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Por: María Mercedes Armas (Psicóloga)

La licenciada María Mercedes Armas Barrios es psicóloga egresada de la Universidad Central de Venezuela. Es integrante del Observatorio Venezolano de los DDHH de las Mujeres y del Centro de Investigación Social Formación y Estudios de la Mujer.
@psico.mm.armas
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Tener dificultades en la relación de pareja podría considerarse como un problema “de dos”; sin embargo es necesario considerar las implicaciones que tiene para todo el contexto familiar y social. Las parejas conflictivas o que manejan inadecuadamente sus dificultades, impactan muy negativamente a nivel familiar y, de tenerlos, imprimen en sus hijos un modelo muy pobre y poco deseable de convivencia y resolución de conflictos que, lamentablemente, va pasando de generación en generación; lo cual se evidencia en la atención psicológica de adultos que, a su vez,  acuden por problemas de pareja que no saben cómo afrontar.

La salud mental del grupo familiar también se ve afectada. Los padres y madres se preocupan, no solo por sus hijos(as), sino también por los nietos(as), ya que las crisis de la pareja generan un alto monto de sufrimiento para ellos e impactan sus vidas directamente. De allí que sea fundamental que las parejas asuman de manera consciente su relación y adquieran herramientas como las que estamos planteando en esta serie de publicaciones.

Uno de los factores que más se afecta cuando hay crisis en la pareja es la comunicación y una comunicación deficiente también es una de las causas de las crisis.

 Algunas alertas sobre una mala comunicación:

  • Te cuesta contar tus cosas, no te sientes escuchado(a).
  • Te sientes indiferente hacia lo que tu pareja desea contarte, no te interesa, te fastidia o no quieres dedicarle tiempo a eso.
  • Hay desencuentros, malentendidos o incomprensión con frecuencia en su comunicación.
  • Tomas decisiones importantes sin comentarle nada a tu pareja. Le ocultas decisiones importantes.
  • Siempre eres tú quien toma la iniciativa para comunicarse, llamar o enviar mensajes.
  • Te molesta que tu pareja si se comunique con otras personas más que contigo.
  • Las discusiones son frecuentes y terminan en distanciamiento, no llegan a acuerdos sobre las soluciones.
  • Pasan tiempo sin hablarse, aplican «la ley del hielo», castigas a tu pareja dejando de hablarle.
  • Hay muy poca expresión afectiva física: abrazos, besos, mirarse, tocarse mientras se comunican.
  • Se sienten lejanos, distanciados.
  • No hay intimidad sexual o no la disfrutan.

La única manera de mejorar la relación es partiendo de la comunicación. Si te identificas con lo planteado, necesitas trabajar este aspecto tan importante.

Otro de los factores generadores o producto de crisis en la pareja es la desconfianza.

La confianza es un pilar fundamental de la vida de la pareja. La desconfianza debilita el apoyo, la comunicación y el compromiso.

Uno de los problemas más típicos de la falta de confianza en la pareja son los celos y las infidelidades; pero puede que no se limite solo al aspecto sexual, también puede surgir en el ámbito económico por la toma de decisiones unilaterales y desinformadas a la pareja.

Tanto el tema sexual como el económico son vitales para una buena relación de pareja, son pilares que hay que fortalecer de manera continua y para ello se requiere desarrollar una buena comunicación. En una pareja donde, se supone, que hay un proyecto de vida en común, la lealtad y fidelidad son elementos indispensables.

Hay dos errores frecuentes en todas las relaciones, en especial hay que tener mucho cuidado con esto en la relación de pareja: suponer y dar por sentado.

Es increíble la cantidad de parejas que se unen e intentan llevar una vida armónica basada en los supuestos que cada uno debe cumplir. Esta actitud terminará chocando con la realidad y cotidianidad de la convivencia, generando una crisis que podría haberse prevenido mediante la comunicación.

El dar por sentado también es una posición cómoda e irreal que, tarde o temprano, cobrará sus resultados. Por ejemplo: dar por sentado el amor, la tolerancia o la comprensión que tiene la pareja, cuando se cometen acciones que “se supone” serán perdonadas o pasadas por alto. Estas son relaciones basadas en el mito de que “el amor todo lo puede”. El amor es necesario pero no es suficiente cuando no hay respeto, sinceridad, compromiso y cuidado de la relación por parte de ambos.

El descuido, la falta de consideración y de apoyo hacia la pareja, van deteriorando la relación y a veces de manera irreversible. De allí que sea tan importante cuidar la relación, cuidar a la pareja, comunicarse y mantenerse al tanto de como están, de cómo se sienten individualmente y entre sí, hablar de las situaciones por resolver y aprender a escucharse y a conocerse a medida que la relación avanza. Quizás hoy es un buen día para sentarte a hablar con tu pareja y ponerte al día con estas cosas. 

Por: María Mercedes Armas (Psicóloga)