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Violeta Villar Liste

Solo la ecuación perfecta del amor hace posible resolver la incógnita de cómo triunfar y alcanzar los sueños cuando se comparte el rol de mamá  con los títulos de científica, investigadora, ingeniera o médica.

Hoy, cinco madres poderosas, a propósito del Día de la Madre en Panamá, han expresado emotivos testimonios. 

Sus palabras están llamadas a inspirar porque ellas, talentosas, triunfadoras y luchadoras, tienen una historia personal que se construyó con claros y también los oscuros que las hicieron más fuertes.

Usted las puede leer, ver y escuchar:


Dra. Oris Sanjur

Subdirectora del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI). También la primera  mujer y la primera panameña en ocupar la dirección interina del STRI. Recibió la Medalla de Oro del Secretario por Servicio Excepcional, el más alto honor otorgado al personal del Smithsonian de parte del Secretario.

Dra. Ivonne Torres

Presidenta de Ciencia en Panamá, directora del Departamento de Farmacología de la  Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá (UP). Investigadora asociada del Instituto de Investigaciones Científicas y Servicios de Alta Tecnología de Panamá (Indicasat).

Dra. Zoila Guerra

Research leader del Centro de Investigación e Innovación en Logística y Cadena de Abastecimiento (CIILCA) de la Facultad de Ingeniería Industrial de la Universidad Tecnológica de Panamá (UTP), experta en temas de logística, innovación y desarrollo de patentes.

Dra. Dafni Mora

Investigadora y docente de la  Facultad de Ingeniería Mecánica de la Universidad Tecnológica de Panamá (UTP), es Premio Nacional L’Oréal – Unesco “Por las Mujeres en la Ciencia” 2021, con el apoyo de la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt).

Dra. Dayara Martínez

Dra. Dayara Martínez, doctora en Medicina y Cirugía, con formación en administración de servicios de salud, con amplia trayectoria en el Ministerio de Salud (Minsa) en cargos gerenciales y presidenta de la Asociación de Mujeres Médicas de Panamá.

Los estereotipos de una sociedad

-¿Por qué el dilema de ser mamá científica, médica o investigadora no se plantea con el padre científico, médico o investigador?

La Dra. Oris Sanjur reflexiona que “en la vida social y académica siempre representa un tema porque si estás haciendo una licenciatura, maestría o doctorado, durante la carrera, el periodo de gestación representa tiempo y a veces para muchas mujeres es un reto porque se les vislumbra como no eficiente, no lo suficientemente responsable o como que no pueden dar la talla”.

En general,  “hay  estereotipos y papeles que se nos asignan sin considerar que si bien todas adoramos nuestro papel de madres y ser mujeres, también tenemos derecho a desempeñarnos con eficiencia y con excelencia profesional y académica”.

La Dra. Ivonne Torres, señala que la sociedad en general ve a la mujer en periodo de gestación en un rol débil, de cuidado o que no podrá funcionar igual por ser madre y profesional. “Empecé mi maestría con mi primer embarazo y terminé con mi segundo bebé haciendo la tesis”.

Una semana después de dar a luz, acudió a presentar su examen de bioquímica, ante la inevitable pregunta de la gente: ¿Qué haces aquí? 

“En algún momento llegué a sentir  que era una mala madre porque estaba amamantando y tenía que ir a la universidad. Esas cosas no las padecía el padre de mi hija que también estaba haciendo una maestría en ese momento.

“No creo que por mucho adelanto que exista en países del primer mundo esto sea diferente. He podido compartir con muchas mujeres de otras partes y es la misma realidad: Cuando se menciona que eres madre o que estás en periodo de gestación, se notan claras diferencias en el trato”.

La Dra. Zoila Guerra, luego de revisar las distintas investigaciones que derivan de esta interrogante, concluye “que este es un problema complejo y tiene múltiples factores”.

“Es interesante buscar las razones de las diferencias. Hay un dato:  en la UTP, el 68% de los docentes son hombres y solo 32% son mujeres”.

Analiza que los factores socioculturales son determinantes y de allí la necesidad de sensibilizar a la población: las mujeres pueden estudiar carreras científicas, de ingeniería, tecnología y medicina y ser mamás. 

