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Foto: Cortesía Aaron Sosa www.aaronsosaphotography.com

Serendipia es un término, popularizado en Fisiología por Cannon(1), que es poco utilizado pero que se presta para comenzar a hablar de alguien a quien queremos recordar.

Y es que en sus dos acepciones el término lo define. Tanto en su significado de serenidad, como en el de la facultad de descubrir accidentalmente algo que no se estaba buscando, al Dr.  Homero Augusto Campos Iturrizaga ambos le corresponden.

Así lo mencionó el Dr. Guillermo Whittembury en su discurso ofrecido con ocasión del bautizo del auditorio de la Escuela de Medicina José María Vargas de la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Venezuela,  al cual se le estaba designando con su epónimo ese día del año 2005 (2).

Fue un acto impulsado, sobre todo, por la iniciativa de propuesta del Dr. Manuel Velasco, en conjunto con los demás miembros de la Cátedra de Farmacología.

Esa Cátedra que el Dr. Campos ayudó a consolidar desde su incorporación en 1969, atendiendo la invitación que le hiciera nuestro también querido y siempre recordado Dr. Edmundo Vallecalle(3), para contribuir con el desarrollo de un Departamento de Ciencias Fisiológicas cuyos miembros asumirían la investigación y la docencia a dedicación exclusiva como su objetivo de vida.

       Corría el año 1948 cuando, apenas iniciando sus estudios de Medicina, el Dr. Gutiérrez lo incorpora como ayudante al Instituto de Farmacología en Lima, y ya, con este casual hallazgo, dio pie a su maestro para seguir una interesante línea de trabajo que se vio frustrada por un fatídico accidente que sufre el Dr. Gutiérrez en 1950.

No es el objeto de esta nota realizar una reseña biográfica o semblanza  del Dr. Campos, ya que muchas son las reseñas que al respecto se han hecho de él (4).

Quizás sí lo sea el satisfacer las propuestas que me han hecho sus discípulos y algunos de mis compañeros que tuvimos la dicha de tenerlo primero como nuestro profesor en nuestro pregrado, y luego como tutor de nuestras tesis de postgrado, en el sentido de hacer un recuento, lo más sucinto posible, de lo que fue su principal y postrera línea de investigación en la cual, en parte, tuvimos la dicha y el honor de acompañarle: el reflejo periférico que modula inhibitoriamente la actividad simpática periférica y la presión arterial.

Tras su estancia de cinco años entre las universidades de Wisconsin y Minnesota, en los Estados Unidos, con la cual complementó y nutrió su formación como investigador iniciada en 1948 en la Universidad de San Marcos de Lima, obtiene la experiencia, conocimiento y madurez suficientes que le permiten dar el salto de la Farmacología Clásica a la Farmacología de los neurotransmisores.

Desde su inicio en la Cátedra de Farmacología de la Escuela Vargas, organiza el laboratorio y sistematiza su línea de investigación centrada en el papel que la histamina podría cumplir como neurotransmisor, al actuar en receptores de tipo H3, conocidos y descritos sobre todo a nivel del sistema nervioso central pero poco señalados en cuanto a su posible papel en el control del sistema nervioso autónomo periférico.

Sus clases en el pregrado eran unas verdaderas vivencias acerca del sistema nervioso autónomo, y su respuesta ante nuestra pregunta de por qué no se había quedado en los Estados Unidos fue para nosotros de significativa reflexión aún vigente:

“… Como investigador es para mí muy importante seguir el dictamen de mi propia motivación y me es difícil supeditar mi actividad a una rutina prestablecida, y esta concepción necesita alejarse de la presión que siente hoy en día el investigador adscrito a las instituciones académicas de estos países desarrollados de publicar un número determinado de trabajos en lapsos determinados, así sea en detrimento de esa motivación.”

  Luego de 14 años de intenso y sistemático trabajo, presenta su ponencia titulada Histamine and the sympathetic system of the rat vas deferens en el Primer Congreso Interamericano de Farmacología y Terapéutica(5), dando así inicio a la serie de publicaciones que recogerían su línea de investigación cuyos pasos a continuación enumero.

