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Amigos lectores:

Finalmente, luego de años esperando la oportunidad, he armado una edición del Papel Literario, en buena medida dedicada al aforismo.

En el 2010, durante varias semanas consecutivas, estuve publicando una mínima selección de aforismos -15, 20, no más- de una veintena de autores de distintas épocas.

En estos 12 años, la presencia del aforismo -y, en general, de las expresiones literarias que se fundamentan en la brevedad- han experimentado una expansión: se han reeditado libros, han aparecido nuevos aforistas, y varias editoriales en nuestra lengua -especialmente en España- han puesto en circulación colecciones y antologías.

Hay  que agregar: hay escritores, como Luis Yslas (autor de A la brevedad posible), o Margo Glantz, tuitera de brillo, que publican brevísimos cargados de humor e inteligencia, que deberían recogerse en libros.

Y estos son apenas dos ejemplos. Debe haber muchos otros, que frasean para encender alguna luz y no para provocar vanas pendencias o para la constante práctica de la autopromoción que, en algunos casos, resulta enfermiza.

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La brevedad se ha incorporado a nuestra cotidianidad de modo determinante, y el aforismo, el escolio, la anotación, los pensamientos, las máximas y otros géneros afines parecen estar ganando lectores.

Apostaría porque ahora hay un campo abonado para la frase reveladora que no había hace diez o veinte años.

La publicación de dos libros me ha animado a darle forma a esta entrega. Por una parte, Teoría del aforismo, del estudioso Andrew Hui (nunca antes había leído a un autor singapurense), y por la otra, el libro de Víctor GuédezEl arco dentro del marco y el aforismo frente al espejo (Oscar Todtmann Editores) que será presentado el 19 de marzo por Inés Muñoz Aguirre y Ricardo Ramírez Requena en la Galería Freites.

En la página 1 les cuento sobre el libro de Hui: Teoría del aforismo (Editorial Cátedra, España, 2021). A partir de su tesis central -el aforismo se define en tensión dialéctica con la filosofía-, revisa las obras de siete autores –ConfucioHeráclitoTomás el ApóstolErasmo de RotterdamFrancis BaconBlaise Pascal y Friedrich Nietzsche– y va sumando conceptos que nos remiten a, carácter literario del aforismo, y, también, a su naturaleza última e inagotable. El estudio de Hui es, además, un ejercicio de contención: apenas reproduce aforismos. Unos pocos le bastan para hacer su tarea.

A continuación, páginas 2 a la 6, ordené selecciones de los que entiendo como algunos de los maestros del género: Blaise Pascal (“Pocas cosas nos consuelan, porque pocas cosas nos afligen”); Gilbert Keith Chesterton (“El silencio es la réplica insoportable”); Juan Ramón Jiménez (“Nada está más lejos de una cosa que aquella que se le parece”); Emil Cioran (“Todo hombre es su propio mendigo”); Simone Weil (“Ser inocente es soportar el peso del universo entero. Es arrojar el contrapeso”); Nicolás Gómez Dávila (“Lo que no es complicado es falso”); y, el que entiendo como el más polivalente y lúcido de los pensadores volcados en lo breve, Elias Canetti (“Una frase sola es pura. La siguiente ya le está quitando algo”).

¿Faltaron? Por supuesto. Varios de los ineludibles: Friedrich NietzscheArthur SchopenhauerRamón Gómez de la Serna (entre sus miles de greguerías hay fulminantes que, con su carcajada de fondo, rompen la envoltura de lo obvio), Paul Valery (lean este: “Estar solo es estar con uno mismo, es siempre ser Dos”), Franz KafkaOscar Wilde (“El hombre cree en lo imposible, no en lo improbable”), Andrés Ortiz-Osés (“Ni conmigo ni sin mí tiene esta vida descanso: conmigo porque me canso y sin mí porque me aburro”), así como los de los dos maestros venezolanos que han incursionado en la exploración de la frase-aguijón, Rafael Cadenas (por ejemplo, en Dichos Contestaciones)y José Balza (en Observaciones y aforismos). De haber dispuesto de más espacio y de mis libros a mano (una de las miserias del exilio, es que junto a los que amamos, dejamos atrás nuestros libros), hoy los hubiese incorporado a esta selección.

Como dije, El arco dentro del marco y el aforismo frente al espejo es el nombre del libro de Víctor Guédez próximo a presentarse. Es un compendio de su larga relación con el aforismo y otras variantes de la brevedad. Reúne 18 prosas que reflexionan sobre el género, abundante producción propia y una selección de unas 2 mil 500 piezas, de unos 700 autores (son números aproximados).

De la edición publicamos el prólogo de Luis Pérez-Oramas (“Vivimos a merced del olvido. Pero en nosotros vive, latente, sin que sepamos, el reservorio magnífico de lo inolvidable. Y un día cualquiera, como el sueño, como la memoria, como la intensidad figural haciéndose a la vez extensa y concreta en las figuras, lo inolvidable retorna en nosotros y nos hace saber que el olvido, despertando, incesantemente nos trabaja, y alimenta nuestra savia”); y una parte del segundo capítulo del libro, Nuestra visión del aforismo, secuencia que tiene, tal como lo anuncia el título, al aforismo como el objeto de las frases (no es un juego de palabras: son aforismos sobre el aforismo); además, sumo una reseña que escribí, de donde he extraído este párrafo: “Nuestra visión del aforismo, secuencia de unas 400 o más frases breves/aforismos, enfocados en el aforismo: despliegue de su afinidad, maduración y fervor hacia el género.

Ensayo excepcional en la bibliografía venezolana, escrito como una sucesión de distinto calibre: enunciados, definiciones ajustadísimas, insinuaciones, anotaciones de pocas palabras sobre la fenomenología del aforismo.

Encadenamiento conceptual y emocional a partir de fragmentos. En sí mismo –me refiero al capítulo–, sin necesidad de lo que le precede o de lo que le sigue, un libro. Una extraordinaria ejercitación. Hito ensayístico por su formulación y sus aspiraciones. Conjunto que difícilmente podría acomodarse en alguno de los compartimentos habituales. Dato inédito en la ensayística de este primer trecho del siglo XXI venezolano”. Los tres materiales se distribuyen en las páginas 7 y 8.

En las dos últimas páginas de esta entrega, escapamos del aforismo. Ofrecemos un texto del narrador y ensayista venezolano Miguel Vásquez, Doctor en Filosofía (Universidad Complutense de Madrid): Política y escepticismo en la modernidad. En el segundo párrafo, Vásquez señala la orientación de su búsqueda: “En otras palabras, y ya para entrar en el tema en cuestión, ¿es posible que nos refugiemos dentro de nosotros mismos a tal punto que no nos veamos afectados por lo político? ¿Es posible que nos entreguemos a lo político y nos olvidemos por completo de nuestros más íntimos anhelos, inclinaciones y pasiones, por más burdas o sofisticadas que sean? Estas son, de alguna manera, las preguntas que trataremos de responder”.

Ojalá que el lector moroso de esta edición alcance a reconocerse en alguna de las frases que he copiado. La haga suya y le otorgue su tiempo. Quizás la mía no sea más que una expectativa sin fundamento, si he de adoptar la advertencia de Andrés Ortiz-Osés: “En los aforismos me divierto yo; quizás sea excesivo pretender que también se diviertan los demás”.

De todos modos, insisto en mi deseo de atraer lectores hasta este género en el que han incursionado autores de verdadero genio. Me atrevo a sugerir que, en esta edición, hay pistas que merecen ser seguidas.

Nelson Rivera, director del Papel Literario del diario El Nacional