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Por: Hisvet Fernández

Hisvet Fernández es psicóloga social, feminista, activista de los DDHH de las Mujeres y los Derechos Sexuales y Reproductivos, directora del Centro de Capacitación para la Vida (Cecavid). Integrante de la Alianza Salud Para Todas. Coordinadora del Observatorio Venezolano de los Derechos Humanos de las Mujeres, núcleo Lara. 
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@psicohisvetfernandez

Las personas asertivas conocen sus propios derechos y los defienden, están siempre atentas a su dignidad humana. Pero esto lo suelen desarrollar respetando a las otras personas, tratando, para lograrlo, de mantener el equilibrio entre el respeto de sus propios derechos y su dignidad humana y el respeto de los derechos y dignidad de las demás personas.

Las personas asertivas conocen y tratan de promover el ejercicio de los derechos para sí y para las demás personas.

Están racionalmente convencidas de que los Derechos Humanos deben ser respetados y son para todas las personas. Estamos hablando que la persona Asertiva tiene una perspectiva de Derechos Humanos que le otorga conciencia de derechos, de sus derechos y también de los Derechos de las otras personas.

Esta toma de conciencia se reflejará en toda su integralidad como persona y en su salud Integral: física, mental, social y sexual. Manejando sus derechos humanos en esas dimensiones.

La sexualidad, en su dimensión erótica-afectiva y como expresión de nuestro derecho de obtener placer con nuestro cuerpo, o de compartirlo junto a otra persona, es una parte de nuestra intimidad, de nuestra identidad y nuestra esencia privada y privilegiada, fundamental para el bienestar personal y la salud integral.

La asertividad, en general, es una habilidad de carácter social que engloba aquellas conductas que nos permiten expresar sentimientos, actitudes, deseos, opiniones y derechos, sin agredir al otro/a o a una misma. Significa ser fuerte y manifestarse ante el mundo y las demás personas sin temor y con la seguridad que nos otorga la conciencia de Derechos.

Desde la sexualidad en nuestra relación con otra persona también podemos desarrollar asertividad, en este caso asertividad Sexual. Lo que significa conocernos y dejarnos conocer en nuestra dimensión erótica-afectiva, sin dejar que se adueñe de nosotros y nosotras el pudor, el miedo a ser juzgados, la moral, la vergüenza, la necesidad de aprobación, la complacencia.

De no hacerlo así,  la otra persona acaba conociendo a quien hemos construido para enseñar al otro u otra, una caricatura de nuestro verdadero yo sexual, que lucha, a veces sin ser casi consciente, entre vivir desde el disfrute de esa intimidad y sentirse aceptado o aceptada por su pareja sexual o simulando un estereotipo que no es real.

El objetivo de la asertividad sexual es trasladar la naturalidad del acto comunicativo a la sexualidad, pudiendo expresar a la pareja sexual lo que preferimos, lo que más nos motiva, lo que no nos motiva, en absoluto, desde nuestra sexualidad, pudiendo decir NO a una práctica sexual que no queremos realizar, sin sentirnos culpables, o sin la carga de la complacencia que en ocasiones nuestra cultura nos impone, en particular a las mujeres.

La asertividad sexual es poder expresar lo que más nos gusta y cómo nos gusta y preguntar a la otra persona lo que más le gusta en lo sexual, sin temor a ser juzgados/as.

Es encontrar la manera de defender un derecho que tenemos, y es que nuestro cuerpo pueda disfrutar plenamente, es velar por nuestra salud sexual proponiendo su práctica segura, es definirnos a nivel íntimo, es ocuparnos de poner voz desde la normalidad y naturalidad al deseo. Es en definitiva conocer, ejercer y promover los Derechos Humanos Sexuales y Reproductivos de nosotras/os y de las demás personas.

La asertividad es una cualidad integral que abarca todas las dimensiones de los seres humanos y permite relaciones humanas de reciprocidad y de respeto mutuo, así como contribuye con nuestra Salud Integral, física, psicológica, social y sexual.

Por: Hisvet Fernández