Reconocer factores genéticos de riesgo y mejorar los hábitos pueden ayudar a prevenir. Lo recordamos en la antesala del Día Mundial del Corazón (29 de septiembre)
Por: Violeta Villar Liste
Este problema crítico fue abordado durante el XXVIII Congreso Nacional de Cardiología de la Sociedad Panameña de Cardiología, el cual se celebró del 19 al 21 de septiembre, en ciudad de Panamá
Aunque las muertes súbitas cardíacas de deportistas o de artistas en eventos públicos son las más conocidas, representan solo una pequeña parte.
En realidad, la mayoría de estas muertes ocurren en el hogar y pasan desapercibidas, a pesar del impacto en las familias y la sociedad.
La muerte súbita cardíaca es un problema crítico. La Organización Mundial de la Salud (OMS) la define como una muerte natural e inesperada que ocurre dentro de una hora desde la aparición del primer síntoma. Este tipo de muerte es generalmente instantánea y se debe en 90% a arritmias ventriculares, como la fibrilación ventricular, que representa el 50% de todas las muertes cardíacas.
Este problema crítico fue abordado durante el XXVIII Congreso Nacional de Cardiología de la Sociedad Panameña de Cardiología, el cual se celebró del 19 al 21 de septiembre, en ciudad de Panamá, en la antesala del Día Mundial del Corazón (29 de septiembre).
La Dra. Vivien Araya Gómez (Costa Rica), cardióloga y electrofisióloga, invitada a conversar sobre muerte súbita en cardiopatía isquémica durante el evento, recordó que “la enfermedad cardiovascular es la principal causa de muerte prematura en el mundo, superando a todas las formas de cáncer combinadas. En 2015, se registraron 17.7 millones de muertes por enfermedades cardiovasculares, y se espera que esta cifra aumente a 23.6 millones para 2030”.
Ausencia de estadísticas
La Dra. Araya Gómez explicó que en países como Estados Unidos, las estadísticas muestran que el 90% de los pacientes que sufren una muerte súbita cardíaca fallecen antes de llegar al hospital.
En proporción, se establece que hay un caso por cada 1,000 habitantes: 5,000 muertes en promedio, anuales, en una población de cinco millones de personas.
La especialista alerta que existe un subregistro de casos.
La nueva clasificación CIE-11 (acrónimo de la Clasificación internacional de enfermedades), “aún no implementada en muchos países, podría mejorar significativamente los registros y estadísticas de muertes súbitas cardíacas. La correcta certificación del tipo de muerte es esencial para obtener datos precisos y desarrollar estrategias de prevención efectivas”, señaló.
Una muerte que ocurre en el hogar
Antes no existían los celulares ni la posibilidad de reflejar hasta en directo cuando ocurre una lamentable muerte súbita cardiaca en deportistas o en artistas.
Este suceso mediático lo convierte en un hecho público.
Sin embargo, reitera la especialista, la mayoría de estas muertes ocurren en el hogar.
Si una persona sufre un infarto, “tiene un dolor tremendo y solicita ayuda. Es un cuadro clínico aparatoso”.
Situación similar vive quien tiene insuficiencia cardiaca: da dos pasos y se ahoga; le falta el aire.
En el caso de la persona con posibilidades de sufrir muerte súbita, no existen síntomas evidentes.
Diferencias entre muerte súbita y infarto
“La muerte súbita cardíaca es causada por una arritmia grave que detiene el corazón instantáneamente, mientras que un infarto es un problema de circulación que generalmente no mata de forma inmediata. El 80% de las muertes súbitas se deben a enfermedades coronarias adquiridas”, expresó.
¿Me puedo salvar de una muerte súbita cardíaca?
La Dra. Araya Gómez reconoce que la muerte súbita cardíaca se trata de una realidad desafiante: “Incluso en países con sistemas de rescate avanzados como Estados Unidos, solo un porcentaje de personas pueden ser salvadas tras una muerte súbita cardíaca. Es crucial actuar en los primeros 5 a 10 minutos aplicando una terapia de choque. Sin embargo, en muchos de nuestros países, las calles congestionadas y la falta de espacios cardioprotegidos complican la situación”.
Los llamados Desfibriladores automáticos externos (DAE), que se encuentran en lugares como aeropuertos, funcionan como extintores de incendios pero para salvar el corazón. Es habitual ver extintores, no así DAE y es parte de la tarea pendiente porque pueden salvar.
En general los pacientes de alto riesgo son quienes “han sufrido un infarto y tienen una cicatriz que reduce la capacidad de bombeo del corazón a menos del 35%. El corazón debe bombear más del 50% de la sangre que recibe para funcionar adecuadamente. En jóvenes, es crucial estudiar a los hermanos de quienes han sufrido una muerte súbita para detectar posibles enfermedades congénitas o hereditarias”.
Los malos hábitos de salud, colesterol, sobrepeso, la falta de ejercicio o fumar, dañan el sistema eléctrico del corazón y son factores de riesgo para muerte súbita.
