Dr. Alberto Kizer Ores
La mayoría de las mujeres han tenido una infección vaginal por lo menos una vez en su vida. De hecho, las infecciones vaginales son el motivo de consulta principal de la visita ginecológica. Afectan a mujeres de todas las edades, tanto mujeres sexualmente activas como a la que no lo son.
Los principales causantes de vaginitis o vulvovaginitis son ciertos organismos vivos, como bacterias, hongos y virus, pero también agentes externos, como productos para la higiene íntima o espermicidas. También suele aparecer al tener las primeras relaciones sexuales.
Existen algunos factores que aumentan el riesgo de tener vaginitis:
- Cambios hormonales, como los asociados con el embarazo, las píldoras anticonceptivas o la menopausia.
- Actividad sexual.
- Tener una infección de transmisión sexual.
- Medicamentos, como antibióticos y esteroides.
- Uso de espermicidas como método anticonceptivo.
- Diabetes no controlada.
- Uso de productos de higiene como baños de burbujas, aerosoles o desodorantes vaginales.
- Lavados vaginales.
- Usar ropa húmeda o ajustada.
- Usar un dispositivo intrauterino (DIU) como método anticonceptivo.
Las infecciones vaginales pueden ser de origen infeccioso y no infeccioso.
Vaginitis infecciosa:
Infección por Chlamydia o Clamidiasis: causada por la bacteria Chlamydia trachomatis (Clamidia) y en la mayoría de los casos, es asintomática, lo que dificulta su diagnóstico. Las señales más comunes son secreciones blanquecinas con un olor distinto al habitual, sangrado y dolor.
Es muy importante acudir al médico porque si se deja avanzar esta infección, puede dañar los órganos reproductivos de la mujer y causar infertilidad.
Vaginosis bacteriana: existen síntomas más evidentes, como un flujo débil y secreciones blancas o grisáceas con olor parecido al del pescado. También puede ir acompañada de picores en la zona externa de la vagina y escozor al orinar.
Candidiasis vaginal: esta infección vaginal debe su nombre al hongo que la produce, el Candida albicans, que está presente de forma natural en el organismo. El problema surge cuando se reproduce masivamente debido a cambios en la acidez de la vagina.
La candidiasis es una de las infecciones vaginales más comunes e incómoda, pues los síntomas pueden derivar en una irritación tan molesta que resulta difícil de soportar. Algunos de estos síntomas incluyen hinchazón, además de picor o ardor en la zona de la vulva. El flujo vaginal adquiere un tono blanquecino amarillento y es más denso de lo habitual.
Tricomoniasis: El síntoma más característico es una secreción de tono amarillento o verdoso con olor a moho, además de ardor y picores en la vagina. El tratamiento con antibióticos se debe aplicar a ambos miembros de la pareja para evitar que la infección reaparezca en el futuro.
Las mujeres con tricomoniasis o vaginosis bacteriana tienen mayor riesgo de contraer infecciones de transmisión sexual debido a la inflamación que provocan estas afecciones.
En las embarazadas, la vaginosis bacteriana y las tricomoniasis sintomáticas están asociadas con partos prematuros y bebés con bajo peso al nacer.
Vaginitis no infecciosa
Es la inflamación de la vagina o de la vulva y la vagina (vulvovaginitis) que surge por el uso de espermicidas, desodorantes o duchas vaginales, por llevar ropa ajustada o por falta de higiene. Este tipo de malestar puede afectar incluso a niñas en edad previa a la pubertad, provocando una reacción alérgica, que incluye, olor en la pelvis, picor y ardor, exceso de flujo.
También se dan casos durante la menopausia debido al descenso de hormonas. Esta situación puede generar sequedad vaginal, causando dolor o ardor durante las relaciones sexuales. Para tratarla, se recetan lubricantes con estrógenos que curan la zona y ayudan a que el dolor disminuya.
Las mujeres que presentan alguno de estos síntomas deben visitar a su ginecólogo para que realice una exploración y diagnostique a tiempo el tipo de infección vaginal que está afectando a la paciente. De este modo, recetará el tratamiento más eficaz con una serie de recomendaciones higiénicas para evitar que la infección reaparezca.
El tratamiento dependerá del tipo de infección vaginal, puede ser necesario antifúngicos y/o antibióticos vía oral y/o vía vaginal, así como eventualmente el tratamiento puede y debe incluir a la pareja.
La prevención está en mantener el área genital limpia y seca, evitar las duchas vaginales, evitar el uso de jabones, tampones, talcos y desodorantes vaginales perfumados, evitar en uso de ropa interior ajustada o húmeda. Un detalle importante es evitar las relaciones sexuales mientras dure el tratamiento.
Dr. Alberto Kizer Ores
En Instagram @dr_Kizer
El Dr. Alberto Kizer Ores es Médico Cirujano egresado de la Universidad Central de Venezuela. Especialista en Obstetricia y Ginecología en el Instituto Universitario Dexeus de Barcelona, España. (Universidad Autónoma de Barcelona). Maestría en Medicina Materno-Fetal en el Hospital Universitario Vall d´Hebron de Barcelona, España. (Universidad Autónoma de Barcelona). Diplomado de Alta Gerencia en Emergencia y Crisis. (Instituto de Ciencia de la Salud – ISCIS / Universidad de Panamá). Certificado Internacional en Coaching y Programación Neurolingüística (International Association of Coaching and NLP / European Academy of Neurosciences Economics and Humanities). Capacitación en Coaching de Salud / Health and Wellness Coach (The International School Of Coaching – TISOC).