fbpx
Los riñones,por ejemplo, rara vez causan dolor. Muchos problemas renales no presentan síntomas en sus etapas iniciales

Por: Dra. Karen Courville, FACP, SIN

La Dra. Karen Courville es egresada de la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá. Realizó estudios en Medicina Interna y Nefrología en el Complejo Hospitalario Dr. Arnulfo A. Madrid.  Tiene un Fellow en Investigación Renal del Instituto Mario Negri en Bérgamo, Italia.  Investigadora del Instituto de Ciencias Médicas de Las TablasMiembro del Sistema Nacional de Investigación (SNI)

Los riñones son órganos importantes para facilitar la limpieza del cuerpo. Ellos se encargan de filtrar la sangre, eliminar los desechos y el exceso de líquido del cuerpo, que luego se expulsan a través de la orina. Además, mantienen los niveles adecuados de minerales como sodio, potasio y calcio en la sangre. Hay algunos mitos acerca de los riñones que explicaremos para mejorar el conocimiento de la función y el cuidado de los riñones.

Mito #1: Si me duele la espalda, es porque tengo enfermedad renal.

Verdad: Los riñones rara vez causan dolor. Muchos problemas renales no presentan síntomas en sus etapas iniciales. Por eso es importante realizarse chequeos anuales y conocer los factores de riesgo. Las situaciones que producen dolor pueden ser las siguientes:

Los cálculos renales (estos son pequeños cristales duros que se forman en los riñones y pueden causar un dolor intenso, similar a cólicos, que suele irradiarse hacia la ingle o el abdomen inferior); infecciones (tanto las infecciones del tracto urinario como las infecciones renales pueden provocar dolor en los riñones, acompañado de fiebre, escalofríos y otros síntomas urinarios); lesiones (un golpe fuerte en la zona de los riñones puede causar dolor y daño en estos órganos); tumores (los tumores renales, aunque menos comunes, también pueden causar dolor); otras causas (quistes renales complejos, hidronefrosis (obstrucción de la vía urinaria que produce aumento del tamaño renal), poliquistosis renal con quiste complicado.

Mito #2: Solo las personas mayores tienen problemas renales.

Verdad: Aunque la enfermedad renal crónica es más común en adultos mayores, los jóvenes también pueden sufrirla.

Es cierto que la enfermedad renal crónica (ERC) se asocia comúnmente con la edad avanzada, debido a factores como la diabetes, la hipertensión y la aterosclerosis, que son más prevalentes en este grupo poblacional. Sin embargo, los jóvenes también pueden desarrollar ERC, y diversos factores, incluyendo el uso de drogas recreativas, pueden contribuir a esto.

Condiciones como la diabetes tipo 1, la hipertensión juvenil, enfermedades autoinmunes y ciertas malformaciones congénitas pueden dañar los riñones desde una edad temprana; infecciones recurrentes, si no se tratan adecuadamente, pueden conducir a cicatrices en los riñones y afectar su función a largo plazo; el uso prolongado de ciertos medicamentos, incluso aquellos recetados para otras afecciones, puede tener efectos secundarios en los riñones; la exposición a toxinas ambientales o industriales puede dañar los riñones; lesiones directas en la zona renal pueden afectar su función.

Además, el uso de drogas recreativas (cocaína, heroína, éxtasis) es un factor de riesgo significativo para el desarrollo de ERC en jóvenes. Algunas de las formas en que las drogas pueden dañar los riñones incluyen reducción del flujo sanguíneo renal, aumento de la presión arterial, inflamación a las células renales; toxicidad directa debido a ciertas sustancias presentes en las drogas; y obstrucción debido a que algunos componentes de las drogas pueden formar cristales que obstruyen los túbulos renales, impidiendo la filtración adecuada de la sangre

Mito #3: Tomar mucha agua no ayuda a los riñones.

Verdad: Beber suficiente agua es esencial para que los riñones funcionen correctamente, ya que ayuda a eliminar toxinas y prevenir cálculos renales.

El agua ayuda a eliminar los desechos y toxinas del cuerpo a través de la orina. Sin embargo, es posible beber demasiada agua. Cuando esto sucede, los riñones pueden tener dificultades para eliminar el exceso de agua, lo que puede diluir el sodio en la sangre y llevar a una condición llamada hiponatremia. Esta condición puede ser grave y, en algunos casos, poner en riesgo la vida.

