Por María Mercedes Armas (Psicóloga)
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La licenciada María Mercedes Armas Barrios es psicóloga. Egresada de la Universidad Central de Venezuela. Es integrante del Observatorio Venezolano de los DDHH de las Mujeres y del Centro de Investigación Social Formación y Estudios de la Mujer.
@psico.mm.armas
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Como seres sociales, el sentido de pertenencia es fundamental para organizarnos y constituirnos en grupos y comunidades que trabajen por el bienestar colectivo y puedan cooperar de manera conjunta.
Sentir que formamos parte de algo nos genera un sentimiento reconfortante y de seguridad, lo cual repercute favorablemente y es esencial en nuestro bienestar psicológico; debemos reconocer que casi todos los aspectos de nuestras vidas están organizados en torno a la pertenencia a algo y nuestra vida inicia con un sentimiento de apego a nuestra figura de protección.
Entre sus ventajas podemos mencionar:
- Mejora la autoestima.
- Reduce el estrés y la ansiedad.
- Reduce la sensación de soledad y el aislamiento.
- Aumenta la resiliencia.
- Produce satisfacción.
- Previene la depresión.
- Promueve las habilidades sociales.
- Permite canalizar y soluciona situaciones individuales o colectivas.
- Aumenta el disfrute, bienestar y calidad de vida.
- Aporta nuevas oportunidades.
Por el contrario, cuando este sentido no está arraigado, es mucho más difícil el funcionamiento coordinado de una colectividad y, a nivel personal, produce varios efectos negativos, tales como el aumento en negativo de todo lo anteriormente planteado: estrés, soledad depresión, pensamientos negativos acerca de sí mismo y los demás, baja autoestima, disminución de las habilidades sociales.
En este sentido es importante destacar que puede ocasionar un aislamiento social crónico que afecta en todo sentido a la persona y le anula las posibilidades de conseguir apoyo en un momento dado.
Los problemas de pertenencia pueden tener su origen en dinámicas familiares disfuncionales que han afectado a la forma como las personas se relacionan y se integran con sentido de pertenencia; por ello es muy adecuado realizar procesos terapéuticos grupales o de familia para trabajar las experiencias, traumas o patrones de pensamiento y comunicación que no permiten una adecuada integración.
Además de las intervenciones a nivel psicológico, la propia integración consciente a diversos grupos y comunidades, contribuye por sí mismo a mejorar el sentido de pertenencia. El impulso para buscar la afiliación y pertenencia a grupos parte del deseo de compartir puntos en común como valores, objetivos, gustos, necesidades o el disfrute de algo en particular; en todo caso hay una afinidad que va fortaleciendo el sentido de pertenencia.
A nivel de la salud mental, el sentido de pertenencia tiene un fuerte impacto, debido a que se le considera un factor protector. La depresión, la ansiedad, desesperación, soledad y los pensamientos suicidas son condiciones de salud mental comunes asociadas con la falta de sentido de pertenencia. El sentirse acompañado, que se cuenta con alguien y que dispone de apoyo, disminuye el estrés y la ansiedad; aumenta la capacidad de resiliencia para sobrellevar las situaciones difíciles y disfrutar de los buenos momentos, lo cual impacta favorablemente en nuestra salud mental y emocional.
- ¿Qué dicen los estudios e investigaciones acerca de la importancia del sentido de pertenencia?
- ¿Qué utilidad tiene fortalecer el sentido de pertenencia en grupos y organizaciones?
Estos temas los vamos a enfocar en la próxima publicación.
Por María Mercedes Armas (Psicóloga)