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 Por: Dra. Liliana (Lily) Arosemena | Oftalmólogo retinólogo

 

Egresada de Medicina en la Universidad Latina de Panamá. Con especialización en Oftalmología en la Universidad Autónoma de Bucaramanga, en la Fundación Oftalmológica de Santander, Clínica Carlos Ardila Lulle (Bucaramanga, Colombia). Estudios de retina y vítreo en la Universidad Del Rosario, Fundación Oftalmológica Nacional (Bogotá, Colombia). Es miembro adjunto de la Academia Americana de Especialistas en Retina (ASRS), la Asociación Americana de Oftalmología  (AAO), la Sociedad Colombiana de Oftalmología (SCO), la Asociación Panamericana de Oftalmología (PAAO) y la Sociedad Panameña de Oftalmología  (SPO).
En instagram: @retinapanama 

Comenzaremos este espacio de divulgación en salud aclarando qué es la luz azul.

Todos los días me preguntan por ella, así que será el inicio.

Para poder comprender qué es la luz azul es inevitable conversar sobre el espectro de luz visible: no es más que la región del espectro electromagnético que el ojo humano es capaz de percibir y traducir como los distintos colores que conocemos y vemos.

Estas radiaciones electromagnéticas tienen distintas frecuencias y nuestro ojo es capaz de percibir apenas un segmento.

Para tener un ejemplo se considera que el arcoíris refracta todas las longitudes de onda del espectro de luz visible que detallamos anteriormente, gracias al agua de la atmósfera que altera la velocidad y la descompone en colores.

En la luz blanca percibimos todos los colores que el ojo humano es capaz de ver en el espectro de luz. El color blanco corresponde a la suma de todos los colores, mientras el color negro correspondería a la ausencia de todos los colores.

Algunos tonos y colores no pueden ser apreciados en la descomposición del espectro visual porque no es un solo color (monocromático), sino son policromáticos, es decir, que implican la combinación de dos o más longitudes de onda, por ejemplo: el color rosado es comprendido como rojo mezclado con blanco.

Como dato curioso les cuento que otras formas de vida, como los insectos, son capaces de percibir esas longitudes de onda que nosotros no somos capaces. Los humanos también podemos hacerlo con la ayuda de instrumentos y con dispositivos ópticos que hemos inventado.

Determinadas longitudes de ondas pueden ser visibles por nuestro ojo y percibidas como los colores rojo, azul y verde.

Típicamente, los colores que vemos son un conjunto de combinaciones de longitudes de ondas que fluctúan en un rango de 380 a 750 nanómetros. Hay casos excepcionales de personas que pueden manejar rangos más amplios desde los 310 hasta 1050 nanómetros.

Específicamente la luz azul visible maneja un margen de 300 a 475 nanómetros, lo que se considera una longitud de onda baja.

La luz azul que percibimos visualmente la podemos recibir de la luz del sol, la luz de bajo consumo producida por las lámparas LED (de sus siglas diodo emisor de luz) y las luces esparcidas por las computadoras. En otras palabras, estamos expuestos a la luz azul en muchas vías y no únicamente a la que brindan los dispositivos electrónicos.

Espectro de luz

La luz azul en general, no es un color en particular, se trata de un tipo de longitud de onda que en ciertas ocasiones es percibido como tal por nuestro sistema visual.

¿Qué sucede realmente con la exposición a luz azul y nuestro cuerpo en general?

Exponerse a luz azul de las distintas fuentes, ya sea del sol o pantallas, nos estimula y organiza aquello que conocemos como el ritmo circadiano o la capacidad del cuerpo para mantenerse despierto de día y saber que debe dormir durante la noche.

Pero con calma: la exposición a la luz azul no es tan mala como suponemos.

Tiene beneficios importantes en nuestra salud como la mejoría del estado de ánimo y la estimulación del estado de alerta.

Vamos a sumergirnos un poco más en lo profundo de este tema que pasa a una dimensión hormonal: La exposición a la luz azul disminuye la producción de una hormona llamada melatonina u hormona del sueño…. ya ven a dónde vamos.

Si se disminuye su producción nuestro cuerpo se complicará y no entenderá si es de noche o es de día y así no podremos dormir cuando debemos hacerlo, y aparece el terrible insomnio.

Estudios científicos confirman que la población más susceptible para expresar estos cambios reales ocasionados por la luz azul son los jóvenes y niños.

¿Qué hacer para atenuar la exposición a la luz azul?