Tiene un ejemplo en casa: todos sus hijos son varones, son amorosos con sus esposas y procuran que ellas también se superen. Son ejemplos de cambios en la sociedad.

La Dra. Dafni Mora coincide que son “estereotipos que nos hemos fijado en cuanto a lo que deben hacer las mujeres” en el ámbito del crecimiento personal y profesional. 

Cuenta que decidió retomar sus estudios de posgrado cuando su hijo tenía unos seis años y luego, al estudiar su doctorado en Italia, fue cuestionada porque su hijo debía permanecer en Panamá, aun cuando ella regresaba con frecuencia a verlo y estaba a cargo de su familia y de su dre.

“La verdad ya lo he estado superando, pero tenía sentimiento de culpa”. 

Sus colegas le preguntaban cómo se había podía ir. Sin embargo su hijo, quien ya tiene 16 años, “está muy orgulloso de todo lo que hemos logrado juntos. Es un joven muy responsable, atento y cariñoso”.

Considera que cada mujer vive diferentes realidades y puede superarse de manera profesional sin desligarse de su vida como mamá o familiar.

La Dra. Dayara Martínez reflexiona que hay una diferencia biológica y cultural, sin embargo cada rol es importante: El del papá hace un eco y un impacto al igual que el de la madre y ambos permiten que  una sociedad se consolide y pueda servir. 

Considera que la clave es construir valores de respeto en medio de las diferencias. En el caso del hombre, es preciso involucrarlo y las políticas públicas deben ir en esa dirección.

Observa con entusiasmo que cada vez los papás se involucran más, incluso al querer estar presentes en el momento del parto.

Reconoce que tanto la carrera científica como velar por la familia necesitan tiempo y darles, más que cantidad, calidad, en la visión de crear hijos que sean ejemplo para la sociedad.

Los retos de conciliar el ser mamá y ser profesional

-¿Cuáles fueron los retos personales, familiares, académicos y profesionales que significó asumir el papel de mamá?

-Dra. Oris Sanjur: “En días pasados tuve una presentación. Mostraba la caricatura de una mujer: mitad profesional, mitad ama de casa, con múltiples brazos. Ese es el reto: Uno se siente como un pulpo, tratando de equilibrar la parte personal con la profesional.

Todas queremos ser excelentes y competir porque estamos donde estamos porque nos ponemos metas altas. Pero en esa competencia que es personal, interna, también quiero ser la mejor mamá”.  

Reconoce que este dilema crea un desequilibrio. Muchas mujeres no consiguen un entorno propicio o el apoyo y deciden no tener hijos.

“Todas de alguna manera mencionamos la culpa. Ninguna se fue del país diciendo: Voy a hacer una carrera. Se fueron con lágrimas en los ojos diciendo: Estoy haciendo lo correcto por mis hijos y por mí, confiando en que la decisión que se toma es la mejor para nosotras, la familia y los hijos. 

Tengo una hija maravillosa. Muchas veces, cuando mi chiquita se dormía, me quedaba dormida con ella y me levantaba horas antes porque debía escribir, trabajar… y esos son sacrificios y retos personales que se confrontan”.

En este proceso del balance, hay una persona muy importante que cita: nosotras mismas.

“Nos olvidamos de esa persona todo el tiempo. Siempre tenemos tiempo para los hijos, esposos, familia, el trabajo o los amigos y pocas veces para encontrar espacios de lectura, escuchar música, caminar… ese es el sacrificio más grande: sacrificamos mucho de nosotras mismas por lo que creemos”.

La Dra. Ivonne Torres precisa que sí,  “la ciencia es celosa y demandante. Es un matrimonio de toda la vida si amas lo que haces”.

Uno de sus grandes retos fue la maternidad. Incluso a su pareja de esa época le decían: Sabes que ella tendrá que salir a estudiar porque es parte de la formación. 

Cuando obtiene su beca doctoral, ya con sus dos hijos, debió tomar la decisión más fuerte de su vida: “Irme y dejar en Panamá a la más grande y llevarme al más pequeño. Cada día que me levantaba decía: Que este esfuerzo valga la pena; era mi pensamiento y al final son tus hijos el motor y la inspiración de tu trabajo”.

