Violeta Villar Liste
La población de Mocambo Arriba queda a 20 minutos de Ciudad de Panamá y en la misma vía del vertedero de Cerro Patacón.
Esta cercanía con el vertedero y el verde perenne y generoso de la montaña, explica que sea el reciclaje de desechos, en particular metales, y la agricultura, con énfasis en la producción de yuca, maíz, tomate, guandú, plátano y árboles frutales, las dos principales fuentes de sustento de los residentes de la comunidad.
En esta tierra han vivido desde hace más de 120 años. Hay una tradición telúrica que de los abuelos, los padres y los hijos, explica que se nieguen a marcharse, aun cuando falte un elemento que para la vida resulta esencial: el agua potable.
Leida Ortega, vocera de Mocambo Arriba, vive desde hace 40 años en la comunidad. “Nuestras raíces están aquí; nuestras tradiciones y el legado de los antepasados. Amamos vivir en el sector. Es sano y seguro”.
Mocambo Arriba es la primera comunidad del circuito 8-9, “la que inició el crecimiento del sector”, cuenta Leida mientras la lluvia se desparrama como una presencia que agradece.
El agua de lluvia incesante, se queda en las quebradas, en los ríos y en la tierra. Tenerla limpia y potable, solo era posible si los moradores de Mocambo la buscaban en la ciudad.
Ahora, un programa piloto de la Dirección del Subsector de Agua Potable y Alcantarillado Sanitario (Disapas) del Ministerio de Salud, en conjunto con la empresa Galmobile, S.A., con su proyecto Galones de Vida, sistema de potabilización con tecnología desarrollada en Israel, permite a un promedio de 1,200 habitantes, contar con agua limpia.
“Este proyecto ha sido de mucha bendición para la comunidad, las familias, las escuelas y las iglesias”, contó la líder vecinal, durante una visita de empresarios y técnicos de Israel, junto con el embajador de Israel en Panamá, Itai Bardov, para conocer los alcances de este proyecto.
Este sistema móvil de purificación y desalinización de agua se sustenta en diferentes tecnologías.
Están “integradas a través de un software con aplicaciones de inteligencia artificial que controlan los componentes electrónicos, mecánicos e hidráulicos, con los cuales se desarrollan los proceso físicos y químicos que filtran, ultrafiltran y desalinizan agua de diferentes orígenes”, documentan los estudios de la compañía de tecnología.
El sistema tiene capacidad para detectar si el agua es dulce o salada. El líquido pasa por un sistema de membranas y luego por tratamiento bacteriológico y de filtros de carbono para eliminar olor y sabor.
Madeline Delgado, subdirectora nacional de Disapas, dijo que el líquido procesado con esta tecnología cubre las expectativas con respecto a la calidad, así que es apto para su consumo.
Por día, el sistema puede purificar hasta 37,000 galones de agua dulce o 5,300 de agua de mar.
El proyecto en Mocambo potabiliza unos 4,000 galones de agua por día de una quebrada cercana. Un vehículo cumple con las labores de reparto del liquido entre las familias.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Unicef, en 2019, un promedio de 2,200 millones de personas carecían de acceso a servicios de agua potable gestionados de forma segura.
Además, 297,000 niños menores de cinco años mueren cada año debido a enfermedades diarreicas causadas por las malas condiciones sanitarias o agua no potable.
La aspiración a corto plazo de las familias “es que la empresa se mantenga y nos suministre el líquido hasta que el gobierno pueda desarrollar un proyecto integral que nos garantice el agua permanente”, dijo Leida Ortega.
Con Ingenieros Sin Fronteras Panamá, grupo sin fines de lucro que apoya a las comunidades rurales de Panamá, analizan la integración al proyecto Anillo Hidráulico Norte, concebido con una inversión de $88 millones, a partir del hidrante de Cerro Peñón.
Otra alternativa es trabajar en un pozo de agua dulce que abastecería un sistema de acueductos rurales.
Pero mientras se consolida alguno de estos proyectos, la comunidad reclama el derecho al agua.
De acuerdo con la Asamblea General de las Naciones Unidas, cada ser humano debe tener derecho a una cantidad de agua suficiente para el uso doméstico y personal: entre 50 y 100 litros de agua por persona y día, que además sea “segura, aceptable y asequible”.
“Apoyamos este proyecto porque es una tecnología humana, necesaria e inteligente”, dijo el embajador de Israel, Itai Bardov, quien expresó su compromiso de compartir la experiencia de su país en áreas que Panamá requiera.
El sobre purificador de P&G
Otra tecnología de largo recorrido, y que también conoce Panamá y los países de la región, es la tecnología de purificación de agua de la compañía P&G.
Este purificador fue inventado gracias a una casualidad cuando “el equipo de científicos de lavado de ropa de P&G, intentaban separar la suciedad del agua utilizada en el lavado”.
Esta tecnología de purificación, de acuerdo con informes de la compañía, fue desarrollada junto con el Centro de Control de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos.
Son unos sobres que contienen una mezcla de polvos, con la capacidad de transformar el agua sucia en limpia y potable.
En general, “elimina microorganismos que causan enfermedades; remueve más del 99.99999% de las bacterias comunes del agua (incluidas las que causan cólera), 99.99% de los virus del agua (incluidos los que causan hepatitis A) y 99.99% de los protozoos”.
También reduce la incidencia de la diarrea y aporta los beneficios indudables del agua limpia en los hogares.
El Objetivo de Desarrollo Sostenible número 6 es agua y saneamiento para todos antes de 2030, meta que acerca la tecnología, una aliada en la tarea urgente de un mundo sostenible, justo y equitativo.