculados a sentirse valorado, aceptado y perteneciente.

Como proceso, el sentido de pertenencia ha sido fundamental en la forma en que la humanidad se organiza; tiene impacto tanto a nivel individual como colectivo, para la unión, generación de familias, procreación, productividad y proyección a la posteridad de la raza humana. En próxima publicación vamos a revisar cómo afecta la carencia de un sentido de pertenencia en el ámbito de la salud mental, sus ventajas y beneficios, y cómo podemos desarrollarlo.

Por: María Mercedes Armas (Psicóloga)