  1. Descubre que la simpatectomía crónica unilateral del conducto deferente de la rata produce una caída bilateral de los niveles de histamina, sugiriendo la presencia de una decusación de las vías nerviosas que contienen histamina(6).
  2. Junto con Briceño, mediante secciones quirúrgicas de diferentes niveles de la inervación simpática, y mediciones de histamina en ese órgano, demuestra y define la distribución de las vías simpáticas en ese mismo modelo(7).
  3. Magalgi, Israel y él demuestran que la actividad de la L histidina descarboxilasa cae paralelamente al contenido de histamina en dicho modelo, cuando se hacen las mismas secciones quirúrgicas(8), luego de haber planteado junto con Domínguez y Sosa que la alfa-fluorometilhistidina, como inhibidor de la histidina descarboxilasa, inducía hipertensión arterial (9).
  4. Demuestra, usando la L histidina descarboxilasa como marcador de la actividad, la existencia de una neurona que contiene histamina en la periferia, mediante la estimulación de la vía simpática del conducto deferente de la rata, al tiempo que plantea ya junto con Magaldi, Israel, Acuña y Montenegro, un nuevo modelo experimental de hipertensión arterial(10-13) .
  5. Demuestra que la estimulación de una neurona que contiene histamina es dependiente de la integridad funcional de la neurona noradrenérgica (14).

Concluye en proponer la existencia de una modulación inhibitoria contralateral recíproca del sistema nervioso simpático periférico, en el cual puede estar representado un mecanismo regulatorio hasta ahora no tomado en cuenta y que podría contribuir a dilucidar lo que seguimos llamando hipertensión arterial “esencial”.

Es así como nos entusiasma en acompañarlo en las dos siguientes etapas de su investigación: la comprobación clínica de sus hallazgos experimentales, y la demostración del asiento histológico-estructural de ese reflejo.

Comenzamos a verlo introducido de lleno con nosotros en los hospitales y junto con Romero, Montenegro, Velasco, Alvarez, Urbina, Alvarado, Navas y quizás algunos otros nombres de nuestros compañeros investigadores clínicos y colaboradores que pido me disculpen si no los llego a nombrar, comenzamos a estructurar un laboratorio donde haríamos las pruebas de “tilt-test”, “Treadmill”, uso de edrofonio, “hand grip”, que no tardaron en dar sus primeros frutos de comprobación clínica de su investigación experimental (15,16).

Fue por lo demás emocionante y gratificante la experiencia con nuestra investigación en pacientes críticos afectos de patologías que inducían estados de hiperactividad autonómica («Histamine regulates norepinephrine release in the peripheral nervous system in Humans. Clinical verification in two pathologies that present autonomic hyperactivity: tetanus and Guillain Barre syndrome», submitted for consideration for publication) y nuestros primeros hallazgos de correlación de los niveles de histamina y Norepinefrina en sangre en aquellos pacientes que tenían criterios de hipertensión arterial esencial.

No había tregua. Llegar al laboratorio era encontrarse con aquel ser permanentemente pensante, afecto de serendipia aguda que parecía sobre estimularse por aquellos hechos de correlación clínica.

Ya su poder deductivo y permanente espíritu crítico, estimulado por la interminable investigación bibliográfica y las sesiones de discusión en los diferentes congresos, le había llevado a la necesidad de demostrar la existencia de una vía peptidérgica como parte integrante del reflejo modulador (17).

Y sin que Flor (mi esposa y compañera de promoción, y por lo tanto también su pupila) se hubiese bajado aún del avión luego de regresar de concluir su doctorado en neurociencias, recibe su sugerencia: “Demostrar estructuralmente la vía peptidérgica planteada, en principio mediada por sustancia P”.

Pero estamos en la nave de la vida, con sus múltiples avatares. Dedicarse a la investigación científica ya para ese entonces lucía cuesta arriba, y desde el momento en que nos vimos obligados a cambiar de rumbo, la situación en nuestro país ha sido cada vez más adversa. Ya en nuestra ausencia nos llega la noticia: se despidió el tocayo (así me decía).

Solo me permito recordarlo con alegría, y conservo una caricatura que una vez trajo de Brasil y que, riéndose, colocó en la puerta del laboratorio:

“Teoria é quando tudo é conhecido e nada funciona.

