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Por: María Mercedes Armas Barrios

La licenciada María Mercedes Armas Barrios es psicóloga egresada de la Universidad Central de Venezuela. Es integrante del Observatorio Venezolano de los DDHH de las Mujeres y del Centro de Investigación Social Formación y Estudios de la Mujer.
@psico.mm.armas
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El paisaje emocional cotidiano que recorre el adulto mayor es lo que puede fortalecer o debilitar su estado de ánimo. El poder sentir y expresar sus emociones es uno de los factores que le permite sentir la conexión con su vida y esta posibilidad es muy valorada por las personas de edad avanzada.

Estar rodeado de personas, o por lo menos contar con una persona, con la capacidad de compartir, validar sus emociones y darle contención, es uno de los mayores beneficios que puede alcanzar y le será de gran ayuda. Les aseguro que lo aprecian mucho y tienen bastante relación con el nivel de satisfacción vital que experimentan.

Los procesos de envejecimiento, o algunas enfermedades durante esta etapa, afectan a nivel cognitivo, sin embargo, las capacidades emocionales tienden a mantenerse a lo largo del tiempo, así como la capacidad para socializar.

Los tres pilares para experimentar felicidad en la adultez mayor, según lo plantea el psicólogo Heiner Ellgring en su libro Los motivos y las emociones en la vejez son: el disfrute de las relaciones con la familia y amigos, cuidar e invertir para optimizar su salud y cuidar y disfrutar de sus recursos y posesiones; mascotas, jardín, su vivienda, vehículos…

Según este autor, el más importante es el primero, el vínculo afectivo, las relaciones y el contacto social, porque permiten la expresión e intercambio de emociones agradables y nutritivas como el amor y la alegría. 

La sexualidad es una de las áreas más deterioradas en la adultez mayor, por variados factores, entre ellos: la pérdida de su pareja sexual y dificultades para conseguir una nueva pareja; por secuelas de enfermedades o de medicamentos y por los tabúes sociales respecto al tema, siendo este último un factor muy determinante.

Al adulto se le va “despojando” progresivamente de su sexualidad, la cual es considerada un tema exclusivo para jóvenes; por lo cual el adulto mayor se va convirtiendo un ser “asexuado” socialmente hablando, aunque tenga pareja.

No voy a tratar aquí la larga lista de diversas dificultades o limitaciones, sino más bien señalar que, a pesar de ellas, los adultos mayores necesitan y tienen el derecho de ejercer su vida sexual como fuente de disfrute, de bienestar, de expresión de sí mismos, y de tener el estímulo y la afectividad tan necesaria. 

Finalmente, no puede haber equilibrio en la vida adulta mayor sin autonomía económica y para eso se requiere que existan oportunidades. Uno de los aspectos más afectados, es el referido a las oportunidades laborales y de ingreso.

El concepto de jubilación se ha estudiado por su impacto negativo a nivel tanto económico como psicológico. Sin embargo, hay un porcentaje, también importante, que escoge o prefiere la jubilación para tener tiempo para ocupaciones que le interesan más, le producen mayor bienestar o mejores ingresos.

Hay que comenzar a revisar cuáles son las oportunidades que el adulto mayor quiere darse a sí mismo, qué tanto valora sus conocimientos y experiencias como para generar valor en esta etapa de su vida y cuáles fortalezas atesora y puede ofrecer a otros. Por ejemplo: ¿Ha pensado en lo que puede ofrecer como adulto/a mayor a una empresa o proyecto? 

La ONU plantea un aumento de la población adulta mayor en las próximas tres décadas; este cambio social repercute en todos los niveles y aspectos, pudiendo representar una ventana de oportunidades. 

En este contexto, las empresas comienzan a apreciar las ventajas de incluir a los adultos mayores en sus equipos, y esto parece ser una tendencia que va tomando auge, debido a las cualidades atractivas que ofrecen pese a no contar con las mismas habilidades o competencias tecnológicas de los jóvenes; de allí que se hable de la economía plateada.

El adulto mayor aprecia las oportunidades de trabajar, no solo por el ingreso económico, sino por el significado integral que tiene en su vida. Es una fortaleza. Entre las cualidades más valoradas por las empresas y gerentes de proyectos están algunos aspectos que se van “macerando” con el tiempo, y que no se pueden sacar de la manga de un día para otro. Entre ellas destacan: 

Capacidad de liderazgo. Mentoría y modelo a seguir. Generosidad para compartir sus  experiencias y enseñar a otros. Deseo de dejar un legado.

Valores esenciales positivos tales como la honestidad, responsabilidad y lealtad. – Eficiencia. Enfoque en el detalle. Ofrecen estabilidad.

Vínculos y contactos. Capacidad de relacionarse. Habilidades para superar crisis y manejar conflictos

Resiliencia. Conocimientos + sabiduría. 

Por otra parte, el tiempo de la cuarentena a causa de la COVID-19 impulsó al adulto mayor a manejar las TIC e incorporar las herramientas digitales a su extenso bagaje de experiencia profesional y vital. La pregunta central es hasta qué punto el adulto mayor está dispuesto a darse oportunidades a sí mismo, a romper sus esquemas, a actualizarse y atreverse.

El plantearse un propósito de vida en la etapa adulta mayor, conlleva una serie se retos y cambios de paradigmas, con el apoyo adecuado puede lograrse para así acceder a un nivel de satisfacción vital más elevado. ¿Nos atreveremos?

Por: María Mercedes Armas Barrios