Explica que al volver de sus estudios debía sentar las bases de la profesión: “Tratar de aportar en tu área profesional sin desligarte de tu responsabilidad como madre era un equilibrio que no sé si todas las veces he podido cumplir”.

A las mujeres jóvenes les dice que hay una realidad: la sociedad presiona con temas como el reloj biológico. Sin embargo, les recuerda que “hoy día eso no es determinante para tener los hijos que quieres tener si los quieres tener”.

La Dra. Zoila Guerra quería tener sus hijos temprano y así lo hizo: sus cuatro varones. En su caso aplazó los estudios de especialidad “y digo que lo mejor de mi vida se lo di a ellos. Fue un reto tomar la decisión de quedarme por un tiempo con mis hijos mientras mis compañeras avanzaban con maestrías y yo me quedaba atrás”.

Se preguntaba: ¿Llegué hasta aquí y me voy a quedar aquí? 

“Sin embargo, Dios me dio la oportunidad, a los 45 años, de ganarme una beca  Fulbright y me fui a estudiar el doctorado”.

Cuenta que luego de haber dejado de estudiar Ingeniería Industrial “todo había cambiado y fue parte de los retos académicos. Lo bueno es que las bases de educación que nos dieron en Ingeniería fueron muy buenas”.

Comenta que le tocó vivir en un mundo de hombres. Aparte de su esposo y sus cuatro hijos, cuando inició la carrera eran 35 hombres y tres mujeres y al cursar su doctorado en Estados Unidos, 40 hombres y dos mujeres. Igual le ocurre en su área de investigación: la logística.  

“Que pueda dar mi opinión, y ser escuchada, ha sido mi gran reto”, precisa.

La Dra. Dafni Mora reflexiona que se desconoce cuánto de esfuerzo hay detrás de los logros.

“Tal vez pueden pensar que todo es color de rosa o que somos unas supermujeres, pero no es la realidad”.

A mi regreso del doctorado, al querer posicionarme en la universidad, en donde se requiere excelencia, iniciar una línea de investigación y buscar fondos, nuevamente retomo mi rol de madre activa, sin embargo, requiere mucho sacrificio”. 

A gusto en la universidad y con la necesidad de compartir con su hijo, su reto es lograr ese equilibrio anhelado.

Las largas horas de trabajo llevan a la inevitable pregunta de su hijo: ¿Por qué trabajas tanto? “pero él me ve siempre animada, de buen humor…”

En este proceso de buscar el equilibrio reconoce que debe aprender a decir no, “porque no puedo cumplir con todos y no cumplir conmigo misma.

El dedicarme tiempo para mi salud, tanto física como mental, lo he establecido como una prioridad”.

La Dra. Dayara Martínez hizo su carrera de Medicina con su primer hijo y terminó con el segundo hijo. 

“Siempre decía: quiero tener a mis hijos y tenerlos joven. Veía que la carrera no era un impedimento”.

Sin embargo, no pocas veces sintió la presión de la exigencia de la carrera, a la que veía como “su tercer hijo”.

Se decía: Estoy educando a mis hijos y la educación empieza allí, por un sueño que se puede realizar. Solamente hay que saber dar un paso a la vez.

Ya sus hijos están en la universidad y todavía recuerda cuando en las clases debía vencer el sueño. Sus compañeros la apoyaron y el día de la graduación recibió sonoro aplauso.

“Quizás nos tocará hacer más debates para que este sueño de haberlo logrado permita a otras mujeres que están atribuladas cumplirlo. Es un sacrificio que cuando se hace con amor sale adelante. Decía mi abuelita que en paz descanse: Dele hija, que usted puede”.

Los apoyos solidarios

-¿Qué hizo la diferencia en su vida para lograr ser una mujer exitosa en su carrera sin descuidar el rol de mamá?

La Dra. Oris Sanjur cuenta que se casó joven pero esperó once años para tener a su niña: al culminar su doctorado. 

“La pregunta es siempre, primero, cuándo te casas y luego cuándo tienes a tu bebé. Decía: si el bebé viene bien y de lo contrario la vida continúa. No me lo esperaba y fue excelente que ocurriera de esa manera. En ese momento mi primer reto fue establecer el balance. 

Mi familia fue clave, en particular mis padres. Como anécdota personal, cuando mi bebé nació estaba haciendo un posdoctorado y tratando de hacer un salto de carrera en la siguiente etapa de mi vida profesional.

