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Violeta Villar Liste

El Dr. Rodrigo DeAntonio, director ejecutivo y científico del centro de investigación Cevaxin, explica los alcances de este esfuerzo colaborativo que permite desarrollar respuestas a enfermedades que causan gran impacto en la región. Anunció que ya inició la fase de licenciamiento y registro de una vacuna contra el dengue y una nueva generación de anticuerpos monoclonales contra el Virus Sincitial Respiratorio (VSR)

El Centro de Vacunas e Investigación Clínica (Cevaxin) de Panamá, en alianza con instituciones públicas y privadas del país, mantiene activos cerca de 15 estudios clínicos para el desarrollo de vacunas y tratamientos contra diferentes enfermedades, entre otras dengue, influenza, Virus Sincitial Respiratorio, chikungunya y covid-19.

De particular relevancia, la fase de licenciamiento y registro de una vacuna contra el dengue y una nueva generación de anticuerpos monoclonales contra el Virus Sincitial Respiratorio (VSR).

El Dr. Rodrigo DeAntonio, director ejecutivo y científico de Cevaxin, detalla que las investigaciones consideran diferentes grupos de edad porque las estrategias varían según sea la población a proteger: infantil, adultos o adultos mayores, pero también se trabaja en reducir la mortalidad infantil con esquemas que se pueden administrar durante el embarazo.

Cerca de once investigadores principales lideran estos estudios que se mantienen en fase activa, desde la fase I a la fase IV.

Dr. Rodrigo DeAntonio es médico especialista en Epidemiología de la Universidad Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario en Colombia. Magister en Fármaco-economía de la Universidad Pompeu Fabra de España y doctor en Salud Pública del Instituto Nacional de Salud Pública de México. Se entrenó en epidemiología del cáncer en la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) en Lyon, Francia.

Ha trabajado en el desarrollo de investigación clínica, epidemiología y economía de la salud en países de América Latina, Asia y África para enfermedades prevenibles por vacunación, incluyendo rotavirus, neumococo, meningococo, VPH, tosferina, hepatitis, virus sincitial respiratorio, influenza, varicela y dengue.

Desde 2018 es el director ejecutivo y científico del centro de investigaciones Cevaxin en Panamá. Es investigador del Sistema Nacional de Investigación de Senacyt en Panamá.

Cuenta con más de 80 publicaciones científicas en revistas revisadas por pares y presentaciones en congresos internacionales.

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Una historia en pro de la investigación

Cevaxin, creado hace nueve años, fundamenta su trabajo en enfermedades prevenibles por vacunación.

Realiza estudios epidemiológicos y clínicos, tanto para vacunas como medicamentos relacionados con estas enfermedades y algunas investigaciones con evidencia del mundo real.

Parte de los investigadores principales de Cevaxin son miembros del Sistema Nacional de Investigación (SNI) de la  Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt), del movimiento Ciencia en Panamá y colaboran con diferentes instituciones, en particular con el Instituto Conmemorativo Gorgas de Estudios de la Salud.

DeAntonio destacó que también hacen estudios con algunas instituciones privadas y centros de investigación como el Instituto de Investigaciones Científicas y Servicios de Alta Tecnología (Indicasat-AIP)  y The Panamá Clinic.

Resalta la importancia «de este modelo de colaboración que es universal porque la ciencia, ante los recursos que son limitados, debe ofrecer respuestas a diferentes grupos y así tendrá mayor capacidad de atender las interrogantes asociadas a la salud y la ciencia».

La meta, observa, es lograr el posicionamiento de Panamá como centro de investigación que sume a las fortalezas de otras industrias en las cuales el país lidera, por ejemplo, con el Canal de Panamá.

El centro trabaja alineado con las iniciativas de Senacyt y las estrategias del Plan Estratégico Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Pencyt).

Una segunda vacuna contra el dengue

El director ejecutivo y científico de Cevaxin, en relación con el estudio de una vacuna contra el dengue, detalla que corresponde a una fase 3 que está evaluando la eficacia y la seguridad.

“Esta sería la segunda vacuna contra dengue. Tiene algunas ventajas frente a la primera que salió, en particular el comportamiento en población que ya ha estado expuesta al dengue.

Es una vacuna segura. Se espera continuar dando seguimiento a la duración de esa protección y evaluar la seguridad, pero es importante mencionar que Panamá no solo ha participado en esta fase III; también en otros ensayos previos (fase II), donde se pudo definir cuál era la dosis correcta y el esquema de vacunación que se iba a emplear”.

