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El apoyo emocional también forma parte de las estrategias para aliviar el dolor en el niño

Por: Violeta Villar Liste

“El alivio del dolor es un derecho fundamental e incurre en una falta de ética grave aquel profesional de la salud que impida a un ser humano el acceso a la posibilidad de alivio del mismo”, destacó el Dr. Huníades Urbina-Medina, al citar los principios de bioética que consagra la Organización Mundial de la Salud (OMS).

La dificultad de evaluar el dolor en los pacientes pediátricos no quiere decir que sea menor si se le compara con el dolor en el adulto.

Evaluarlo y atenderlo a tiempo para no incurrir en negligencia terapéutica, es obligación de todo pediatra, reflexiona el Dr. Huníades Urbina-Medina, especialista en Puericultura y Pediatría y en Medicina Crítica en el Hospital de Niños J.M. de los Ríos de Caracas, con especialización en Quemados Críticos en la Universidad Médica de Tokio (Japón) y entrenamiento en Medicina de Urgencias en la Universidad de Tel Aviv (Israel).

“El alivio del dolor es un derecho fundamental e incurre en una falta de ética grave aquel profesional de la salud que impida a un ser humano el acceso a la posibilidad de alivio del mismo”, destacó el Dr. Urbina-Medina, al citar los principios de bioética que consagra la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El especialista, miembro de la Sociedad Venezolana de Puericultura y Pediatría, intervino en el XX Congreso Venezolano de Ciencias Médicas Dr. Antonio Clemente Heimerdinger de la Academia Nacional de Medicina (ANM) de Venezuela del cual fue su presidente: Congreso Venezolano de Ciencias Médicas  Dr. Antonio Clemente Heimerdinger

Ha dedicado una vida al paciente pediátrico así que hablar del dolor en el niño es un tema que lo conmueve por los mitos asociados a las dolencias de los más pequeños.

“Los niños carecen de experiencias previas, por lo cual es difícil que inventen un dolor”, aclara.

“Pueden magnificar o exagerar sus expresiones de dolor, pero no inventarlas”, aclara el especialista, quien aplicó una encuesta exploratoria entre pediatras para conocer el manejo del dolor del paciente pediátrico.

En el caso específico de la pregunta “La mayoría de los niños inventan el dolor”, en una muestra de 150 entrevistados, la mayoría (83%) dijo que no, sin embargo, un preocupante 11% dijo que sí y 6% no respondió.

El dolor lo define la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP, por sus siglas en inglés) como “experiencia sensorial y emocional no placentera que se asociada con daño tisular real o potencial, a un  tejido o descrito en términos de tal daño”.

Ocurre que fue solo hasta el año 2001 cuando la IASP aclaró que el sentir dolor no excluía a las personas con limitaciones mentales, adultos mayores, sordomudos y niños.

La OMS subraya que “el alivio del dolor es un derecho fundamental”.

Dificultad de su evaluación

El especialista analiza que el infratratamiento del dolor en el paciente pediátrico está asociado a varias realidades:

  1. Dificultad de evaluar el dolor en los pacientes pediátricos
  2. Creencia de que el tratamiento del dolor puede enmascarar síntomas. Es decir, no se alivia el dolor para tener certeza de la enfermedad que sufre el niño.
  3. Falta de manejo de ciertos analgésicos
  4. Miedo a efectos adversos
  5. Falta de tiempo para realizar el proceso
  6. No reconocerlo como signo vital

Pequeños que sí sienten el dolor

Otro mito que retarda la atención del dolor en el paciente pediátrico, lo resume el Dr. Urbina en la frase: “Los niños pequeños no sienten bien el dolor”.

Sin embargo, la realidad, aclara es que un feto a las 26 semanas de gestación ya posee la capacidad neuroquímica y anatómica de experimentar dolor.

Incluso, procesos post obstétricos dolorosos en el niño “provocan cambios en la presión arterial y en la frecuencia cardiorrespiratoria y liberación de adrenalina”.

Al compartir resultados de la Encuesta sobre manejo del dolor en niños, el 78% consideró que sí tenía suficiente formación para manejar el dolor agudo en los niños. 17% reconoce no contar con la preparación.

A la pregunta sobre si sabe qué hacer en caso de dolor, el 83% respondió que sí y el 6% dijo que no.

¿Qué hacer para cambiar el manejo del dolor en el paciente pediátrico?

Los criterios para el manejo del dolor por parte de la OMS, establecen líneas de acción muy claras que deben acatarse y así aliviar el sufrimiento y el dolor del niño enfermo o expuesto a una situación traumática,

Entre otras, el Dr. Huníades Urbina destaca la importancia de educar a los profesionales de la salud, al público en general y a los administradores hospitalarios en el control del dolor.

De igual modo, poner a disposición fármacos y un sistema de distribución eficiente y seguro.

Un elemento estratégico para reconocer el dolor en el niño, es usar las escalas de evaluación.

Escalas y dolor

La escala FLACC, por ejemplo, tiene indicadores que van del O (no dolor) al 10 (máximo dolor imaginable) y se reconoce asociado a una observación atenta del niño.

Un parámetro puede ser la cara. Para una expresión relajada correspondería el 0. Ahora, si arruga la nariz podemos hablar de un nivel 1 y si la mandíbula está tensa, del 2 y así de manera sucesiva.

La escala análoga cromática (dirigida a niños de 6 a 12 años) es otra estrategia que apoya el reconocimiento del dolor por asociación (rojo sería un dolor insoportable y azul sin dolor) así como la de caras (de 3 a 6 años) es otro instrumento útil para reconocer el dolor del niño:

Una vez reconocido el dolor y su intensidad en el niño, el uso de fármacos se puede acompañar con estrategias como los masajes, la musicoterapia o el apoyo social emocional que ayuden a superar la situación.

En conclusión, “los niños experimentan el dolor en igual medida que los adultos, pero su valoración puede ser más difícil”.

Para lograr un rápido reconocimiento del dolor y actuar, el Dr. Urbina propone recurrir a dos escalas de valoración, administrar los analgésicos en la proporción y horarios adecuados e incluso hablar con padres y representantes para evitar que el tema cultural o religioso conduzca al niño a un sufrimiento innecesario.

Por: Violeta Villar Liste | [email protected]