Quien cuidaba a mi bebé era mi papá. Mamá trabajaba y mi papá se acaba de jubilar. Así que él vino todos los días por un periodo de dos años y se encargaba, con la ayuda de la persona que atendía el hogar”.

Esta vivencia le permitió, tanto a ella como a su hija, generar un vínculo muy intenso padre-abuelo, porque “me demostró un modelo que por lo general en la sociedad no se ve. Mi hija creció con un fuerte apoyo de ese rol masculino y a mí me ayudó a lograr el éxito del entorno familiar y el profesional”.

Reconoce en este camino la figura de muy buenos mentores y mentoras, quienes la apoyaron en su embarazo. “Ese círculo de apoyo profesional y familiar fue importante”.

A quienes están criando un hijo solas, les recomienda tener un amigo o una amiga en quien confiar en caso de no poder salir a tiempo de una reunión o si la pareja no está junta, que el padre apoye como en su caso que ha sido un respaldo para conciliar horarios.

La Dra. Ivonne Torres precisa que “todas hemos tenido detrás de la escena una comunidad familiar: hermanas,  madre… que nos han apoyado. No somos super mujeres, somos seres humanos con fortalezas y debilidades pero sí es muy cierto que algunas veces, dependiendo de cómo seamos, no queremos pedir ayuda pero hay momentos en que gritamos: ¡Ayúdenme!, porque no somos invencibles ni infalibles.

La clave del éxito es saber cuáles son tus limitaciones y buscar ayuda y consejo. 

No tienes todas las respuestas y contar en tu vida con personas que puedan ser consejeros hace la diferencia”.

La Dra. Zoila Guerra reconoce el apoyo de su esposo y de su familia, en particular de su mamá porque su padre murió hace muchos años.

“Cuando debía viajar, mi mamá estaba aquí y con mi esposo se encargaba de los niños. Él siempre me ha impulsado junto con mi mamá y mis hijos a seguir adelante y no quedarme en donde estoy. No me han puesto límites”.

La Dra. Dafni Mora reconoce también el apoyo de su familia cuando fue a cursar sus estudios de doctorado e incluso en el momento de retomar sus estudios de posgrado, luego de dedicar varios años al ejercicio privado.

En estos pasos hacia la vida académica, contó con el respaldo de su exesposo, de su mamá y su papá, también de su hermana, quienes han estado muy presentes en la crianza de su hijo.

Para la Dra.Dayara Martínez, ha sido su madre un pilar valioso: “Me ha enseñado la parte más valiosa que es la espiritual”.

Explica que cuando estaba con “ese librito que no nos enseñan en la escuela” y es la tarea de ser mamá, su madre le decía: “No eres perfecta, mira a Dios. Mi mamá me enseñó que no estamos solos; que hay una parte espiritual que nos guía y hay un propósito. Estamos en esta tierra y ese legado son nuestros proyectos; nuestros hijos, quienes también aportarán a la sociedad.

Mi papá ha sido un pilar importante en la vida y cuando lo necesité su palabra tuvo mucho peso en mí para decisiones importantes».

El papel de la mentoría

-¿Cómo podemos acompañar a las jóvenes que desean cursar carreras de ciencia o tecnología y temen no poder conciliar ambos mundos?

La Dra. Oris Sanjur precisó que es un tema, tanto de niños como de niñas: debemos educar en equidad para que a través de nuestra historia de vida ellos se puedan ver reflejados. 

Todas nosotras hoy hemos abierto nuestro corazón y parte de nuestra vida y la estamos compartiendo para dejarles saber a quienes nos escuchan que somos humanas: lloramos, nos pasan cosas que a veces no son tan buenas, nos han tocado momentos difíciles y no somos super mujeres.

Todas tenemos virtudes y defectos y nos caracteriza que hemos creído en nosotras mismas, a pesar de las dificultades, y en momentos en los cuales nadie más creía.

Reconozco que creer en uno mismo cuando tienes el mundo contra ti es difícil”.

Quiso dejar un mensaje aleccionador: “Siempre hay una luz al final del camino; es importante encontrar esa fortaleza en uno mismo. Hay que sentir pasión por lo que se hace y nunca dejar de luchar ni de soñar.

