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Dra. Maribel Osorio frente a la Escuela de Enfermería de la Facultad de Medicina de la UCV

Violeta Villar Liste

Su camino y su destino lo trazó su mamá, quien era enfermera. De tanto ver su labor se enamoró de la profesión al sentir “una sensibilidad especial por ayudar al otro”.

La Dra. Maribel Osorio, directora de la Escuela de Enfermería de la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Venezuela (UCV), especialista en salud ocupacional, Doctora en Ciencias de la Educación y editora de la Revista Venezolana de Enfermería, decidió ser enfermera cuando tenía 15 años.

Desde esta fecha “ha pasado mucha agua debajo del río”, afirma, tanto como la que puede significar el largo río de su vocación de 34 años en el Hospital Oncológico Luis Razetti y sus  26 años en la Escuela de Enfermería de la UCV.

“Para estar en esta profesión, y así se lo digo a todos los nuevos estudiantes que llegan a la Escuela, hay que tener algo en el corazón para ayudar a quien sufre y esa característica la tenemos los enfermeros y las enfermeras: siempre queremos ayudar al otro”.

Hoy, en el Día de la Enfermería, este diálogo, en el caso de Venezuela, es un regalo para quienes no están en el país y anhelan reencontrarse con los colores del Ávila caraqueño a cuyos pies descansa la Escuela de Enfermería.

Ocurre que la Dra. Osorio acompaña sus palabras con un recorrido por los espacios de la Escuela, mientras cuenta su historia personal, la del edificio, conversa con docentes y alumnos y así, en esta lejanía que acerca la palabra, convierte en gozoso este encuentro, que en homenaje a las enfermeras y los enfermeros, es una exaltación de la vocación docente y el entusiasmo de los estudiantes.

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“Mi vocación es servir al otro”, dice y este querer servir se expresa en el recuerdo de un episodio en el Hospital Oncológico Luis Razetti, como coordinadora del Servicio de Cabeza y Cuello.

Practicaban una traqueotomía a un paciente cuando una obstrucción la obligó a rápida actuación: lo montó en una silla de ruedas y de inmediato lo condujo al área de Cirugía para atenderlo y lograr que volviera a respirar.

Era artista plástico y cuando estuvo bien, la sorprendió con un cuadro en la cual aparecía ella, “porque él decía que yo era el ángel que le había salvado la vida. Eso me marcó para siempre; cada vez que iba al hospital a consulta me saludaba. Quedó agradecido”.

“Enfermería demostró de lo que estamos hechos”

Son las siete de la mañana en Panamá y las ocho de la mañana en Venezuela.

Este diálogo con la Dra. Maribel Osorio comienza en la dirección de la Escuela, en un día de cielos despejados.

“Cuando inició la pandemia pensé que las enfermeras teníamos que seguir en primera línea como ocurrió en todos los países del mundo. Enfermería demostró de lo que estamos hechos. Nosotros en la UCV, por razones obvias, cerramos la actividad académica, pero en los hospitales continuó.

La Escuela de Enfermería fue una de las primeras en reiniciar cuando bajó la crisis sanitaria: culminamos un semestre e hicimos un grado académico porque estamos apostando a que la universidad esté abierta”.

Está convencida que la crisis le demostró al mundo la vocación del personal de Enfermería “y evidenció la necesidad de tener más profesionales de Enfermería, de darles un mejor trato, de insertarlos en políticas públicas, mejorar sus condiciones de vida y de trabajo. Éramos valorados, pero ahora mucho más: el mundo comprendió que nos necesita: sin profesionales de Enfermería no hay salud”.

Muestra la dirección de la Escuela y el edificio de inspiración francesa que fue construido por los hermanos de La Salle en 1928.

En este momento se forman en la Escuela de Enfermería cerca de 450 estudiantes y por semestre ingresan 80 nuevos aspirantes.

“Con todas las dificultades,  aquí estamos apostando a que la universidad debe estar abierta”, dice.

Señala parte de los jardines que descansan sobre cinco hectáreas de terreno. Los celebra con orgullo sin dejar de ver el Ávila que es una memoria de la nostalgia.

Describe la capilla de usos múltiples donde cada actividad es un acto de fe: conciertos, obras de teatro y graduaciones, se celebran en el lugar.

