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Hisvet Fernández

En toda consulta psicológica las personas solicitantes buscan conseguir una solución a los problemas que le aquejan, en lo individual y en lo relacional. La pareja incluye relaciones de noviazgo, matrimonio, uniones de hecho, que se dan en familias, vecindarios, espacios laborales, amistades, grupos diversos, equipos deportivos y otros. 

La consulta en pareja erótico-afectiva (PEA) no suele ser tan frecuente como las consultas individuales, pero muchas veces en las solicitudes de consultas de personas adultas, tanto en hombres como en mujeres, la relación de pareja y su buen desarrollo está en la base de la motivación para buscar apoyos psicológicos.  

El amor es una materia que preocupa y ocupa mucho a las personas dada la importancia que tiene esta relación para la vida humana. 

La consulta de pareja tiene su complejidad ya que se trata de las individualidades implicadas en la pareja y de la pareja en sí misma como ente relacional con vida propia. Vida que es mucho más que la suma de las personalidades o individualidades que la componen.  

Nos estamos refiriendo a la PEA para denominar la dinámica relacional que construyen dos personas entre las cuales existe un vínculo que trasciende la amistad y se desarrolla con sentimientos eróticos-afectivos.  

Las parejas también tienen diferentes estatus legal-civil lo cual es un ingrediente que muchas veces marca la relación y la constriñe de determinada manera, con sus límites preestablecidos socialmente y que la pareja asume para sí.  

La pareja debe comprender y abordar las tres dimensiones de una relación de este tipo y pensar sobre las creencias y valores sobre el amor que ambas personas manejan y sobre las cuales actúan.   

Estas dimensiones son la Identidad, el Vínculo y el Deseo construidos en nuestra sociedad sobre la base del Amor Romántico y una Cultura Heteronormativa, que constituye las creencias y valores fundamentales que aún persisten como la manera “correcta” de sentir, pensar y actuar en relaciones amorosas o PEA.  

La consulta de pareja llevada de la mano del profesional de la psicología debe ser una guía para la interpretación y revisión de la práctica relacional expresada en unos sentimientos, pensamientos y acciones y hábitos que llevarán a la PEA a percibir y experimentar sus problemas de forma y manera distinta a nivel emocional, pudiendo cambiar su manera de relacionarse mientras van cambiando los comportamientos que no resolvían sus problemas, sino que además pueden ser la razón de la existencia de esa problemática que afecta y frena el desarrollo de la relación.  

La terapia de pareja permite ver el problema existente desde otra perspectiva, lo que debe ser la motivación a cumplir con las indicaciones acordadas y adaptadas a la particularidad de cada pareja, lo que a su vez les llevará a tener una experiencia emocional distinta, correctora de las acciones y hábitos que mantenían y desarrollaban el conflicto.

Es necesario ir combinando sesiones en pareja con sesiones individuales, preservar las identidades de cada quien, fortalecer el vínculo entre ambas personas y mantener el deseo y atracción que ha habido.  

La meta en la terapia de pareja debe tener importancia para ambas personas y no ser importante sólo para una de ellas. Esta meta debe ser compartida, de allí que construir esa Meta Común también puede ser trabajo de la misma consulta.  

Hisvet Fernández

Psicóloga social, feminista, activista de los DDHH de las Mujeres y los Derechos Sexuales y Reproductivos, directora del Centro de Capacitación para la Vida (Cecavid). Integrante de la Alianza Salud Para Todas. Coordinadora del Observatorio Venezolano de los Derechos Humanos de las Mujeres, núcleo Lara. 

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