Hay algunas condiciones en las cuales no se puede recomendar la ingesta aumentada de agua,  como lo son los pacientes con enfermedad renal crónica; los atletas que participan en actividades físicas prolongadas y sudan mucho pueden necesitar reponer líquidos, pero beber demasiada agua rápidamente puede llevar a una hiponatremia; ciertas condiciones médicas, como la insuficiencia cardíaca congestiva o la cirrosis, pueden hacer que el cuerpo retenga líquidos y que beber demasiada agua sea perjudicial.

La mayoría de las personas sanas pueden mantenerse hidratadas bebiendo agua y otros líquidos cuando sientan sed. Sin embargo, hay algunos factores que pueden influir en la cantidad de agua que necesitas, como el clima, la actividad física y el estado de salud.  Si practicas alguna actividad y presentas sed intensa; boca seca; orina oscura y de poca cantidad; fatiga; mareos, náuseas y vómitos, puede ser que estés deshidratado.

Mito #4: Los suplementos siempre son buenos para los riñones.

Verdad: Algunos suplementos pueden dañar los riñones, especialmente si se toman en exceso o sin supervisión médica. Consulta a un profesional de la salud antes de tomar cualquier suplemento.

Algunos suplementos contienen altas concentraciones de ciertas sustancias, como proteínas, minerales o vitaminas, que los riñones deben filtrar y eliminar. Un consumo excesivo puede sobrecargar los riñones y dificultar su función. Otros suplementos pueden interactuar con medicamentos recetados, alterando su eficacia o aumentando el riesgo de efectos secundarios, incluyendo daño renal. Algunas sustancias presentes en los suplementos pueden ser tóxicas para las células renales, causando daño directo y otros suplementos pueden contribuir a la formación de cálculos renales, especialmente si se combinan con otros factores de riesgo.

Un consumo excesivo de proteínas puede generar una mayor carga de trabajo para los riñones, especialmente en personas con enfermedades renales preexistentes. Un exceso de potasio puede causar arritmias cardíacas y, en casos graves, daño renal. Niveles altos de fósforo pueden contribuir a la mineralización de los tejidos blandos y acelerar el daño renal. Un exceso de hierro puede dañar los riñones y otros órganos. La vitamina D es esencial para la salud ósea, pero un consumo excesivo puede aumentar los niveles de calcio en la sangre y contribuir a la formación de cálculos renales. Algunos suplementos herbales, pueden ser perjudiciales para los riñones.

Mito #5: Si tengo una infección urinaria, automáticamente tengo una enfermedad renal.

Verdad: Las infecciones urinarias y las enfermedades renales son dos problemas distintos, aunque a veces pueden estar relacionados. No todas las infecciones urinarias conducen a enfermedades renales crónicas.

Las infecciones urinarias son causadas por bacterias, mientras que las enfermedades renales crónicas tienen diversas causas, como la diabetes, la hipertensión, la glomerulonefritis…  Aunque algunos síntomas pueden ser similares, las enfermedades renales crónicas suelen presentar síntomas más variados y progresivos, como fatiga, hinchazón, cambios en la orina y pérdida de apetito.  Las infecciones urinarias se tratan con antibióticos, mientras que las enfermedades renales crónicas requieren un manejo más complejo, que puede incluir medicamentos, cambios en la dieta y, en algunos casos, diálisis o trasplante.

5 Verdades Importantes sobre los Riñones

  1. Verdad: Una dieta saludable es fundamental para la salud renal. Limita el consumo de sal, azúcar y proteínas animales en exceso, y aumenta el consumo de frutas, verduras y granos integrales.
  2. Verdad: Controlar la presión arterial y la diabetes es crucial para prevenir el daño renal.
  3. Verdad: El ejercicio regular beneficia a los riñones al ayudar a controlar la presión arterial y el peso.
  4. Verdad: Fumar aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades renales.
  5. Verdad: La detección temprana de enfermedades renales es clave para un tratamiento eficaz. Realízate chequeos regulares y conoce tus factores de riesgo.

Por: Dra. Karen Courville, FACP, SNI | Nefrología