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El anuncio de la Comisión Regional de Certificación de África de la ausencia de poliomielitis por virus naturales (también denominados “salvajes”) en la Región de África de la Organización Mundial de la Salud (OMS) después de cuatro años sin ningún caso, de acuerdo con información emanada del organismo, genera alivio y esperanza en el contexto de la pandemia.

La OMS reportó, luego de esta certificación, que “cinco de las seis regiones de la OMS (en las cuales vive más del 90% de la población mundial) están ahora libres de poliovirus”, un paso histórico para lograr erradicar en el mundo la poliomielitis.

Sin embargo, luego de esta noticia alentadora, la OMS informó al 31 de agosto de 2020, que según encuesta mundial de la OMS, “el 90% de los países han sufrido interrupciones de sus servicios de salud esenciales desde el inicio de la pandemia de covid-19”.

“Los datos recopilados en cinco regiones durante el período comprendido entre marzo y junio de 2020, evidencian que casi todos los países (90%) sufrieron interrupciones en sus servicios de salud y que los países de ingresos bajos y medios fueron los que experimentaron las mayores dificultades. La mayoría de los países comunicaron que se habían suspendido muchos servicios rutinarios y optativos, mientras que en los países de ingresos bajos los servicios críticos —como la detección y el tratamiento del cáncer y el tratamiento contra el VIH— habían sufrido interrupciones de alto riesgo”, señala el organismo.

Preocupa en el contexto de esta batalla contra el polio, y en general de todas aquellas enfermedades que sí se pueden prevenir gracias a la vacuna, que la inmunización rutinaria y servicios periféricos (70%) presentaron mayor índice de interrupciones, seguidos de los servicios prestados en centros (61%), el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades no transmisibles (69%), la planificación familiar y la anticoncepción (68%), el tratamiento de los trastornos de la salud mental (61%), y el diagnóstico y tratamiento del cáncer (55%).

De hecho, “los países también notificaron interrupciones en los servicios de diagnóstico y tratamiento del paludismo (46%), detección y tratamiento de los casos de tuberculosis (42%) y tratamiento antirretrovírico (32%)”.  

El 76% de los países comunicaron una reducción de la asistencia de pacientes a los servicios ambulatorios debido a la menor demanda y a otros factores como el confinamiento y las dificultades financieras”  y es justo esta atención primaria la que da garantía de inmunización.

Estas cifras explican el llamado del Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, en el sentido de mejorar la prestación de atención de la salud durante la pandemia y que el covid-19 “debería enseñar a todos los países que la salud no consiste en elegir entre una cosa u otra. Debemos prepararnos mejor para las emergencias, pero también seguir invirtiendo en sistemas de salud que respondan plenamente a las necesidades de las personas a lo largo de toda la vida”.

Esta advertencia del director general de la OMS de no “elegir entre una cosa u otra” es la garantía para la humanidad de no perder grandes conquistas ganadas como en el caso de la polio.

La poliomielitis es causada por un enterovirus humano llamado poliovirus. La polio puede interactuar en su anfitrión de dos formas:
Infección que no incluye el sistema nervioso central, que causa una enfermedad menor con síntomas leves.
Infección que incluye el sistema nervioso central, que puede causar parálisis.
 
Menos del 1% de las infecciones por poliovirus resultan en parálisis. El virus se transmite con mayor frecuencia por vía fecal-oral. El poliovirus entra por la boca y se multiplica en el intestino. Las personas infectadas transmiten poliovirus al medio ambiente durante varias semanas, donde puede propagarse rápidamente a través de una comunidad, especialmente en áreas con malas condiciones sanitarias.
El poliovirus consiste en un genoma de ARN encerrado en una capa de proteína llamada cápside. Hay tres serotipos de poliovirus salvaje tipo 1, tipo 2 y tipo 3, cada uno con una proteína de la cápside ligeramente diferente. La inmunidad a un serotipo no confiere inmunidad a los otros dos. Los brotes de poliovirus eran en gran parte desconocidos antes del siglo XX. Sin embargo, con la mejora del saneamiento en el siglo XX, aumentó la edad promedio a la que las personas estuvieron expuestas al poliovirus. Con la protección cada vez menor de los anticuerpos maternos, la infección por poliovirus resultó cada vez más en parálisis.

Fuente: http://polioeradication.org/polio-today/polio-prevention/the-virus/

La OMS reporta que solo dos países en el mundo “siguen registrando transmisión de poliovirus naturales: el Pakistán y el Afganistán”.

En 1988, cita la OMS, “la 41.ª Asamblea Mundial de la Salud, a la que asistieron delegados de 166 Estados Miembros, adoptó una resolución sobre la erradicación mundial de la poliomielitis que marcó la creación de la Iniciativa de Erradicación Mundial de la Poliomielitis, encabezada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Asociación Rotaria Internacional, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los EE.UU. (CDC) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), y que contó con el apoyo de asociados clave como la Fundación Bill & Melinda Gates”.

Esta iniciativa ha permitido poner un freno a la enfermedad y disminuir 99% los casos provocados por poliovirus salvajes. Son dos las vacunas que promueve la organización: vacuna antipoliomielítica inactivada (IPV) y vacuna antipoliomielítica oral (OPV).

Si en 1988 se estimaron 350,000 casos (cifras de la OMS), en 2018 solo hubo 33 notificaciones “y se han evitado más de 16 millones de casos de parálisis como resultado de los esfuerzos mundiales por erradicar la enfermedad”.

De acuerdo con información compartida por la Caja del Seguro Social, “el esquema de vacunación panameño es el más completo de la región latinoamericana”, según estudios de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Este esquema de vacunación contempla más de 22 vacunas (incluida la polio) que protegen a la población contra más de 30 enfermedades prevenibles. Son gratuitas y se aplican en las instalaciones de la CSS.

En Venezuela, más de 3.1 millones de niños fueron vacunados en 2019, gracias al apoyo  de la Organización Panamericana de la Salud/ Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).  

Violeta Villar Liste
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