A prática é quando tudo funciona e você não sabe o porquê.

Neste laboratório, combinamos teoria e prática: nada funciona … e não se sabe por que «

Referencias:

  • 1. Merton R.K., Barber E. The Travels and Adventures of Serendipity. A study in Sociological Semantics and the Sociology of Science. Princeton University Press. 2004. p 137.
  • 2. Whittembury G. Editorial. Arch Venez Farmacol Terap. 2005; 23:2.
  • 3. Alvarez A. Edmundo Vallecalle Suegard, el Maestro. VITAE Academia Biomédica Digital. Num.23 Abril-Junio 2005. htpp://caibco.ucv.ve
  • 4. Fuenmayor Toro L. De luto la ciencia venezolana. Diario La Razón. 4-3-2012. P A2. Caracas.
  • 5. Campos H.A. Histamine and the sympathetic system of the rat vas deferens. In Velasco M. (Ed). Proceedings of the first Interamerican Congress of Clinical Pharmacology Therapy. Amsterdam: Excerpta Medica. International Congress Series. 1983; pp 119-120.
  • 6. Campos H.A. A possible crossed histamine containing pathway adjacent to the sympathetic system of the rat vas deferens. J Pharmacol Exp Ther. 1988; 244: 1121-1127.
  • 7. Campos H.A., Briceño E. Two models of peripheral sympathetic autoregulation: Role of neuronal histamine. J Pharmacol Exp Ther. 1992; 261: 943 – 950.
  • 8. Magaldi L., Israel A., Campos H.A. Chronic inhibition of the enzyme histidine decarboxylase with alpha-fluoromethylhistidine: a new model of arterial hypertension. Arch Venez Farmacol Terap. 1993; 12: 98-101. (In Spanish language).
  • 9. Domínguez J., Sosa A., Campos H.A. Hypertension in the rat induced by ᾳ-fluoromethylhistidine. Abstract of the 9th Scientific Meeting of International Society of Hypertensión. Rio do Janeiro.  Hypertensión. 1991; 17: 428.
  • 10. Campos H.A., Acuña Y., Magaldi L., Israel A. Alpha-fluoromethylhistidine, an inhibitor of histamine byosinthesis, causes arterial hypertension. Naunyn-Schmiedeberg’s Arch Pharmacol. 1996; 354: 627-632.
  • 11. Campos H.A., Montenegro M. Footshock-induced rise of rat blood histamine depends upon the activation of postganglionic sympathetic neurons. Eur J Pharmacol. 1998; 347: 159-164.
  • 13. Acuña Y., Mathison Y., Campos H.A., Israel A. Thioperamide, a histamine H3 receptor blocker, facilitates vasopressor response to footshocks. Inflamation Res. 1998; 47: 109-114.
  • 14. Campos H.A., Domínguez J. Interaction between noradrenergic and histamine-containing neurons in the rat vas defferens. J Pharmacol Exp Ther. 1995; 272: 732-738.
  • 15. Campos H.A., Montenegro M., Velasco M., Romero E., Álvarez R., Urbina A. Treadmill exercise-induced stress causes a rise of blood histamine in normotensive but not in primary hypertensive humans. European Journal of Pharmacology. 1999. 383 (1): 69- 73.
  • 16. Alvarado S.L., Campos H.A., Navas T. Study of a peripheral reflex that compensates for sympathetic activity in diabetic patients with and without autonomic neuropathy through the use of a dynamometer. Internal Med (Caracas). 2008; 24: 42-57. (In the Spanish language).
  • 17. Campos H.A., Losada M., Bravo C. Role of neuronal histamine and capsaicin-sensitive neurons in modulating peripheral sympathetic activity and arterial pressure. In: Velasco M., Hernández R. New advances in cardiovascular Physiology and Pharmacology. Amsterdam. 1998. Excerpta Medica. International Congress Series 1184; pp 217-221

Sección Opinión

Del autor

Dr. Augusto Manzo Atencio

El doctor Augusto S. Manzo Atencio es médico, neumonólogo-intensivista, Mg Sc Farmacólogo.