En colaboración con el Instituto Gorgas se hizo un estudio para evaluar específicamente las respuestas de las células “y es bien importante porque de la región solamente Panamá participó en esta parte, ya que se requiere formación y capacidad instalada de la parte de laboratorio para gestionarlo”.

Reciente publicación (ver https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/35078666/ ) documenta que la vacuna candidata tetravalente contra el dengue basada en DENV-2 (TAK-003), «provocó respuestas de células T CD4+ y CD8+ de reacción cruzada, multifuncionales, independientemente de la exposición previa al dengue”.

Esta vacuna tiene como foco principal evitar las formas severas que incluyen hospitalización o muerte, pero también controlar las formas leves, el conocido dengue clásico.

Se ha demostrado que contra los distintos tipos de dengue existen niveles de protección generados por esta vacuna, de la cual inició la fase de licenciamiento y registro.

Virus Sincitial Respiratorio: Ensayo fase 3 en población materna

DeAntonio señala que la investigación de una vacuna contra el Virus Sincitial Respiratorio (VSR), “es uno de los campos con más avances en los últimos años”.

Es importante este progreso porque se trata de una de las infecciones respiratorias más comunes en los más pequeños, origen de la bronquilitis, que genera secuelas, en particular pulmonar en niños, quienes pueden tener episodios similares a lo que ocurre con el asma.

A su vez,  “estas complicaciones generan hospitalización y que falten a las escuelas”.

Todos los años, después de la temporada de influenza, circula este virus con expresión en muchos casos y hospitalizaciones.

El experto explica que en el Hospital del Niño es frecuente  el reporte de niños con el VSR. También se presenta en adultos mayores: los abuelos, por lo general, son quienes cuidan a los niños y esta cercanía los expone a contagiarse de enfermedades respiratorias.

Los investigadores ya han realizado estudios de fase I  y fase II, en particular en población infantil. También adelantan un ensayo fase III con población materna, para evaluar tanto la eficacia como la seguridad.

De igual modo, estrategias de anticuerpos monoclonales, de los cuales existía  una primera generación, dirigida a población pediátrica, pero con muchas dosis y costos elevados.

DeAntonio anunció que se ha podido desarrollar una nueva generación. “El año pasado hubo resultados muy buenos con eficacia de cerca del 75% en la prevención”.

Esperan tener resultados este año y lograr que pronto sea un producto licenciado con beneficios para la población.

Vacunación contra influenza

Un adelanto de mucho interés, es el uso de la plataforma de ARNm (muy conocida por su respuesta para la covid-19) en otras enfermedades.

DeAntonio anunció que desde Cevaxin iniciarán un ensayo para generar una vacuna de respuesta más rápida frente a las tradicionales.

Ocurre que la eficacia y efectividad de estas vacunas varía cada año.

De hecho, el estudio Carga de influenza estacional A y B en Panamá de 2011 a 2017: un estudio de base de datos retrospectivo observacional (ver: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/34424506/)  demostró que en este periodo “la influenza A predominó en todas las edades y los niños menores de 2 años y los habitantes de la Ciudad de Panamá reportaron la mayor tasa de circulación. 

En 2017, la cocirculación de ambos linajes B provocó un desajuste de la vacuna. El monitoreo continuo de la influenza estacional es fundamental para establecer recomendaciones de inmunización”.

Esta vacuna espera evitar las variaciones y ser una respuesta más robusta en inmunización contra influenza.

Una herramienta para enfrentar chikungunya

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) describe el “chikungunya como una enfermedad vírica transmitida a los seres humanos por mosquitos infectados con el virus chikungunya.

Los mosquitos implicados son el Aedes aegypti y el Aedes albopictus. La enfermedad fue descrita por primera vez durante un brote en el sur de Tanzania en 1952, y actualmente se le ha identificado en Asia, África, Europa y, desde finales de 2013, en las Américas”.

El Dr. DeAntonio recuerda que durante el brote en la región, chikungunya desplazó al dengue, “pero en otros lugares apareció en conjunto con dengue”.

“Tiene la capacidad de generar epidemias y secuelas a largo plazo en temas articulares y genera mucha discapacidad”, destacó.

No hay vacunas contra chikungunya, de allí la noticia relevante de esta herramienta en la que Cevaxin viene participando en su desarrollo. Trabajan en fase II, con progresos hacia fase III y se espera este año tener confirmación de seguridad y eficacia.

Candidatos a vacunas contra polio

Otro estudio de particular relevancia es sobre Seguridad e inmunogenicidad de dos nuevos candidatos a vacunas orales contra el poliovirus tipo 2 en comparación con una vacuna monovalente contra el poliovirus oral tipo 2 en niños y lactantes.

