En el Taller Regional desarrollado en Panamá participan representantes de los Ministerios de Salud, Desarrollo Social, Ambiente, Educación y Agricultura de los países de América Latina y el Caribe
Con información de FAO | Redacción LWS
Países de la región de América Latina y el Caribe se encuentran reunidos en la ciudad de Panamá en un espacio que busca fortalecer la coordinación entre los tomadores de decisiones en la transformación de los sistemas agroalimentarios para asegurar los compromisos de mejor nutrición y facilitar el acceso a las dietas saludables.
Este encuentro es un esfuerzo conjunto entre la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Movimiento Scaling Up Nutrition (SUN), el proyecto de cooperación EU4SUN, financiado por la Comisión Europea e implementado por la Fundación Internacional y para Iberoamérica de Administración y Políticas Públicas (FIIAPP). Además, coorganiza el Programa Mesoamérica sin Hambre AMEXCID-FAO, financiado por la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AMEXCID) y la Red de Alimentación Escolar Sostenible (RAES), de la Cooperación Técnica Internacional del Gobierno de Brasil y la FAO en Alimentación Escolar.
La apertura tuvo lugar este 3 de agosto y clausura el viernes 6 de agosto con las conclusiones del evento.
El espacio regional de discusión toma especial relevancia luego que las Naciones Unidas revelara en su más reciente informe del Estado de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición en el Mundo (SOFI) 2024, que en América Latina y el Caribe la inseguridad alimentaria aun supera el 28%, siendo las mujeres y las personas que viven en zonas rurales las que se ven más afectadas. En la región, 41 millones de personas no logran acceder a los alimentos necesarios para satisfacer sus necesidades nutricionales. A la vez, el costo de las dietas saludables alcanza la cifra crítica de $4.56U, haciendo que la cesta de alimentos nutritivos sea inaccesible para 54 millones de personas.
Sobre esta realidad, el subdirector general de la FAO y representante regional para América Latina y el Caribe, Mario Lubetkin, comentó que en un mundo donde 2.330 millones de personas no logran acceder a suficientes alimentos nutritivos e inocuos; y 187,6 millones de personas viven inseguridad alimentaria moderada y grave en América Latina y el Caribe, es de gran importancia lograr la sostenibilidad en la producción, procesamiento, transporte, comercialización y consumo de alimentos, es decir, en todo el sistema agroalimentario.
“El hambre no es solo un resultado de factores externos, sino en gran medida de decisiones políticas. El costo de la inacción frente al hambre representa un 6,4% del PIB versus un 0,5% de lo que cuesta cuando se asegura el acceso a dietas saludables”, resaltó Lubetkin.
Inauguración
En el Taller Regional desarrollado en Panamá participan representantes de los Ministerios de Salud, Desarrollo Social, Ambiente, Educación y Agricultura de los países de América Latina y el Caribe, así como institutos nacionales especializados en materia de alimentación, nutrición y salud pública, representantes del SICA y sus instancias especializadas (COMISCA, INCAP, SE-CAC, SISCA), cooperantes Internacionales, la sociedad civil, la academia, organizaciones no gubernamentales, entre otras.
Adoniram Sanches, coordinador subregional de la FAO para Mesoamérica, dio apertura al evento con una reflexión sobre la necesidad de transformar los sistemas agroalimentarios y combatir desde la desnutrición hasta la epidemia de la obesidad y el sobrepeso.
Briecu Pont, secretario general de la Cumbre de Nutrición para el Crecimiento de Francia 2025, señaló que las “Olimpiadas de la nutrición” constituyen un desafío y una oportunidad para conversar sobre el tema de la nutrición con un evento que será inclusivo.
Laura Suazto, por la Secretaria de Estado en los Despachos de Agricultura y Ganadería de la República de Honduras, dijo que los talleres representan un esfuerzo importante por “hablar de sistemas agroalimentarios y alimentación que al final se unen en uno solo: nutrición para todos y todas”.
“El sistema agroalimentario es el centro de la sociedad, promovemos y sostenemos la vida entera a partir de la alimentación”, dijo.