Se acerca al salón donde el Dr. Freddy Contreras, pionero en los estudios de diabetes, se dispone a dar clases.

Un mensaje aleccionador en su reflexión: “A pesar de las dificultades la educación es la única herramienta válida para transformar a la sociedad y a las nuevas generaciones. Sin educación no hay progreso. Es vital para la salud, la economía y el progreso. Sin educación no hay nada…”, expresa el Dr. Contreras.

“Estar aquí es magnífico”, dice la Dra. Osorio mientras contempla los árboles de mango.

“Tenemos gente comprometida”, precisa.

Las clases se imparten en su mayoría presencial y parte virtual.

“Que tu corazón se llene de amor: El Ávila nos acompaña”, expresa como una pausa mientras hace camino al andar.

Al llegar a la zona del jardín llamada El Encuentro, saluda a los estudiantes que comen y comparten. Algunos ya están graduados de técnicos superiores en Enfermería y avanzan en la licenciatura.

“Más  allá del cuidado es magnífico estar con el paciente. Acompañarlo en sus momentos de más dolor significa mucho y eso fue lo que me motivó a hacer esa carrera”, cuenta Génesis Leal.

Brando Morales reconoce que la carrera demanda mucho esfuerzo. “Me gustaría terminar, ser profesional de la salud y seguir ejerciendo aquí en mi país”.

La directora de la Escuela confirma el interés de docentes y estudiantes por continuar.

 “Hay una realidad que no podemos ocultar: las condiciones de trabajo de los profesionales de Enfermería pueden desestimular, pero estudiando lograremos cambios en la sociedad”.

La educación, afirmó, siempre tendrá que ser una prioridad para los gobiernos y sociedad: solo con profesionales bien preparados daremos respuesta a las necesidades de la sociedad.

Se emociona al ver el salón con los estudiantes de nuevo ingreso: “Ellos decidieron ser enfermeros… sí hay gente a quien le importa el otro, cuidar la salud de las personas, dentro de cinco años serán licenciados en Enfermería…”

Alianzas con el sector privado

La Escuela de Enfermería de la UCV se encuentra en un proceso de revisión curricular, necesidad que acentuó la pandemia.

La Dra. Osorio expresa que se debe resolver la debilidad tecnológica del internet y la necesidad de contar con una plataforma “que nos permita de mejor manera poder asumir los contenidos virtuales, pero vamos a trabajar en eso”.

Para lograr la mejora tecnológica están buscando el apoyo externo de empresas privadas, dispuesta a dar apoyo a la educación.

De hecho, gracias a este respaldo fue posible que naciera la Biblioteca Sara Jiménez, una estructura moderna, fundada hace cuatro años, en un edificio centenario.

“No podemos detenernos, debemos seguir trabajando”.

El auditorio, con capacidad para 350 personas, está situado debajo de la capilla. Hoy, por el Día de la Enfermería, se presentará el Orfeón Universitario de la UCV. Día de fiesta.

A los futuros enfermeros y enfermeras los exhorta a la reflexión. “Puede haber crisis en el mundo, crisis en los hospitales, pero la crisis no puede tocar nuestro corazón. En el momento que permitimos que la crisis toque el alma y ya no nos importe el dolor y el sufrimiento ,y seamos capaces de trasgredir los principios éticos que rigen nuestra práctica profesional, estaremos mal”.

“Ser una flor en el desierto” de muchos, es su petición.

Atender a quienes necesitan “profesionales sólidos, competentes y con una formación ética muy importante, que respeten la dignidad de la persona”.

De esta profesión que es hermosa y fraterna, también resaltó su versatilidad: se puede ejercer en “la comunidad, en una escuela, en la empresa privada, en el hospital, en un quirófano, en la docencia…enfermería tiene para dar y aportar”.

El recorrido culmina en el principio: en la entrada de la Escuela de Enfermería, frente al busto del Libertador Simón Bolívar, en una mañana de azules nítidos en una Caracas que saluda a Panamá.

“Estamos aquí, dando lo mejor”, reitera con la alegría del deber cumplido la Dra. Maribel Osorio, quien insiste que a la crisis no se le puede permitir tocar la bondad del corazón: “Quien busca salud necesita una mano de afecto de un profesional competente, quien además de ese fundamento profesional y técnico, vaya acompañado de un profundo sentido ético”.

Violeta Villar Liste
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