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Por: Dr. Honorio Silva

Dr.Honorio Silva, MD, GFMD, FFPM (Hon)
IFAPP Academy and King’s College London

Las enfermedades cardiovasculares (EVC) afectan el corazón y los vasos sanguíneos (arteria y venas) y se han convertido en la primera causa de mortalidad en el mundo. Entre ellas debemos mencionar la enfermedad de las arterias coronarias, que irrigan el corazón, y causan infartos al miocardio -IM, el accidente vascular cerebral- ACV- (isquémico o hemorrágico), la insuficiencia cardiaca, arritmias y problemas valvulares.

La ECV está usualmente asociada a aterosclerosis, que es una condición que se desarrolla cuando una sustancia llamada placa se deposita en la pared de las arterias, estrechándolas y reduciendo el flujo sanguíneo al órgano afectado, y así causando IM y/o ACV.

Los factores de riesgo para el desarrollo de ECV y aterosclerosis son bien conocidos: edad avanzada, sexo masculino, hipertensión arterial, tabaquismo, diabetes, alteraciones de los lípidos plasmáticos, obesidad o sobrepeso, estilo de vida sedentario, estado socioeconómico y estrés, entre otras. 

Por ello es de fundamental importancia la prevención y/o manejo efectivo de estos factores de riesgo para así evitar la aparición o la progresión de la ECV.

Existen tres tipos de prevención: primaria, secundaria y terciaria.

  • La prevención primaria se refiere a medidas para evitar o demorar el desarrollo de la ECV.  
  • La prevención secundaria se enfoca en prevención de las complicaciones o muerte una vez que la enfermedad se ha desarrollado.
  • La prevención terciaria se refiere a disminuir el impacto de las complicaciones de la enfermedad, incluyendo la rehabilitación física, mejorar la calidad de vida o alargar su expectativa.

Las enfermedades crónicas, no transmisibles, como la ECV requieren una combinación de las medidas de prevención para así reducir la carga de la enfermedad sobre el individuo y la sociedad en términos económicos, demográficos y culturales.

La Aspirina™, nombre comercial del ácido acetilsalicílico ahora ampliamente divulgado como genérico de marca, ha sido utilizada por muchos años en el manejo de la ECV. Sin embargo, su utilidad en la prevención primaria no ha sido totalmente establecida.

En vista de ello, la US Preventive Services Task Force (USPSTF) se encargó de conducir una revisión sistemática sobre la efectividad de la aspirina en reducir el riesgo de eventos cardiovasculares (IM o ACV), la mortalidad cardiovascular y la mortalidad de todas las causas en sujetos sin historia clínica de ECV.

Los sujetos a ser incluidos fueron aquellos adultos de ambos sexos mayores de 40 años asintomáticos desde el punto de vista cardiovascular, sin riesgo aumentado de sangramiento (historia de ulcera gástrica, ingesta de medicamentos u otras condiciones que podrían producirlo). También se estudió su efecto sobre la prevención primaria del cáncer colorrectal.

A este fin la revisión se realizó en 13 estudios clínicos realizados en USA incluyendo 161.680 pacientes, con una edad comprendida entre de 53-74 años, quienes recibieron 100 mg (o menos) de aspirina/día o en días intermedios.

Los resultados del análisis (y de un estudio de micro simulación conducido simultáneamente) fueron publicados recientemente en JAMA (1) e indican con certeza moderada que el uso de aspirina en la prevención primaria de ECV en sujetos adultos en el rango de 40-59 años de edad y un riesgo mayor del 10 % tiene un pequeño beneficio neto.

El beneficio, aunque pequeño nuevamente, es mayor si la aspirina se inicia a edades tempranas y aumenta con periodos de 10 años.

El beneficio está directamente relacionada al nivel de riesgo cardiovascular basal. Mientras mayor el riesgo, mayor el beneficio. 

Sin embargo, también concluye que el uso de aspirina en prevención primaria para sujetos mayores de 60 años o más, no tiene ningún beneficio neto. Por ello este grupo etario debería ser excluido y no recibir aspirina en prevención primaria de ECV.

Cabe aclarar que estas recomendaciones son diferentes a las de la AHA (American Heart Association) y el American College of Cardiology (ACC) quienes todavía aceptan el uso de aspirina (75-100 mg/día) en la prevención primaria en sujetos comprendido entre 40 y 70 anos de edad.

De igual modo, los resultados no mostraron beneficio evidente de la aspirina en la prevención primaria del cáncer colorrectal.

Sin embargo, los autores concluyen que el uso de aspirina es una decisión personal que debe ser consultada con el médico de cabecera en el contexto del riesgo cardiovascular de cada paciente. Todavía faltan conocer los efectos de aspirina y riesgo de sangramiento de acuerdo a la raza y grupo socioeconómico, así como su preferencia en el uso crónico, ya que el tratamiento puede prolongarse por hasta 20 años.

(1) US Preventive Service Task Force: Aspirin Use to Prevent Cardiovascular Disease. US Preventive Services Task Force Recommendation Statement. JAMA, 2022. (327 (16): 1577-1584. Doi:10.10001/jama.2022.4983