Por: Itzel Mecott Moreno
La vivencia que tiene una mujer a través de la maternidad puede ir más allá de lo puramente biológico. El instinto maternal se presenta en cuidar y proteger a la cría. Ser madre es una experiencia íntima, donde se presenta el sentido de protección y acogencia, ambos son necesarios para la sobrevivencia y preservación de la especie.
Los seres humanos nacen indefensos y requieren de atenciones de sus cuidadores primarios con los cuales se crean vínculos. La crianza de los hijos requiere de tiempo y dedicación y es un deber que es ejercido principalmente por las mujeres, sin embargo, el amor materno puede darse sin vínculo biológico.
La maternidad es un Derecho Humano y es un Derecho del Niño, tiene un alcance social y económico. Existe un impacto social en la medida que la misma sea ejercida de forma sana.
En Panamá, el marco legal de la protección a la maternidad está contenida en el Código de la Familia y el Código de Trabajo. El Ministerio de Desarrollo Social y el Ministerio de Trabajo, leyes especiales y las convenciones internacionales,también dictan las pautas para la protección legal de la maternidad.
La maternidad está unidá al Derecho a la Vida y a los Derechos Humanos. Todo niño tiene derecho a tener una madre, por eso es un Derecho del Niño.
La maternidad tiene protección en el ámbito laboral a través la creación y modificación del fuero maternal y la ley sobre lactancia maternal y demás normas protectoras.
La pandemia y el impacto económico ha producido mucho daño y cientos de mujeres con contratos suspendidos y los subsidios por maternidad han tenido variantes. Existen mujeres que perdieron sus empleos y quedaron embarazadas produciéndose mayor peso económico para la economía de sus hogares. Otras se encuentran con carencias en sus derechos básicos con el aumento de la pobreza.
Itzel Mecott Moreno
La autora de este artículo es abogada,mediadora y coach