Los resultados de dos ensayos clínicos ya están publicados (https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/33308427/) y los resultados arrojaron que “fueron seguros, bien tolerados e inmunogénicos en niños y bebés”. 

“La nueva OPV2 podría ser una adición importante a nuestros recursos contra el poliovirus dada la situación epidemiológica actual”, sostienen los investigadores.

Otra investigación ya publicada, Persistencia de anticuerpos contra la hepatitis A 8 y 10 años después de la vacunación de 1 y 2 dosis en niños de Panamá (https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/33239226/) busca confirmar “la persistencia de anticuerpos y concluir sobre la protección otorgada más allá de los 10 años en la población pediátrica de América Latina”, luego de la inmunización en la población pediátrica.

Un hito en las vacunas contra covid-19

En agosto de 2020, se anunció que con el aval de la Senacyt, se creaba el Consorcio de Investigación de Vacunas covid-19 Panamá, compuesto por Cevaxin e Indicasat-AIP, para ejecutar el protocolo de investigación clínica y ejecutar en el país el proyecto de fase II de la vacuna contra covid-19 que en ese momento desarrollaba la compañía alemana CureVac, con la plataforma de ARNm.

Esta investigación colocó a Panamá entre países líderes en estudios de vacunas y ofreció importantes aportes.

DeAntonio señala que Panamá logra atraer este estudio por su propia experiencia en el desarrollo de vacunas, y su marco regulatorio y ético.

La participación de Panamá le permitió fortalecer redes institucionales y presentarse ante  diferentes compañías e instituciones que venían desarrollando vacunas contra covid-19.

Otro aspecto de esta experiencia, fue “la respuesta de los participantes que son voluntarios”.

En Panamá la participación fue masiva: de hecho, constituyó  uno de los países con mayor número de reclutamiento de participantes, “logrando una adherencia sostenida en el tiempo del estudio”.

Todavía, anunció el científico, estamos realizando algunas actividades de seguimiento y seguridad y la participación está por encima del 75% en los centros que todavía mantenemos en Panamá.

A finales del año pasado se tuvo una primera publicación en The Lancet, con resultados interinos.

(Ver: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/34826381/)

De acuerdo con los resultados, “CVnCoV fue eficaz en la prevención de covid-19 de cualquier gravedad y tuvo un perfil de seguridad aceptable. Teniendo en cuenta el entorno cambiante, incluida la aparición de variantes del SARS-CoV-2 y los plazos para un mayor desarrollo, se tomó la decisión de cesar las actividades en el candidato CVnCoV y centrar los esfuerzos en el desarrollo de vacunas candidatas de próxima generación”.

DeAntonio reflexiona que la ciencia permite, cuando los resultados no son los esperados, reformular y avanzar.

En materia de covid-19, Cevaxin en colaboración con el Hospital de  Ohio, el Instituto Gorgas y los estudiantes de doctorado de la Universidad de Panamá, realizan un estudio  para evaluar el comportamiento del virus, tanto en personas vacunadas como en no vacunados, tomando como referencia las vacunas que se aplican en el país (Pfizer y Astrazeneca).

También realizan algunos ensayos con vacunas de otras características, o en poblaciones especiales ( inmunocomprometidos) o con esquemas heterólogos.

Producción local para bajar costos

-¿Estamos en capacidad de tener una vacuna contra la covid-19? ¿cuáles serían las condiciones para que Panamá pueda desarrollarla?

-Generar y producir vacunas es un proceso que requiere muchos detalles desde el punto de vista técnico y operativo, entonces es importante, y es parte de las iniciativas de la Senacyt,  fortalecer y aplicar algunas estrategias y desarrollo tecnológico como se está haciendo en otros lugares.

Será fundamental, no solo para covid-19, sino también en el caso de otras enfermedades, estar preparados y acceder a las vacunas de manera temprana.

Otra condición es continuar realizando estudios de investigación, tanto preclínicos, es decir, antes de ser usados en seres humanos, como clínicos, que se realizan en la población de Panamá porque siempre es importante.

“Vemos medicamentos que se desarrollan en otros lugares, pero tener de primera mano la información de cómo se comportan en la población, con sus características y diversidad, es un aspecto a fortalecer.

Otra condición, describe, es seguir contando con el marco regulatorio del Ministerio de Salud, la rectoría del Comité Nacional de Bioética  y del Instituto Gorgas para saber que las actividades que se realizan se hacen con los más altos estándares.

Reconoce que lograr la reducción de costos, tanto en medicamentos como en vacunas, pasa por lograr su producción de manera local: “Obviamente trabajar con temas de importación en el caso de vacunas, y algunos medicamentos, requiere la gestión de una cadena de frío que puede ser costosa. Si se hace en el país, hay ahorros en costos”.