La parte genética no se puede controlar pero sí estos factores.
Mitos sobre las vacunas
Aclaró que no hay pruebas científicas que demuestren que las vacunas empeoren las condiciones cardíacas y sean causa de muerte súbita.
De hecho, es COVID-19 el responsable de casos de miocarditis.
Avances en prevención
Tecnologías como la resonancia magnética puede cuantificar el grado de fibrosis en el corazón y detectar zonas propensas a arritmias, lo que es crucial para la prevención de la muerte súbita en pacientes con cicatrices de infartos previos, señala la Dra. Araya Gómez.
“La resonancia magnética ha revelado que en pacientes con cicatrices de infartos previos, las zonas grises entre el miocardio viable y el cicatrizado pueden presentar hasta un 66% de riesgo de muerte súbita. Estas áreas, especialmente en la zona inferior del miocardio, son propensas a desarrollar arritmias graves años después del primer infarto”.
La nueva guía de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC) para el tratamiento de arritmias ventriculares y la prevención de la muerte súbita cardíaca actualiza la versión de 2015 y tiene información de valor.
La especialista indica que en la actualidad los betabloqueadores son los únicos medicamentos recomendados para pacientes de alto riesgo. La revascularización y la ablación también son opciones para prevenir la muerte súbita.
En relación con la inteligencia artificial, “se espera que juegue un papel crucial en el futuro cercano, permitiendo procesar grandes cantidades de datos clínicos para estratificar el riesgo de manera individualizada y optimizar las terapias”.
Acciones conjuntas
La falta de conciencia y registro adecuado de muertes súbitas es un problema significativo. La especialista se une a un movimiento regional que llama a unir las voluntades de los sectores público y privado para mejorar el registro y la prevención de muerte súbita cardíaca.
Se proponen cuatro acciones clave:
- Registro y certificación postmortem adecuados.
- Creación de unidades hospitalarias especializadas en muerte súbita.
- Disponibilidad de métodos avanzados de diagnóstico genético.
- Apoyo a las familias afectadas y educación pública sobre reanimación cardiopulmonar.
Enfermedad cardiovascular, la principal causa de muerte en Panamá
El Dr. Temístocles Díaz, presidente de la Sociedad Panameña de Cardiología y especialista en trasplante cardíaco, destaca la gravedad de las enfermedades cardiovasculares en el contexto del Día del Corazón.
“Cada año, 17 millones de personas mueren en el mundo por enfermedades cardiovasculares, con Estados Unidos registrando 1,000 muertes diarias. En Panamá, la situación es similar a la de los países del primer mundo: es la enfermedad cardiovascular la principal causa de muerte”.
En promedio, se estima que entre 300 y 400 panameños fallecen anualmente debido a enfermedades cardiovasculares, incluyendo infartos agudos de miocardio y enfermedades cerebrovasculares.
Los factores de riesgo asociados incluyen hipertensión, diabetes, colesterol elevado, tabaquismo, estrés, sobrepeso, falta de ejercicio y sedentarismo, además de la genética.
Prevención y metas
El presidente Sociedad Panameña de Cardiología subraya la importancia de modificar los hábitos de vida para reducir el riesgo cardiovascular.
Las metas para reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, incluyen los siguientes valores:
- Índice de Masa Corporal (IMC):
- Normal: 18 a 25
- Sobrepeso: 25 a 29.99
- Obesidad Tipo 1: 30 a 34.99
- Obesidad Tipo 2: 35 a 39.99
- Obesidad Tipo 3: 40 a 44.99
- Obesidad Súper Mórbida: 45 o más, con riesgo de muerte súbita cardiaca.
- Presión Arterial:
120/80 mmHg
- Dieta saludable:
Rica en frutas, vegetales y granos
- Dejar de Fumar
- Reducir el estrés
Valores en sangre:
- Niveles de Glucosa: Menos de 100 mg/dL
- Hemoglobina Glicosilada (HbA1c): Menos de 5.7%
- Triglicéridos: Menos de 150 mg/dL
- Colesterol Total: Menos de 200 mg/dL
- Colesterol LDL (malo): Menos de 70 mg/dl
Campaña de prevención continua
Observa que la campaña de prevención debe ser continua, con énfasis en el control de los factores de riesgo.
Japón, por ejemplo, citó, tiene políticas nacionales que obligan a los restaurantes a servir porciones pequeñas, una medida que podría ser adoptada en otros países y en Panamá.
Impacto del COVID-19
La pandemia de COVID-19 limitó la actividad física y el acceso a controles médicos, incrementando los factores de riesgo cardiovascular.
El Dr. Díaz señala que muchos pacientes han perdido años de controles rutinarios, lo cual ha afectado negativamente su salud cardiovascular.
Esta jornada por un corazón saludable reitera la necesidad de prevenir, mejorar hábitos y crear alianzas entre autoridades, personal médico y de enfermería, articulados con la comunidad para acompañar una mejor salud cardiovascular, en el Día Mundial del Corazón y cada día.
Por: Violeta Villar Liste | [email protected]