La vieja discusión sobre si la música popular es o no literatura es hace tiempo una necedad. Muchas de las canciones de José Luis Perales son historias, que se cuentan desde otra mirada
Pedro Crenes Castro, coordinador del Viernes Cultural: Literatura Panameña | Viernes Cultural [email protected]

José Luis Perales: 80 años de historias
Reseña por: Pedro Crenes Castro

El legado más grande que nos deja José Luis Perales son sus letras. Más allá del sonido y los géneros, se ha atrevido en muchas canciones con el tango, el jazz, los ritmos del caribe o el flamenco
El legado de una música y un sentimiento
Quizás la primera canción con la que me crucé fue El amor. Después fue Un velero llamado libertad, y ya circulaba por mi mente Y cómo es él pero, sobre todas ellas, desde que la escuché, Canción de otoño. Me preguntaba los otros días que de dónde me venía el otoño, y más allá de Rafael Alberti, aquella estación me viene de las canciones de José Luis Perales, que en estos días celebra sus 80 años de vida.
Ya más consciente de las historias que Perales cantaba, recuerdo que en 1986 un anuncio de televisión decía que, Con el paso del tiempo, iba a ser el primer disco de su carrera grabado con la discográfica CBS. La portada es amarilla, y el cantante mira serio a la cámara. Escuché el disco prestado, tiene que ser, y se convirtió en mi disco de cabecera, se convirtieron aquellas historias en surcos por donde transitar por las descripciones y la atmósfera. Muchos años después, en España, alguien me lo regaló en CD: me lo sabía de memoria, y aun recuerdo las arrugas en el sonido del tocadiscos en casa de mi abuela: las canciones en mi cabeza suenan así hasta hoy.
El legado más grande que nos deja José Luis Perales son sus letras. Más allá del sonido y los géneros, se ha atrevido en muchas canciones con el tango, el jazz, los ritmos del caribe o el flamenco, está su capacidad de contar historias, de observar el mundo y describirlo para que lo escuchemos, para que viajemos por los pasos de un madrileño-andaluz que nació en Cuenca. Su mirada narrativa nos ha dado buenas lecciones de ritmo e imagen que muchos recibimos como parte de nuestra educación sentimental. Te guste más o menos, todos nos sabemos por lo menos una de Perales.
¿Y por qué? Porque ha escrito para muchos de los grandes intérpretes de la canción, como Daniela Romo, Raphael, Miguel Bosé, Julio Iglesias, Vikki Carr, Tatiana o Enrique y Ana. Y tema aparte es, el grandísimo trabajo que como letrista hizo con Marinero de Luces para Isabel Pantoja, quizás el mejor de su carrera, en el que Perales pone toda su capacidad escritural al servicio de una vida absolutamente narrable. Temas como Marinero de Luces o Pensando en ti, son de los más reconocidos.
Es un escritor, en resumen. La vieja discusión sobre si la música popular es o no literatura es hace tiempo una necedad. Muchas de las canciones de José Luis Perales son historias, que se cuentan desde otra mirada, con un tono menos canalla que la de Sabina, pero no por eso más ingenua, en una línea muy cercana a la de Serrat, salvando ciertas distancias.
Hay dos canciones que quiero recordar de mi álbum favorito, en esta fecha tan importante para su autor. La primera es Lucía, que cuando la escuché en el 86 no tenía nada más que la belleza que por si misma desprende, pero que, como muchas de las suyas, terminó encarnándose en mi vida, y esta, de un modo muy conmovedor y especial para mí, se ha hecho un espacio en mi biografía. La otra es una que yo soñaba recitar el día de mi graduación en 1989, y que, por razones obvias no pudo ser: Me iré calladamente. Es una despedida honda, llena de imágenes del paso del tiempo:
Me iré pausadamente como llegué, sin prisas
Me llevaré el recuerdo de lo que fue mi vida.
Y alguna que otra carta en los bolsillos.
Tal vez algún poema prohibido.
Me iré calladamente, sin lágrimas, ni dudas
Sin palabras
Tan solo mi equipaje
y el polvo del camino hasta mi casa.
Mañana buscaré esa cometa
De papel en el desván
Y arreglaré la vieja bicicleta
Con que ayer jugué
Arrancaré la hierba del jardín
Y plantaré un cerezo y un rosal
Mañana cuando vuelva, si vuelvo.
Mañana borraré cada minuto de la esfera del reloj
Mañana colgaré en alguna percha
Lo que fue un disfraz
Mañana alegrará mi corazón
La risa de unos niños al jugar.
Mañana cuando vuelva, si vuelvo.
En 2020, cuando falleció mi mamá y estaba en Panamá para su entierro, vi un cartel que anunciaba su concierto en nuestro país. La pandemia era algo tan lejano entonces, y Perales se iba despidiendo de los escenarios, sin saber que aquel 27 de febrero, sería uno de sus últimos conciertos antes de que el mundo se detuviera. No habría podido ir, tenía que volver a España. Nunca lo vi actuar en directo, y todo apunta que así se quedará la cosa. Ahora, retirado, sigue trajinando con la música, sigue escribiendo, y eso es lo que me entusiasma: habrá más letras, habrá más historias.
¡Feliz cumpleaños, José Luis! ¡Salud y muchas letras!
Pedro Crenes Castro, coordinador del Viernes Cultural Literatura Panameña | Viernes Cultural | [email protected]

Pedro Crenes Castro (Panamá, 1972), es escritor. Columnista y colaborador en varios medios panameños y españoles. Ha ganado dos veces el premio Nacional de Literatura Ricardo Miró de Panamá y dicta talleres literarios. Vive en España desde el año 1990
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