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En los últimos 30 años, hemos presenciado avances notables en la medicina, tanto para diagnóstico, como para prevención y tratamiento

Por: Dra. Karen Courville, FACP, SNI

La Dra. Karen Courville es egresada de la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá. Realizó estudios en Medicina Interna y Nefrología en el Complejo Hospitalario Dr. Arnulfo A. Madrid.  Tiene un Fellow en Investigación Renal del Instituto Mario Negri en Bérgamo, Italia.  Investigadora del Instituto de Ciencias Médicas de Las Tablas. Miembro del Sistema Nacional de Investigación (SNI)

Las enfermedades no transmisibles (ENT) son actualmente la principal causa de muerte y discapacidad a nivel mundial. La prevalencia y mortalidad de estas enfermedades varían significativamente según la región geográfica, el nivel de ingresos y otros determinantes sociales de la salud.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las principales ENT incluyen las enfermedades cardiovasculares (ECV) (infartos de miocardio, accidentes cerebrovasculares (ACV), hipertensión arterial); el cáncer (los de mayor mortalidad incluyen pulmón, mama, colon, recto, próstata y estómago); enfermedades respiratorias crónicas (como la enfermedad pulmonar obstructiva Crónica (EPOC) y el asma) y la diabetes, principalmente la diabetes tipo 2.

 En el caso de la enfermedad renal crónica, la diabetes y la hipertensión, son los grandes causantes de esta enfermedad.

Además de estas, las enfermedades infecciosas siguen siendo una carga significativa, especialmente en países de bajos ingresos. Estas incluyen las infecciones de las vías respiratorias inferiores de tipo neumonía (bacterianas, virales), las enfermedades diarreicas, el VIH/SIDA, la tuberculosis y la malaria.

En este mundo de globalización, la mortalidad a causa de estas enfermedades se mantiene elevada. A pesar de avances notables en la medicina, existen algunas dificultades que continúan siendo un desafío para lograr el máximo aprovechamiento de estos recursos.

Evolución de la Medicina: Innovación

En los últimos 30 años, hemos presenciado avances notables en la medicina, tanto para diagnóstico, como para prevención y tratamiento.

Para el diagnóstico,

Se han desarrollado nuevas herramientas de imagen avanzada, como la Resonancia magnética (RM) de alta resolución, tomografía computarizada (TC) multicorte, PET-CT, ultrasonido Doppler avanzado; identificación de nuevos biomarcadores para diagnóstico precoz, pronóstico y seguimiento de diversas enfermedades; pruebas genéticas para identificar predisposiciones a enfermedades, diagnóstico de enfermedades raras y personalización del tratamiento; y se logrado implementar la Inteligencia Artificial (IA) y Machine Learning, como aplicaciones en el análisis de imágenes médicas, detección de patrones en grandes conjuntos de datos para diagnóstico y predicción de riesgos.

Para la prevención,

el desarrollo de nuevas vacunas para prevenir enfermedades infecciosas, mejoría en las técnicas programas de detección precoz como mamografías y colonoscopías, que han contribuido a la detección temprana del cáncer y la mejora de las tasas de supervivencia. Además, se han mejorado las herramientas digitales para la salud, con aplicaciones móviles, dispositivos portátiles “usables” para el seguimiento de la salud, telemedicina para atención y seguimiento, y el manejo de enfermedades crónicas a distancia.

En cuanto al tratamiento,

se han desarrollado las nuevas terapias dirigidas y medicina personalizada, con el desarrollo de fármacos que actúan específicamente sobre dianas moleculares en células cancerosas u otras enfermedades, optimizando la eficacia y reduciendo los efectos secundarios; inmunoterapia, aprovechamiento del sistema inmunológico para combatir el cáncer y otras enfermedades; terapias génicas y celulares con edición genética (CRISPR), terapia CAR-T (células T con receptores quiméricos de antígenos); cirugía mínimamente invasiva y robótica; avances en trasplantes de órganos con mejora de las técnicas quirúrgicas (como extracción laparoscópica a donantes vivos), inmunosupresión y manejo post-trasplante. Las técnicas dialíticas han evolucionado significativamente en las últimas décadas.

Se han desarrollado membranas más biocompatibles, máquinas más sofisticadas con mejor control del ultrafiltrado y la presión arterial, y técnicas como la hemodiafiltración en línea que ofrecen mejores resultados en algunos pacientes. La diálisis peritoneal también ha avanzado con sistemas más automatizados y biocompatibles.

Determinantes sociales en un mundo globalizado

Existen diversos factores que producen un impacto profundo y multidimensional en la salud, y que varían dependiendo de los países.