Eso me lo decía mi madre quien es una gran mentora: Hay que tratar de tener metas altas y volar porque aun cuando no llegues lo importante es que abriste las alas y aprendiste a volar”.

La Dra. Ivonne Torres reconoce que se puede impactar en muchos jóvenes desde la docencia, y más con un promedio de 400 alumnos por año que le toca formar. 

Tanto a las chicas como a los chicos, y a sus  hijos, siempre les dice: todos son iguales.

Valora de este diálogo sostenido a propósito de la fecha del Día de la Madre, que se pueda ver a mujeres empoderadas y que cada vez se impulsen más políticas públicas, orientadas a modelos de igualdad.

Resalta la importancia de la licencia de paternidad que permite al hombre acompañar en esa responsabilidad compartida cuando es un embarazo o un bebé esperado, “porque hay otras situaciones que nuestro país tiene y es una alta tasa de embarazos adolescentes”.

Reflexiona que ese círculo de la pobreza empieza y termina con la niña de allí la importancia de la educación y la formación.

“Un niño o una niña educados serán adultos que se verán en modelos de equidad y respeto”.

La Dra. Zoila Guerra tiene una bendición: es docente así que cada año forma alrededor de 200 estudiantes “y me toca gran cantidad de jovencitas” a quienes apoya en mentoría.

Además anuncia que sus tres nietas serán ingenieras. 

“Mi compromiso es decirles a ellas: Dios te dio talentos, habilidades y dones. Es una responsabilidad administrarlos y que los dones los puedas potenciar para ayudar a dejar un mundo mejor”.

La Dra. Dafni Mora entiende como parte de su labor en la universidad la de ser mentora de las jóvenes y que conozcan las facilidades en la universidad para darles apoyo en caso de situaciones de riesgo.

Además de respaldo en la compra de libros, de comida y transporte, cuenta la institución con departamentos de apoyo psicológico y la clínica universitaria.

“Es parte de nuestra labor en la universidad: trabajar en pro de estas jóvenes y niñas que tienen esos deseos y a lo mejor no cuentan con el mejor entorno familiar o figuras de mentorías. Que puedan ver en nosotras esa posibilidad de salir adelante con trabajo y perseverancia”.

La Dra. Dayara Martínez aprendió del Dr. Cornejo una gran lección: la del envejecimiento exitoso. En geriatría significa que si pierdes vista usas lentes y al dejar de caminar usas bastón. “Es una lección no solo en el ámbito de la geriatría, lo es para la vida: No vamos a vivir sin ningún tipo de tropiezos, así que busquemos nuestro bastón

Necesitamos hacer un alto, ver cuál es mi propósito de vida. Escuchen jóvenes cuál es su propósito, y una vez que lo encuentren, traten de alcanzarlo”.

Este encuentro cerró con un ejercicio muy especial. Cada una de las madres invitadas ofreció a sus hijos el regalo de una frase conmovedora que aquí resumimos y puede escuchar completa en este diálogo fraterno:

Dra. Oris Sanjur: “Para mi hija Patricia, eres mi estrella y mi luz. Me siento muy orgullosa de ti y deseo que tu vida esté llena de los éxitos y lecciones que te harán mejor mujer siempre”.

Dra. Ivonne Torres: “Para Adriana y Javier. Siempre les digo que los días más felices de mi vida fueron cuando nacieron; mi corazón está partido en dos. Son mi mayor inspiración. Gracias por ser su mamá”.

Dra. Zoila Guerra de Castillo: “A mis cuatro hombres, Juan Marcos, Francisco, David y Moisés. Estoy sumamente orgullosa de ustedes, de los hombres,profesionales y esposos que son. Siempre serán mis amores”.

Dra. Dafni Mora: “Para mi hijo Alexis Guillermo. Siempre ha sido mi tesoro. Estoy muy orgullosa del joven en que se ha convertido. Que siempre tenga presente a Dios en su vida. Gracias por ser mi hijo”.

Dra. Dayara Martínez: “Gabriel Alejandro y Gabriel Antonio: cada uno de ustedes representa una luz. Gracias por permitirme ser mamá. No dejen de lado lo más importante: Dios en nuestras vidas”.

Un regalo para las madres en la voz de Priscilla Gómez