El vaso medio lleno de la ciencia

-¿Por qué no hemos logrado vacunas que nos permitan acabar con enfermedades como el cáncer o el sida?

-Trato de ser optimista y me enfoco en el vaso medio lleno más que en el medio vacío. Incluso el medio vacío es mi motivación porque lleva a buscar respuestas que no tenemos. Cuando hablamos de cáncer, algunos de estos cánceres tienes relación con agentes infecciosos.

Ocurre, por ejemplo, que para el  virus del papiloma humano (VPH) ya existe una vacuna. El VPH se asocia con múltiples cánceres como el de cuello uterino, cabeza y el cuello.

De esta forma, observa, la vacunación contra VPH ha permitido en países como Panamá, de los primeros que la incorporó y con datos generados en el país,  generar impacto y seguridad en niñas, adolescentes y mujeres, quienes a futuro no tendrán una enfermedad que puede ser tan penosa y recortar años de vida.

Con respecto al VIH, explica que es mucho más complejo: “Se han venido desarrollando vacunas con tecnología de ARN mensajero, en fase I, con múltiples expectativas de lograr que sea la respuesta”.

Observa que los tratamientos y terapias antivirales han permitido controlar la calidad de vida en niños y adultos. En los años 80 el pronóstico era poco esperanzador.

Voluntarios, un pilar

En el proceso de investigación, son los participantes un pilar fundamental para el avance de los estudios, quienes participan en calidad de voluntarios.

El Dr. DeAntonio explica que el proceso es revisado y aprobado por el Comité de Ética, y registrado ante el Ministerio de Salud de Panamá, para garantizar que cumple con los altos estándares de lo que conocemos como  buenas prácticas clínicas de investigación (regulación internacional).

Convenio con la Asociación de Estudiantes de Medicina

Cevaxin y la Asociación de Estudiantes de Medicina de la Universidad de Panamá, en representación de los diferentes comités estudiantiles científicos y de proyección social, “firmaron un acuerdo con el objetivo de crear iniciativas de colaboración científica, académica y social que generen oportunidades y ventajas para la formación de profesionales y el desarrollo de la investigación científica en Panamá”.
Nota emanada de Cevaxin señala que “este esfuerzo conjunto permitirá promover y fortalecer el interés por la ciencia y tecnología en el país, al tiempo que generará el espacio oportuno de colaboración para el desarrollo de iniciativas que promuevan la creación de programas académicos enfocados en el fortalecimiento de la investigación científica y de salud pública en Panamá”.

Momento de la firma del convenio con la Asociación de Estudiantes de Medicina de la UP

Por otra parte, resalta la capacidad dentro del centro, al contar con un equipo de investigadores reconocidos, de talla nacional e internacional, “con el conocimiento, la ética y la experiencia para llevar a cabo esos estudios, en conjunto con todo un equipo que incluye médicos, enfermeras y coordinadores, personal que hace aseguramiento de calidad y regula todas las operaciones clínicas para que se cumplan el protocolo…”

El científico señala que para el voluntario hay varios beneficios: además de conocer los alcances de la investigación, y ayudar en el avance de la ciencia de manera altruista, accede a beneficios de atención médica, con efectos en su bienestar y calidad de vida.

Los interesados pueden comunicarse al número 8510885 o por las redes de Cevaxin.

Una mirada personal

El Dr. Rodrigo DeAntonio fue uno de los primeros científicos que acompañó a la población panameña al hacer docencia sobre los conceptos asociados a la pandemia.

“Como epidemiólogo, en principio uno quiere estar preparado para una situación de este tipo.

Desde el punto de vista técnico ha sido una experiencia gratificante el  poder aportar al país, en conjunto con un grupo de profesionales que ha estado con las autoridades de salud tratando de contribuir al proceso de toma de decisión”.

Le satisface ver la respuesta de la ciencia, “saber que en dos años ya contamos con cerca del 80% de la población vacunada y en esta última ola, observar  un claro impacto en los vacunados, con formas más leves de la enfermedad, en comparación con aquellos que no están vacunados”.

Le preocupa las consecuencias de “la desinformación y cómo puede confundir y, en algunos casos, llevar a que la evolución de la enfermedad sea más complicada”.

Considera que la información es un aspecto a mejorar, con un trabajo “en conjunto con la comunidad, los medios y otras áreas del conocimiento como las ciencias sociales y con un equipo multidisciplinario».

Lo mejor de este camino andado son las enseñanzas «que deberían quedar» y se constituyen en las herramientas para combatir mejor todo aquello que esté por venir.

Violeta Villar Liste
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