La pobreza limita el acceso a alimentos nutritivos, agua potable, saneamiento adecuado, vivienda segura y atención médica de calidad. Esto aumenta la susceptibilidad a enfermedades infecciosas y crónicas, y dificulta el manejo de las existentes.

La falta de educación se asocia con menor conciencia sobre la prevención de enfermedades, prácticas de salud deficientes, menor adherencia a los tratamientos y dificultades para acceder e interpretar información de salud.

Las guerras y conflictos destruyen la infraestructura de salud, desplazan poblaciones, interrumpen el acceso a servicios básicos, aumentan el riesgo de lesiones, enfermedades infecciosas, desnutrición y problemas de salud mental. Los efectos a largo plazo en la salud física y mental son devastadores.

La inestabilidad económica debida a problemas económicos y políticos puede llevar a recortes en el gasto público en salud y programas sociales. La corrupción y la mala gobernanza pueden desviar recursos destinados a la salud y perpetuar las desigualdades.

Cada país tiene problemas sociales y culturales diversos, debido a que poseen normas culturales, creencias y desigualdades sociales (género, etnia…) propias que pueden influir en el acceso a la atención médica, las prácticas de salud y la búsqueda de tratamiento. El estigma asociado a ciertas enfermedades también puede ser una barrera.

Por último, la migración, que en los últimos 10 años ha tenido un gran aumento de grandes consecuencias. Las poblaciones migrantes pueden enfrentar barreras lingüísticas, discriminación, falta de acceso a servicios de salud apropiados y condiciones de vida precarias que aumentan su vulnerabilidad a las enfermedades.

Innovaciones y las barreras existentes

A pesar de estos avances significativos, el impacto beneficioso en las estadísticas de diagnóstico y mortalidad de las enfermedades más comunes no ha sido tan evidente como se esperaría.

La falta de educación en salud y la baja conciencia sobre los factores de riesgo, los síntomas tempranos y la importancia de la prevención limitan la adopción de comportamientos saludables y la búsqueda temprana de atención médica. Las raíces culturales y las creencias pueden influir en las decisiones de salud.

Los problemas económicos, políticos, sociales y de migración crean un entorno que favorece la aparición y el empeoramiento de las enfermedades. Incluso con tratamientos avanzados disponibles, las personas que viven en la pobreza, en zonas de conflicto o con acceso limitado a alimentos y agua potable seguirán siendo vulnerables.

Las innovaciones médicas a menudo son costosas y su acceso está limitado a poblaciones en países de altos ingresos o a grupos socioeconómicos privilegiados dentro de los países.

La pobreza y la falta de cobertura universal de salud impiden que muchas personas se beneficien de estos avances. La implementación efectiva y el escalamiento de las innovaciones médicas a nivel poblacional requieren sistemas de salud robustos, inversión en infraestructura, personal de salud capacitado y políticas públicas que prioricen la equidad en salud. Estos elementos a menudo son deficientes en países de bajos y medianos ingresos.

En el caso específico de las técnicas dialíticas, si bien las mejoras en la diálisis han prolongado la vida y mejorado la calidad de vida de muchos pacientes con enfermedad renal crónica terminal, no previenen la progresión de la enfermedad en sí misma. El acceso a la diálisis sigue siendo limitado en muchos países de bajos y medianos ingresos debido a los costos y la falta de infraestructura.

Además, la prevención de la enfermedad renal crónica a través del control de la diabetes, la hipertensión y otras causas subyacentes sigue siendo un desafío importante, influenciado por los determinantes sociales de la salud, la propia conciencia de enfermedad del paciente, la educación y el acceso a medicamentos.

Mirada al futuro desde el presente

La innovación y la creatividad en la medicina han logrado avances notables en el diagnóstico, tratamiento y prevención de muchas enfermedades. Sin embargo, su impacto en las estadísticas de salud a nivel mundial se ve significativamente limitado por profundas desigualdades sociales, económicas, educativas y políticas.

Para que estos avances se traduzcan en mejoras reales y equitativas en la salud de la población, es fundamental abordar los determinantes sociales de la salud, garantizar el acceso universal a la atención médica de calidad, invertir en educación en salud y fortalecer los sistemas de salud a nivel global. El impacto de algunas innovaciones, especialmente en la mortalidad de enfermedades crónicas, puede tardar décadas en manifestarse a nivel poblacional. Los cambios en los estilos de vida y la adopción generalizada de nuevas terapias requieren tiempo.

Sin un enfoque integral que aborde tanto la innovación médica como los problemas sociales subyacentes, el potencial de estas invenciones para transformar la salud global seguirá estando subutilizado.

Por: Dra. Karen Courville, FACP, SNI