Karen Holder, subdirectora de Provisión de Servicios de Salud del Ministerio de Salud (Minsa), sostuvo que la producción de alimentos genera retos indudables. “Se hacen esfuerzos y tenemos que seguir en esta carrera olímpica para trabajar de manera integrada y así lograr los objetivos”. Reflexionó que la pandemia de COVID19 también impuso retos.
Anunció que el Minsa ha iniciado la revisión de las guías alimentarias “y no solo lo hacemos desde la nutrición sino de manera integrada y es una de las visiones del ministro de Salud: lograr un esfuerzo más allá de la nutrición”.
Francisco Ameglio, viceministro de Desarrollo Agropecuario de la Panamá, explicó que la política se fundamenta en producir más con menos, acompañar el proceso productivo, desde las tareas de producción hasta distribución y lograr llegar hasta los pueblos más apartados del país, siempre buscando la sostenibilidad.
Beatriz Carles, ministra de Desarrollo Social de Panamá, dijo que se están sentado las bases para el desarrollo de capital social, que se construye con la integración de recursos del Gobierno, sociedad civil y empresa privada. Destacó el desarrollo de programas que abren el camino a una sociedad equitativa. La nutrición, dijo, es una acción transformadora en todos los objetivos de desarrollo sostenible. Hacer del mundo un lugar seguro donde se promueva la integridad ambiental: hacia allí vamos; de la mano con grandes aliados.
Nuevos métodos para lograr la transformación de los sistemas alimentarios
La FAO informa que las instancias participantes en este taller regional consideran fundamental algunas acciones inmediatas, como la revalorización de especies de cultivos marginadas e infrautilizadas, analizando su valor nutricional y su rescate en la dieta, destacando una nueva metodología para realzar el aporte de estos alimentos, con un enfoque que atiende el triple nexo entre cambio climático, la pérdida de la biodiversidad alimentaria y las altas tasas de malnutrición.
Además, los países coincidieron en abordar la propuesta de las “Guías alimentarias basadas en los sistemas alimentarios (GABSA)”, metodología desarrollada por la FAO, que enfoca la nutrición más allá de la sola responsabilidad del consumidor.
Las consideraciones económicas, políticas, culturales, educativas productivas y ambientales también son importantes cuando se trata de dietas saludables, por lo que se recomienda abordar el diseño, actualización, implementación, seguimiento y evaluación de las guías alimentarias bajo el enfoque de sistemas alimentarios. Ello permite incluir no sólo al consumidor, sino también enfocarse en la cadena de suministros y todo el entorno alimentario.
Estas nuevas metodologías de las guías alimentarias contribuyen a procesos e iniciativas como el “Decenio de Acción de las Naciones Unidas sobre la Nutrición”, Nutrition for Growth (N4G), cumbre mundial para la transformación de los sistemas agroalimentarios y el “Marco de Acción de la Segunda Conferencia Internacional sobre Nutrición (CIN2)”, que se enfocan en propiciar la seguridad alimentaria, el derecho a la alimentación y a la mejor nutrición a través de políticas integradas y estrategias de gobernanza; y apuntan a contar con políticas públicas clave y mecanismos de gobernanza de la seguridad alimentaria y la nutrición.
Otras acciones regionales
A nivel regional, desde 2013, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) ha implementado acciones para erradicar el hambre y, en 2024, actualizó el Plan para la Seguridad Alimentaria, Nutrición y Erradicación del Hambre 2030, con la inclusión de las líneas de acción y recomendaciones prioritarias para su implementación y seguimiento a nivel regional y nacional.
En Centroamérica y la República Dominicana, el Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), también ha avanzado en la creación de un nuevo plan de acción regional a 2028 para la Política de Seguridad Alimentaria y Nutricional (POLSAN). Por su parte, el programa «Mesoamérica sin Hambre AMEXCID-FAO» propone buenas prácticas y soluciones innovadores de desarrollo, que nacen de la implementación de experiencias piloto, en estrecha colaboración con instituciones públicas y agricultores familiares de los territorios más rezagados de la región.
Asimismo, la Cooperación Brasil-FAO resalta la importancia del trabajo en redes para avanzar en un nuevo paradigma de la alimentación escolar, la red de Alimentación Escolar Sostenible (RedRAES.org), un espacio pensado para el intercambio de experiencias y buenas prácticas alrededor de la alimentación escolar en América Latina y el Caribe.
Con información de FAO | Redacción LWS