Recomendamos de manera estricta evitar la exposición a pantallas de cualquier tipo una o dos horas antes de la hora de acostarse. Otra opción sería colocar los dispositivos electrónicos en modo noche u oscuro.

Los dispositivos nos permiten reducir el brillo de la pantalla: al percibir calidez no se confunde tanto nuestro sistema hormonal.

Ahora, en relación con los ojos, aclarar que no existe evidencia científica que demuestre daño de la retina en los humanos a causa de la luz azul ni que cause alguna enfermedad, en particular la denominada degeneración macular debido a la edad.

Pantallas y fatiga visual

En relación con otra consulta asociada, el modo nocturno de nuestros dispositivos electrónicos, explicar que es una graduación que brindan nuestros dispositivos electrónicos para disminuir el brillo de las pantallas y el esfuerzo ocular que desencadena todo este proceso.

Las características de este modo nocturno es que el fondo, en lugar de ser blanco sobre letras negras, se invierte a un fondo oscuro con letras blancas y reduce las intensidad del resto de los colores.

El tipo de contraste y colores que se introducen en este modo nocturno nos ayuda a reducir el destello y a que nuestros ojos se adapten mejor a la luz de nuestro alrededor. Con todo este sistema adaptativo logramos esforzarnos menos y de alguna manera poder leer fácil y cómodamente.

Ya sabemos que el brillo de las pantallas altera nuestro ciclo del sueño, pero por otro lado una pantalla en extremo brillante en un espacio de habitación oscura también puede ocasionar la llamada fatiga visual.

La fatiga visual relacionada con las pantallas es algo real, y se vuelve una parte importante en la consulta oftalmológica diaria que de hecho se intensificó en gran escala luego de la pandemia.

La fatiga visual no significa ni se traduce igual para todas las personas, pero si  pasas largo rato frente a una pantalla o cualquier dispositivos electrónico, puedes llegar a sentir que la visión se te pone borrosa, que tus ojos duelen y se cansan.

En ocasiones puedes llegar a llorar por ardor y resequedad. Estos síntomas son muy similares a los que produce leer o escribir por largas horas, coser, entre otras cosas.

¿Cómo lograr reducir estos síntomas?

  • Parpadear: Cuando realizamos este tipo de actividades reducimos nuestra cantidad de parpadeo de manera significativa. Normalmente parpadeamos unas 15 veces por minuto, pero mientras realizamos este tipo de actividades solo lo hacemos 5 a 7 veces por minuto. Tan sencillo como parpadear para mejorar, porque es la forma en la cual el ojo distribuye la lágrima sobre su superficie. Hagan la prueba de mantener los ojos abiertos frente a un ventilador: no se tolera ni por diez segundos; es lo mismo que hacemos mientras estamos frente a un computador. Desde hoy empezamos con el hábito de concientizarnos en parpadear.
  • El uso de lágrimas artificiales de manera constante e indefinida de forma profiláctica. Una pausa para este tema: cuando digo de manera profiláctica es que debes colocar tus gotas inclusive si no tienes molestias. Si lo haces cuando ya tienes síntomas de fatiga visual, ya es tarde para colocar las lágrimas. También ayuda utilizar un humidificador en el área de trabajo.
  • La Academia Americana de Oftalmología desarrolló un regla vital de conocer y poner en práctica para evitar la fatiga visual. Es la regla “20/20/20”: consiste en hacer pausas cada 20 minutos por 20 segundos y mirar un objeto distante a por lo menos 20 pies de distancia. ¡A practicar!
  • Usar correción de gafas ideal con la opción de ponerle antirreflejos a tus vidrios, lo cual es distinto a bloqueador de luz azul o blue block. Ya aclaré que no causa enfermedad ocular.
  • Ajustar en tus dispositivos el brillo y el contraste, reduce el brillo y aumenta el contraste. Si tienes la opción de modo nocturno, no dudes en activarlo.

Algunas computadores producen demasiado destello: trata de utilizar una pantalla que tenga la opción de filtro mate.

La posición corporal es importante para caminar y más aún para trabajar. Cuida la distancia de trabajo, debes estar lejos de la pantalla a una distancia que sea la longitud de tu brazo y que tus ojos miren ligeramente hacia abajo, no de frente y mucho menos hacia arriba.

Si tus síntomas no mejoran a pesar de todas estas recomendaciones, no olvides visitar a tu oftalmólogo.

Por: Dra. Liliana (Lily) Arosemena | Oftalmólogo retinólogo
En instagram: @retinapanama