Con información de la OMS
La pandemia de COVID-19 ha puesto de relieve la necesidad de tecnologías sanitarias innovadoras que puedan ayudar a los países a mejorar los resultados en materia de salud al proporcionar atajos a las soluciones a pesar de la falta de infraestructura y recursos.
Sin embargo, muchas de las nuevas tecnologías que han llegado al mercado son inasequibles o inadecuadas para los países de ingresos bajos y medios.
Para garantizar que todos los países se beneficien de la innovación en materia de salud, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha compilado un compendio de 24 nuevas tecnologías que pueden utilizarse en entornos de bajos recursos.
«Las tecnologías innovadoras están acelerando el acceso a la atención sanitaria en todas partes, pero debemos asegurarnos de que estén fácilmente disponibles en todos los centros de salud, a precios razonables y con calidad garantizada», dijo la Dra. Mariângela Simão, subdirectora general de la OMS para el Acceso a los Productos Sanitarios.
«La OMS seguirá trabajando con los gobiernos, los financiadores y los fabricantes para promover el suministro sostenible de estas herramientas durante y más allá de la emergencia de la COVID».
El objetivo principal del compendio fue seleccionar y evaluar tecnologías que puedan tener un impacto inmediato y futuro en la preparación y respuesta a la COVID-19, mejorar potencialmente los resultados de salud y la calidad de vida, y / u ofrecer una solución a una necesidad médica no satisfecha. 15 de estas tecnologías ya están disponibles comercialmente en los países, mientras que el resto aún se encuentra en la etapa de prototipo.
El compendio incluye elementos simples que van desde un aditivo de lejía coloreado, que permite a simple vista identificar superficies y objetos no esterilizados, hasta equipos más complejos aunque fáciles de usar, como un sistema portátil de monitoreo respiratorio y ventiladores con una batería extendida que se pueden usar donde la electricidad no está disponible o es inestable.
La lista también incluye un centro de salud desplegable para emergencias engalanado en un contenedor de envío.
Algunas de estas tecnologías ya están en uso y han demostrado su valor a través de programas piloto. Por ejemplo, el concentrador de oxígeno alimentado por energía solar ha sido altamente efectivo en el tratamiento de la neumonía, que mata a 900.000 niños al año, en un hospital infantil regional en el estado de Galmudug en Somalia.
Los estudios han demostrado que el acceso confiable al oxígeno puede reducir las muertes infantiles debido a la neumonía en un 35%. Dada la escasez de oxígeno en numerosos países, el concentrador es una herramienta crítica en el tratamiento de pacientes COVID hospitalizados.
La OMS ha estado evaluando tecnologías innovadoras durante los últimos 10 años, algunos de los productos seleccionados ahora abordan problemas de salud prioritarios en entornos de bajos recursos.
Un ejemplo crítico es una aplicación para teléfonos inteligentes que permite al usuario registrar instantáneamente mediciones precisas de la presión arterial.
Según un informe publicado por la OMS la semana pasada, el número de adultos de 30 a 79 años con hipertensión ha aumentado de 650 millones a 1.280 millones en los últimos treinta años y casi la mitad de estas personas no saben que tienen hipertensión.
Los teléfonos inteligentes están ampliamente disponibles, incluso en las áreas más remotas o en entornos de bajos recursos.
La plataforma basada en software transforma los teléfonos inteligentes existentes en un dispositivo médico capaz de medir la presión arterial con precisión, sin necesidad de agregar ningún otro dispositivo o accesorio. La otra ventaja de la aplicación es que incluso en ausencia de un trabajador de la salud capacitado, los pacientes pueden autoevaluarse y controlar mejor su presión arterial.
El compendio proporciona una evaluación completa de las tecnologías, llevada a cabo por un grupo de expertos internacionales que trabajan con equipos técnicos de la OMS, sobre la base de: el cumplimiento de las especificaciones de la OMS relativas al rendimiento, la calidad y la seguridad; idoneidad en entornos de bajos recursos; asequibilidad; facilidad de uso; y el estado de aprobación regulatoria.
Esta información es vital para ayudar a los gobiernos, las organizaciones no gubernamentales y los financiadores a decidir qué productos adquirir.
Las conclusiones sobre la idoneidad de cada tecnología se comunican a través de un sistema simple de puntuación de semáforos, indicando si el producto se recomienda (para su uso sin ninguna limitación conocida); recomendado con precaución (pueden haberse identificado limitaciones relacionadas con el mantenimiento y la necesidad de personal capacitado); o no recomendado (inapropiado, inseguro o inasequible).
Con información de la OMS