La educación ambiental es un proceso continuo y colectivo que va más allá de las aulas, involucrando a toda la sociedad
Por: Magíster Lourdes Arjona

La autora es profesora de la Universidad de Panamá e investigadora. Forma parte del Grupo de Investigación, Innovación y Desarrollo en Química Aplicada
A lo largo de la historia, la necesidad de educar en temas ambientales se ha vuelto cada vez más apremiante debido al crecimiento de la población, el avance de la industrialización y el impacto del ser humano en los diferentes ecosistemas. Hoy, a nivel internacional, celebramos el Día Mundial de la Educación Ambiental.
Las raíces de celebrar este día se remontan a dos sucesos importantes. En 1972 en la Declaración de Estocolmo, se reconoce por primera vez la importancia de educar a la población sobre la relación entre el desarrollo humano y la sostenibilidad del planeta. Más tarde, en 1975, se celebró el Seminario Internacional de Educación Ambiental, en Belgrado-Serbia, cuando se establecieron los principios de Educación Ambiental en el marco de los programas de las Naciones Unidas.
Todas las metas ambientales que se han articulado a lo largo de declaraciones, seminarios, conferencias y otras actividades relacionadas con este tema buscan que la población mundial tenga conciencia del medio ambiente y se interese por él y por sus problemas conexos.
Cuando escuchamos hablar sobre Educación Ambiental, solemos asociarlo exclusivamente con colegios o universidades, asumiendo que es responsabilidad de los docentes transmitir, durante las horas de clase, la importancia de cuidar el ambiente. Sin embargo, la educación ambiental es un proceso continuo y colectivo que va más allá de las aulas, involucrando a toda la sociedad.

La educación ambiental no solo busca que conozcamos los problemas ambientales, sino que pasemos a la acción con soluciones concretas y sostenibles. Es un proceso que fomenta la reflexión crítica y el desarrollo de hábitos responsables en nuestras vidas cotidiana, promoviendo cambios a nivel personal y colectivo.
Nuestra primera acción es adoptar prácticas de consumo responsables. El consumo excesivo en épocas como fin de año, Black Friday o rebajas de temporada, tiene impacto directo en el medio ambiente.
Cuando consumimos de manera irresponsables, generamos grandes cantidades de residuos, muchos de los cuales no se gestionan adecuadamente y terminan en ríos, mares y manglares.
Es momento de hacer un alto, adoptar prácticas de consumo responsable, reducir el uso de productos innecesarios y cambiar nuestros hábitos de compra. Es fundamental preguntarnos si realmente necesitamos lo que vamos a comprar y, a la hora de comprar, optar por productos duraderos.
En esta línea te recomendamos aplicar el decálogo de la reducción:
- Establece un presupuesto máximo de gasto y haz una lista de compra incluyendo sólo lo realmente necesario. Una buena planificación de las compras, reduce el consumo por impulso, lo que no solo supone un interesante ahorro, sino que evita que objetos innecesarios se conviertan en residuos.
- Elige productos locales, de temporada, de calidad y duraderos, y rechaza los de usar y tirar.
- Prioriza la compra de artículos comercializados en envases sostenibles y reutilizables. En este sentido los envases de vidrio son una muy buena opción.
- Muestra preferencia por las compras a granel, y rechaza los consumibles (frutas, verduras, carnes y pescados) envasados en bandejas de plástico o con exceso de embalaje.
- Diferencia claramente entre fecha de caducidad (día límite a partir del cual el alimento no es adecuado para el consumo) y consumo preferente (tiempo en el que el producto todavía mantiene intactas sus propiedades).
- Frena el desperdicio de alimentos. Cocina lo que realmente necesites y desarrolla tu creatividad culinaria con recetas elaboradas a partir de sobras.
- Apuesta por la moda sostenible. Los tejidos naturales como la lana, el algodón o el lino son mucho más fáciles de reciclar y menos contaminantes que los sintéticos.
- Opta por electrodomésticos de bajo consumo y sigue las instrucciones del fabricante. Un buen mantenimiento es clave en la durabilidad de los mismos.
- El compostaje doméstico constituye una buena salida ambiental a los residuos de origen orgánico. Hoy en día contamos con multitud de opciones para el ámbito doméstico, que van desde las microcompostadoras hasta compostadoras comunitarias en huertos urbanos.
- Separa los residuos en origen y depositarlos en los contenedores correspondientes para que puedan ser reciclados adecuadamente.
“El mejor residuo es el que no se produce” J. Gallego
Por: Magíster Lourdes Arjona